El afamado periodista Julio Ariza explicaba recientemente una versión que pocos medios cuentan del conflicto en Ucrania, de hecho, titulé su texto «Y lo que no cuentan los medios…», en el que aborda la presencia de la Iglesia católica en el país eslavo.
Ariza explica que más de 6.000 sacerdotes y religiosas católicos se han quedado en Ucrania para dar refugio, comida, curar heridos, sostener espiritualmente y administrar Sacramentos.
Algunas personas han ido a confesarse por primera vez, para estar preparados para la muerte. «Quieren, incluso, confesarse por teléfono; pero el sacerdote no puede hacerlo», explica. Alguno ha ido a Bautizarse antes de ir a la guerra y hacer su primera Comunión. Miles han ido a refugiarse a los terrenos de los seminarios de dos ciudades; la Iglesia los acoge y les da de comer, sitio para dormir y asearse y apoyo espiritual.
Según informan los medios en Ucrania, un proyectil alcanzó la residencia del obispo de Járkov, pero nadie resultó herido y siguen allí preparando comidas para llevar a dos estaciones de metro cercanas.
En la diócesis de la capital de Ucrania, Kiev, los supermercados están vacíos; falta pan y agua; el obispo auxiliar se encarga de enviar lo necesario, e, incluso, ayuda a cargar los vehículos con los que se distribuyen.
En un seminario se ha acogido a mujeres y niños, unos 160; y dos colegios católicos se han convertido en dormitorios. Los seminaristas y voluntarios los atienden.
¿Por qué estás noticias no se dan en los telediarios? Lo que no cabe la duda es que la fe mueve a las personas a hacer cosas extraordinarias y la Iglesia está presenta allí donde hay personas que la necesitan.
Según informan los medios en Ucrania, un proyectil alcanzó la residencia del obispo de Járkov, pero nadie resultó herido y siguen allí preparando comidas para llevar a dos estaciones de metro cercanas Share on X