En una reciente entrega del reality show «Stars on Mars», el exciclista Lance Armstrong ha provocado una intensa controversia al expresar con sentido común sus dudas sobre la participación de atletas transgénero en pruebas deportivas femeninas.
Sus comentarios han generado un debate acerca de la necesidad de preservar la integridad del deporte femenino y cómo la inclusión de deportistas transexuales desnaturaliza la competición debido a su ventaja genética.
Armstrong, conocido por sus siete tĂtulos del Tour de Francia que le fueron retirados tras descubrirse su dopaje sistemático, planteĂł la idea de crear una categorĂa separada para atletas transgĂ©nero en el deporte. En una conversaciĂłn con la luchadora Ronda Rousey, el exciclista defendiĂł su propuesta de establecer una divisiĂłn exclusiva para estos deportistas. «¿QuĂ© podrĂa tener eso de injusto?», se preguntĂł Armstrong, argumentando que esto permitirĂa una competiciĂłn más equitativa.
Sin embargo, sus declaraciones recibieron fuertes crĂticas por parte de sus compañeros de reality y de otros deportistas. Es el riesgo de salirse del pensamiento mainstream y tratar de guiar los comentarios desde el sentido comĂşn. La cantante Tinashe, por su parte, argumentĂł que diferenciar a las personas por su identidad de gĂ©nero no era saludable para su bienestar mental y que Armstrong estaba excluyendo a los atletas transgĂ©nero de los mismos espacios en los que participa el resto de competidores. La realidad es que as mujeres biolĂłgicas, es decir, las mujeres, son las que sufren esta situaciĂłn siendo comparadas con realidades diferentes, tal y como denunciĂł la nadadora estadounidense Lia Thomas y que ha sido vĂctima de esa valentĂa, tal y como explicĂł ForumLibertas.
Armstrong reconociĂł que su postura podĂa parecer extrema y se defendiĂł afirmando que, desde una perspectiva deportiva, planteaba una soluciĂłn lĂłgica. No obstante, la actriz Ariel Winter lo acusĂł de excluir a quienes no encajan en las categorĂas establecidas, mientras que el atleta olĂmpico Adam Rippon describiĂł sus palabras como «descorazonadoras» y afirmĂł que habĂan cambiado su visiĂłn sobre Lance Armstrong. Son los voceros del pensamiento Ăşnico que trata de imponer la ideologĂa LGTBI.
A pesar de sus intentos por hacer resurgir su figura en el reality show y recuperar su reputaciĂłn, las sinceras declaraciones de Armstrong podrĂan afectar su participaciĂłn en el programa, la sombra de la dictadura LGTBI es alargada. Con cuatro concursantes ya expulsados, se espera ver cuánto tiempo podrá mantenerse en la competencia tras generar animadversiĂłn entre sus compañeros.
El debate generado por las palabras de Armstrong pone de relieve la importancia de abordar el tema de la presencia de atletas transgĂ©nero en el deporte femenino de manera directa y clara. Mientras la sociedad busca encontrar un equilibrio entre la igualdad de oportunidades y la preservaciĂłn de la competencia justa, es fundamental considerar que no se puede comparar lo que es diferente, y una persona transexual no es lo mismo que una mujer. La genĂ©tica lo dice y la competencia en un deporte justo es la vĂctima de no verlo asĂ.
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La propuesta de Armstrong es de lo más sensato, en el estado actual del fenĂłmeno transgĂ©nero. Aunque para mayor equidad, el grupo transgĂ©nero habrĂa que dividirlo en dos subgrupos: el de los hombres-feminizados y el de las mujeres-masculinizadas.
Lo absurdo, injusto y tramposo es que un hombre-feminizado compita contra mujeres autĂ©nticas, lo cual contradice, además, ese eslogan de la ideologĂa Trans que habla de “una mujer en un cuerpo de hombre”. Si hasta el integrismo Trans reconoce que el cuerpo es el de un “hombre” ÂżcĂłmo pretenden que compita con cuerpos de mujeres? Se han vuelto tan obtusos y ciegos que ni siquiera ven que contradicen sus propios dogmas.
“La cantante Tinashe argumentó que diferenciar a las personas por su identidad de género no era saludable para su bienestar mental y que Armstrong estaba excluyendo a los atletas transgénero de los mismos espacios en los que participa el resto de competidores.”
Si reflexionase un poco antes de hablar, la cantante Tinashe se darĂa cuenta de que el bienestar mental de estas personas, por muy mujeres que se sientan, no se beneficia en nada haciendo una trampa tan gorda como la de colarse en una competiciĂłn para mujeres de verdad. Al contrario. Hacer trampa es malo para la salud mental. Mejor que se apunten a un buen tratamiento psicolĂłgico que les ayude a reconocer e identificarse con su propio sexo.
Sobre la exclusiĂłn a que se refiere Tinashe, no hay tal. En todo caso serĂa la misma que se hace, sin que nadie se escandalice, con los atletas discapacitados en los juegos paralĂmpicos. Para que una competiciĂłn tenga sentido, lo razonable y justo es buscar un equilibrio entre las diversas capacidades fĂsica. En boxeo tambiĂ©n se discrimina, además de por sexo, por peso.
En fin, pobre Armstrong. Supongo que no le habrán quedado ganas de discutir racionalmente con gente que se ha dejado entontecer por las memeces de género.
El tema puede tener su relevancia como parte de la fenomenologĂa «de gĂ©nero». Lo que no entiendo es que se dĂ© importancia lo que dice un ciclista que se dopaba, a una cantante ligera, etc. No me parece que sean personas relevantes para un periĂłdico serio y catĂłlico, no tienen la debida autoridad, son opiniones personales de sujetos privados y sin especial competencia en temas morales, por mucha razĂłn que tenga Armstrong y por absurdo que sea lo que dice esa Sra. Entrar en estas discusiones de reality show es rebajar el nivel y renunciar a la seriedad.