Conatos de violencia han sido identificados en diferentes puntos de Estados Unidos, cuya autoría serían grupos del lobby abortista disconformes con la supuesta próxima anulación de Roe Vs. Wade por parte de la Corte Suprema, que, de facto, anularía la prohibición federal de limitar el aborto en todo el país y devolvería a los estados el poder para decidir cómo se quiere legislar el aborto en cada uno de ellos.
Es por eso que recientemente, los obispos de Estados Unidos lanzaron un llamamiento de ayuno y oración a los fieles para proteger la hipotética decisión del Supremo y a todas las organizaciones que trabajan por una cultura de la vida, algunas de las cuales han sufrido ataques.
Los obispos instaron al país a ayunar y rezar el rosario el pasado viernes 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, algo que se puede seguir haciendo a título personal y no solamente en el país, si no a cualquiera que se sienta interpelado para ayudar en la situación a través de su aportación espiritual.
Intereses pro vida han sido amenazados por activistas pro abortistas y la intensidad de esas amenazas se están incrementando. El pasado domingo, 1 de mayo, por ejemplo, un grupo adscrito a posiciones del progresismo radical incendió y utilizó cócteles mólotov contra la sede de un grupo pro vida en Madison, Wisconsin. Los hechos tuvieron lugar la madrugada del domingo, cuando un grupo anarquista atacó la oficina de Wisconsin Family Action, una asociación que promueve la cultura de la vida en el país.
Ha habido amenazas de violencia por parte de algunos grupos online, incluido el grupo Ruth Sent Us, que amenazó con interrumpir las misas católicas en el Día de la Madre y con “quemar la Eucaristía”.
Aunque la interrupción de la misa a gran escala no se materializaron, se han reportado varios casos de vandalismo e intento de incendio provocado en parroquias y en centros de embarazo pro-vida en todo el país, como el de Wisconsin, y los manifestantes interrumpieron al menos dos misas el fin de semana pasado en catedrales en las ciudades de Nueva York y Los Ángeles.
Los grupos abortistas han organizado, también, manifestaciones, que bloquean el acceso a iglesias y tratan de intimidar en sus hogares a los jueces de la Corte Suprema. En ese sentido, Clarence Thomas, decano de la Corte Suprema, afirmó que el alto tribunal no puede ser intimidado para que se condicionen sus decisiones por grupos de presión, como, por ejemplo, el lobby abortista.
“No podemos ser una institución que pueda ser intimidada para dar los resultados que se desean”, afirmó el magistrado de la Corte Suprema en referencia a las protestas por la filtración del borrador de la decisión que podría anular la sentencia Roe vs. Wade. “Los eventos de principios de esta semana son un síntoma de eso”, afirmó Thomas.
El juez de 73 años hizo estas declaraciones durante la conferencia judicial del Undécimo Circuito de apelación federal. Cada circuito está bajo la supervisión de uno de los nueve jueces de la Corte Suprema. Nacido en Georgia, Thomas es juez de circuito de ese tribunal, que tiene jurisdicción sobre los estados de Georgia, Alabama y Florida.
Clarence Thomas lleva más de 30 años como miembro de la Corte Suprema, y es el miembro más antiguo de los nueve que forman el Alto tribunal. Fue nominado por el presidente George H. W. Bush en 1991.
Los obispos piden oración ante el lobby abortista
El máximo responsable de los obispos estadounidenses en materia pro vida, el arzobispo William Lori de Baltimore, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de los obispos, y el arzobispo José Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de obispos del país alentaron a orar por “un nuevo compromiso para construir una América donde los niños sean bienvenidos, apreciados y cuidados; donde las madres y los padres se animen y fortalezcan; y donde el matrimonio y la familia sean reconocidos y apoyados como los verdaderos cimientos de una sociedad sana y próspera”.
Los prelados estadounidenses pidieron oraciones por Estados Unidos, “por la integridad de nuestro sistema judicial, y que todas las ramas del gobierno se dediquen a buscar el bien común y proteger la dignidad y los derechos de la persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural”.
Finalmente, los arzobispos Lori y Gómez pidieron “la intercesión y la guía de nuestra Santísima Madre mientras la Iglesia continúa caminando con las madres y las familias necesitadas, continúa promoviendo alternativas al aborto y busca crear una cultura de vida”.