El Gobierno de España de coalición del PSOE y Podemos ha anunciado, de la mano de la ministra Montero, que creará el concepto de «violencia obstétrica» para perseguir a los médicos que se nieguen a practicar abortos.
Además de garantizar la atención a las mujeres que quieran poner fin a su embarazo, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha explicado que la citada reforma incluirá la mejora de los procesos para abortar.
Entre ellos están el reconocimiento de la violencia obstétrica, el derecho de la mujer a elegir el método para interrumpir su gestación y el «reconocimiento de los vientres de alquiler como una forma de violencia hacia las mujeres», según podemos leer en una reporte del diario generalista ABC.
Con la Ley de Eutanasia el Gobierno de España ya ha demostrado que no le importa lo más mínimo el juramento hipocrático o el código deontológico de las profesiones sanitarias, pues no solo no ha consultado a los comités de bioética sino que ha hecho caso omiso de todos los dictámenes en contra de dicha Ley emitidos por decenas de organismos en España.
Una Ley que ha aprobado sin consenso social y omitiendo todo debate con las organizaciones médicas y de pacientes, grandes damnificados de la nueva norma eutanásica.
Ahora, pretende usar las humillantes listas negras en la que los médicos deben apuntarse como objetores de conciencia para no matar bebés no nacidos para perseguirlos mediante un nuevo supuesto delito que inventarán, como muchos otros que ya han puesto en marcha.
Estas listas señalan a los profesionales que no comulgan con los postulados ideológicos del Gobierno supuestamente progresista, pero que limita las libertades básicas de los profesionales y ciudadanos.
Solo queda una cuestión por determinar… ¿Seguirá en silencio el Consejo General de Colegios de Médicos ante la criminalización del colectivo por parte del Gobierno de España para conseguir sus fines y conseguir que todos los médicos sean potenciales verdugos de ancianos y niños no nacidos?
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La ministra Montero se inventa lo de «Violencia Obstétrica» para imputársela a los médicos que se niegan a practicar abortos. Una falacia la mar de estúpida. No hay violencia alguna en negarse a quitarle la vida a un ser humano, que es en lo que consiste un aborto. Practicar un aborto, sí que es, precisamente, «violencia obstétrica». Con todo, hay que agradecérselo a la ministra Montero, porque en su profunda estupidez ha proporcionado un término de lo más adecuado para designar a las interrupciones voluntarias del embarazo: «violencia obstétrica».
Todas esas leyes, las que ya existen y las que pretenden imponer, que facilitan, fomentan y consagran el aborto como un derecho son incitaciones al odio contra el colectivo de seres humanos que viven y crecen en el vientre de su madre. Y la incitación al odio está penada por la ley.
Estos han de acabar en prisión .
Todos los que han actuado contra padres honestos favoreciendo la falsedad de las denunciantes para acabar con la dignidad de los mismos y destruir familias dañando a sus hijos han de merecer más temprano que tarde el castigo de lis justos.
La tipeja ésta, Montero, y su característica «violencia ministerial».