Santa Catalina de Siena vivió en el siglo XIV en pleno Cisma de Occidente (el Cisma de los tres aspirantes a Papa). Hija de una familia muy numerosa carecía de estudios. Desde muy niña quería ser religiosa. ¡Y lo fue! Falleció a sus 33 años. Es la segunda doctora de la Iglesia en orden cronológico después de Santa Teresa de Jesús. En su vida mortal fue el santo incordio de los Papas, para su regreso a Roma procedentes del éxodo francés papal voluntario de Avignon.
La ficha de Mercabá creo que está bien. Del siglo XIV les he hablado en algún escrito mío. De Santa Catalina creo que no. Lo hago ahora. Hoy 29 de abril es su día litúrgico. Catalina rezaba, se mortificaba y se desvivía por el prójimo. ¡Y señalaba a los Papas que era el momento que debían regresar a Roma de la estancia en Avignon!
Empieza el mes de mayo, el mes de María, el mes de las flores. Este año 2021 con reducción de las limitaciones de acceso a los templos por pandemia. Hace un año los templos todavía estaban cerrados para el culto ordinario corriente. ¿Aprovechamos actualmente los horarios de apertura? Estos son distintos, aunque formalmente parecidos. Si nos lo proponemos tendremos templos a nuestro alcance para entrar a rezar.
El templo es como un paraguas que siempre cobija a quién se acerca para mirar, escuchar y hablar con Dios. Dejarse mirar por Él, dejarse interpelar por Él, saber estar con Él, durante este tiempo de apertura de templo que cada uno puede destinar como tiempo propio para estar con Dios.
En otras épocas esto recibía el nombre de visita al Santísimo sin menoscabo de la visita a las imágenes de vírgenes, ángeles, santos y crucifijos. Nadie pasa lista de nadie. Nadie repara en sus prójimos y prójimas. Vamos todos a lo mismo. No siempre se tiene disponibilidad horaria compatible con la asistencia eucarística a misa. La visita al Tabernáculo suple a veces y complementa siempre.
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muy bonita la reflexión .María José.