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Ser cristiano hoy. Una reflexión

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Una de las grandes amenazas que acechan al pueblo de Dios, a la Iglesia, es la dilución de su fe en un magma de espiritualidad indefinida, construida solo a base de la subjetividad, sin ninguna razón objetiva que la sustenta. Cuando esta dilución alcanza al núcleo interno de la Iglesia, a algunos de sus miembros consagrados, y se convierten en activos fermentos de esta forma de entender el cristianismo, el problema se multiplica.

Un ejemplo lo encontramos en la entrevista al jesuita Javier Melloni, que se publicó en el suplemento de El País Ideas el domingo 27 de diciembre. En una extensa entrevista a toda página Melloni expone su punto de vista sin una sola referencia a Jesucristo.  Por si esto no es obviamente suficiente, pero inserido en el contexto de las declaraciones, señala una visión que consiste básicamente en considerar la práctica espiritual individualizada del silencio y la meditación como una vía fundamental, muy en línea a la espiritualidad de corte budista que impregna toda la obra de Melloni,  hasta ocupar el centro de la misma. Cuando esto sucede ya no queda espacio para Jesucristo y la Iglesia, al menos no queda lugar para ellos en el centro.

Desde el punto de vista de Melloni, la Iglesia no es otra cosa que una religión más institucionalizada, no es portadora de nada específico, ni depósito de la fe, porque tal realidad es atmosférica. No solo eso, sino que la considera una más junto con otras realidades institucionalizadas, que “si siguen funcionando bajo el registro de la obediencia acabarán siendo residuales“. Es difícil leer la impronta de la Compañía de Jesús en esta particular visión de la Iglesia y de su autoridad. Pero Melloni no es nadie periférico en la Compañía, sino que desarrolla su actividad en el centro neurálgico de la espiritualidad ignaciana en la cueva de Manresa, allí precisamente donde empezó todo para la obra ignaciana.

Nuestro jesuita considera que es necesario el encuentro entre religiones porque es la oportunidad de complementarnos. “Ha llegado -dicen- el momento de abrazar la totalidad del legado espiritual de la humanidad”. Es la visión isométrica de la fe, en la que Dios se ha hecho presente al mundo,  no por la Encarnación de Jesucristo, sino a través de las múltiples formas humanas que existen de rendirle culto. Esto tendrá interés para los partidarios del sincretismo, da lugar a escuelas de meditación en las que el ser humano se encierra en sí mismo, y cree que con un método, un silencio, una forma de respirar, una postura, ganará una espiritualidad él solo, y en la que Dios y Jesucristo parece que tengan poco que decir, y la Iglesia, como viene a decir Melloni, será más bien un estorbo. Todo esto incluso puede dar lugar a situaciones divertidas, como la que nos contaba hace unos años un participante en unos de estos recesos, que abandonó la iniciación el tercer día, cuando se empeñaron en respirar de una determinada manera para profundizar en la meditación y en la espiritualidad, y se dio cuenta que era la misma práctica, aunque menos perfeccionada, que la que aprendió en su progreso en el karate; nuestro hombre es un cinturón negro de alto grado. La respiración profunda mediante el recurso a la parte baja del abdomen, el tándem, allí donde en la teoría de las artes marciales reside el centro de la fuerza. Para nuestro karateca que el camino hacia Dios participara de una de las técnicas del dojo, le pareció demasiado. Y se fue.

Pero esto no es cristianismo, al menos no lo es si no se explica mejor. Esto acampa fuera  de la Asamblea del pueblo de Dios de la Eklesia.

Por eso hay algunos puntos esenciales que merecen ser recordados:

  1. Dios creador todopoderoso que es persona y con quien mantenemos una relación de esta naturaleza.
  2. Jesucristo Dios encarnado en la historia en la forma de una persona humana, comprensible para nuestra mentalidad, que nos presenta a Dios de manera inteligible como Padre que nos otorga la filiación divina.
  3. El espíritu de Dios que permanece entre nosotros y dota de toda su especificidad sobrenatural a la Iglesia, que es pecadora, sí, pero sobre todo una.
  4. Jesucristo como hecho único y excepcional es la historia humana que señala la plenitud de los tiempos, Que se encarna en la historia y la trasciende. Señala la especificidad cristiana y rechaza todo sincretismo en torno a Dios.
  5. La Trinidad, unidad dialógica de Dios en tres personas, expresión máxima de la desposesión de cada una en favor de las otras. El ejemplo máximo para el amor cristiano. Dios es amor, que en último termino consiste en desposeerse en benefició de los demás.
  6. El juicio personal y final, la gloria, el infierno. La vida eterna y la resurrección.
  7. La presencia del Mal en el mundo, que cae como un rayo sobre la humanidad. El príncipe de este mundo, que Jesucristo vino para denunciar y expulsar, en un proceso histórico que culminará en el fin de los tiempos. El Mal no es nada sin la participación humana.
  8. La Iglesia instituida por Jesucristo que, siendo humana y arrastrando el pecado con ella por esta naturaleza, está asistida por el Espíritu Santo, que le permite una y ora vez renovarse en toda caída y que trasciende a la historia en la comunión de los Santos, es universal y está presente hasta el fin de los tiempos.
  9. La necesidad de la contribución humana para expandir el Reino de Dios y luchar contra el mal, el  personal y el presente en las estructuras de pecado, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
  10. El pecado y el perdón. El propio y el de los otros como fundamento del cristianismo y de la reconciliación con Dios. Sin perdón el cristianismo es imposible.
  11. La humildad ante Dios, la confesión de que con nuestros propios medios no podemos alcanzar la salvación y la plenitud humana, que solamente se logra a través de la gracia que Dios otorga. La humildad como condición necesaria para la acogida del don de la fe y su adecuado desarrollo.
  12. Los acuerdos fundamentales que permiten al pueblo de Dios transitar de manera unida y coherente a través de la historia y que se expresan en la Tradición y se fundamentan en la Enseñanza de la Iglesia.
  13. Sin traducción no existe comunidad y sin ella son imposibles las prácticas buenas, las virtudes. Sin pueblo de Dios difícilmente perviven las virtudes cristianas, y sin ellas la realización de la fe en este mundo no es viable.

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10 Comentarios. Dejar nuevo

  • Silveri Garrell
    12 enero, 2021 17:36

    Yo veo que de personas virtuosas y con alegría de vida existen en todos los estamentos, lugares cristianos y no cristianos. No podemos aspirar a fabricar cristianos superdotados. Referente a Mellori que no mencionó a Jesucristo es un defecto lamentable.

    Responder
  • Silveri Garrell
    12 enero, 2021 17:50

    Sobre la «confesión» preferiría no hablar pero me veo impulsado a hacerlo. Los confesionarios deben desaparecer, son un invento del Diablo. Los penitentes arrepentidos deben confesar delante del altar al sacerdote en secreto pero al menos así se hacen visibles a toda la comunidad. El sacramento del perdón debe darse delante del altar como todos los sacramentos, no en un lugar oscuro, apartado y secreto. Ademas debe impartirse la absolución colectiva para los veniales. Si de esto se infiere que ya muchos no se confesarían nunca, es un problema personal de los penitentes pero es muy difícil concebir que un creyente de misa semanal peque de vez en cuando «mortalmente». Es un fallo teólogico histórico que ha foragitado a mucha gente de las iglesias este predicar que los practicantes católicos pecan frecuente mortalmente y deben confesar «frecuente». Como detalle curioso en el Kempis Imitación de Cristo, el libro de espiritualidad mas duro ( más bien durísimo) que existe, no se menciona en ningun lugar confesar los pecados al sacerdote, se menciona confesar los pecados Dios.

    Responder
  • Silveri Garrell
    12 enero, 2021 18:07

    Además hablando de «confesión» la iglesia en bloque con el Papa incluído deben confesarse del pecado mortal de no haber impulsado el conocimiento científico del Diluvio Universal entre los científicos, pensadores y escritores cristianos. Ha sido un protestante quien sacó el libro científico EL DILUVIO DEL GENESIS . Pero ni en la Enciclopedia Católica, ni en el Catecismo Católico, ni en la Biblioteca de Autores Cristianos Catolica, no figura ningún estudio científico del Diluvio. Los catòlicos somos analfabetos totales en ciencia aplicada a la Creación y la Bíblia. Por poner un pequeño ejemplo: ¿¿cuantos saben que significa en el Diluvio que dicen los versículos «se rompieron las fuentes del abismo»??, Según los creacionistas era el agua contenida dentro de la corteza terrestre que brotó a fuera y provocó gran parte de la gran inundación. Como mínimo un católico debería saber este detalle o al menos aceptarlo como una teoría intelectual que despertara su curiosidad hacia las ciencias de la Creación. Hay un pacto de silencio en el Catolicismo respecto al Creacionismo de la Tierra Joven, y luego nos lamentamos de que las cosas van mal.

    Responder
  • Silveri, cuánta razón tienes. Infinidad de jóvenes y no tan jóvenes no creen o dicen que no creen porque el Diluvio es una fábula y porque no saben nada del Creacionismo. La Iglesia falta a su misión y sólo hablan personas como mosén Nicolau que defienden algo tan trasnochado como el evolucionismo. Parece mentira que tenga que ser un laico como tu el que ponga los puntos sobre las íes.

    Responder
    • Silveri Garrell
      13 enero, 2021 05:44

      Verdaderamente el gran cambio vendrà de los laicos. Ahora vemos que el Papa autoriza oficialmente ciertos ministerios ceremoniales a las mujeres. Pero es que los laicos ya se adelantaron a esto y simplemente el Papa ratifica lo que el pueblo de Dios ya practicaba por costumbre. En la Eucaristía pasa lo mismo, se comulga en la mano desde hace décadas y aún parecer una profanación el Papa dió el visto bueno en este caso en forma de «indulto». Sobre el mosen Nicolau que en sus conferencias nunca se atreve a mencionar El Diluvio, se demuestra el pacto de silencio existente en el Catolicismo con respecto a la mayor catástrofe mundial y tambien al mayor milagro. El Catolicismo se ha centrado solo en el Evangelio, se ha «especializado» en religión bíblica al ejemplo de los médicos que se especializan como dentistas o cirujanos. Pero en el Mensaje Bíblico no pueden caber las «especializaciones» porque el Mensaje se hace aburrido y cansino. Es como en la Literatura del escritor que usa siempre las mismas palabras y los mismos temas.

      Responder
  • Javier gonzalo
    13 enero, 2021 16:39

    Aplaudo las palabras de Josep Miró. Y no comparto para nada los demás comentarios. Uds son capaces de obedecer a ciegas las leyes social/comunistas y no tienen la humildad de la fe?La palabra de Dios en la Biblia y la doctrina de la Iglesia católica no se puede sustituir por un pensamiento individual y cómodo: ahora resulta q nos vamos a confesar en pandilla, ser absueltos en pandilla y Apartar a Dios de cualquier regla. Eso no es religion sino modo de ser individual de un hombre a quien Dios y sus leyes le estorban. Es respetable todo pero yo , ciudadano, no puedo ante un conflicto material erigirme en juez, si no lo soy.

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    • Silveri Garrell
      15 enero, 2021 11:22

      No se a que leyes «social-comunistas se refiere usted» . Por lo que veo en estos foros participan pocos escribientes y se pueden contar con los dedos de una mano, ya me dirá usted que raza de católicos ilustrados tenemos en el Catolicismo actual que opinen en los medios.

      Responder
  • Alejandro Hoese
    16 enero, 2021 14:51

    Silveri Garrell, tu idea de iglesia y cristianismo es tan protestante, progresista y anticuada, que parece que nunca estudiaste Historia de la Iglesia. Ese modelo gnóstico se propone desde el siglo I, y lo ratifica la revolución de Lutero y Calvino. Si tanto le gusta, cambie de camiseta, y deje que la Iglesia Católica siga siendo lo que debe ser, a pesar de los hombres. Y no venga a hacerse el intelectual porque leyó algo del creacionismo o del diluvio, basta con tener la fe básica de cualquier iletrado para saber que la Revelación está en las Sagradas Escrituras y la Revelación, y que los libros sagrados contienen un mensaje de Vida que va más allá de las realidades históricas que contienen. Esas discusiones sobre el Big Bang, el Diluvio y todos los etcéteras son totalmente anodinas y demuestran que la imagen que se han formado de Dios, de Jesucristo y de la Iglesia es totalmente infantil. Póngase a estudiar Historia, Teología y Filosofía de la buena, según la milenaria Doctrina de la Iglesia (no la que se inventa este Papa precisamente o el tal Melloni) que le va a ser de más utilidad para su salvación. Estudie la vida de los Santos de todos los tiempos, y verá que el camino pasa por otro lado, siempre por la Cruz. Que el Evangelio apunta a ganarnos el Cielo, en el amor a la Creación y al Prójimo, y no en ponerle tanto énfasis a este mundo que pasa. Vayan mis bendiciones para Ud. y que la Virgen lo ayude a buscar en lo esencial, tal como hizo ella.

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  • Alejandro Hoese
    16 enero, 2021 14:57

    En cuanto a Melloni, su idea de cristianismo está completamente en línea con el deísmo masónico. Seguramente Melloni es masón y junto con sus compañeros infiltrados, busca hacer de la Iglesia el punto de unión de todas las religiones para apoyar un gobierno y una religión única y global, tal como lo plantean sus jerarcas masones. Soldados del anticristo, que seguramente tendrán unas cuantas victorias en estos tiempos que corren, pero que al final siempre pierden. Porque Jesucristo, Señor de la Historia, ya venció al Mal y sus secuaces. Eligieron mal el bando…

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