La Iglesia católica en Nigeria vuelve a ser golpeada por la violencia. En la noche del 10 de julio, tres seminaristas fueron secuestrados y un guardia de seguridad asesinado durante un ataque armado en el Seminario Menor Inmaculada Concepción, ubicado en la Diócesis de Auchi, estado de Edo.
Este nuevo acto de persecución religiosa pone de manifiesto la grave inseguridad que sufre el país desde el inicio de la insurgencia de Boko Haram en 2009.
Un ataque a la esperanza
El atentado ocurrió alrededor de las 9 p.m., cuando varios hombres armados irrumpieron en el seminario localizado en Ivhianokpodi, en el área de gobierno local Etsako East.
Según informó el padre Peter Egielewa, director de comunicaciones de la diócesis, los atacantes asesinaron al agente de seguridad Christopher Aweneghieme, miembro del Servicio de Defensa Civil de Nigeria, antes de secuestrar a tres jóvenes seminaristas menores, llevándolos consigo a la zona boscosa.
Ante la gravedad de los hechos, todos los demás seminaristas han sido trasladados a un lugar seguro, mientras las autoridades trabajan en reforzar la seguridad en el recinto.
Hasta el momento, no se ha establecido contacto con los secuestradores.
Oración, unidad y esperanza
El obispo de Auchi, Mons. Gabriel Ghiakhomo Dunia, condenó el ataque y solicitó a las autoridades intensificar sus esfuerzos para garantizar la seguridad de la población.
Asimismo, ordenó que en todas las parroquias de la diócesis se celebre una Misa Votiva de la Preciosísima Sangre de Jesús el sábado 12 de julio y durante las Misas matutinas del lunes 14, en súplica por la liberación de los seminaristas y la paz en la región.
Además, instó a los párrocos rezar el santo Rosario y la bendición eucarística cada domingo por la tarde, pidiendo la protección divina para los fieles de la diócesis, el estado de Edo y toda Nigeria.
El padre Egielewa también expresó la solidaridad de la Iglesia con la familia del guardia asesinado, y pidió a todos los fieles unirse en oración por el eterno descanso de su alma y por el pronto retorno de los seminaristas.
Una Iglesia que resiste bajo persecución constante
La situación de inseguridad en Nigeria es alarmante. Desde 2009, cuando el grupo yihadista Boko Haram inició su lucha por establecer un estado islámico, el país ha sufrido una creciente ola de violencia contra cristianos, especialmente en regiones del norte y centro.
A esto se suma la acción violenta de los pastores Fulani, también conocidos como milicias Fulani, quienes han protagonizado ataques en zonas rurales habitadas por comunidades cristianas.
La Iglesia católica ha sido blanco recurrente de esta violencia.
Obispos, sacerdotes, religiosas y seminaristas han sido asesinados o secuestrados. A pesar de los reiterados llamados por parte de la Conferencia de Obispos Católicos de Nigeria (CBCN), el gobierno aún no ha logrado frenar esta escalada.
El Seminario Menor Inmaculada Concepción fue fundado en 2006 por Mons. Dunia para formar a futuros sacerdotes. Más de 500 jóvenes han egresado desde entonces. Su existencia representa un signo de esperanza y continuidad de la fe en una región donde el testimonio católico se vive muchas veces con riesgo.
Nigeria necesita nuestras oraciones. Unámonos a la Diócesis de Auchi para pedir por la liberación de los jóvenes secuestrados, el consuelo de sus familias y la conversión de quienes siembran el terror.
Que el Señor conceda a Nigeria la paz y la libertad religiosa que tanto necesita.










