fbpx

«Hemos descartado la vejez con la convicción de que la humanidad verdadera es ser joven» Vicenzo Paglia

Familia

COMPARTIR EN REDES

Durante la tarde del 20 de febrero,  en la sede de la Fundación Pablo VI, en Madrid, se llevó a cabo un encuentro moderado por Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI, entre el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia y la exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo. Entre los presentes en primera fila el cardenal de Madrid, José Cobo y el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán.

El objetivo del encuentro fue reflexionar sobre los derechos y deberes de los ancianos. Con el fin de destacar ante todo el respeto a su dignidad, a los principios y derechos de una atención responsable y su protección para una vida de relación activa.

En la sociedad contemporánea, se manifiesta una paradoja que nos confronta con nuestras propias contradicciones: mientras somos capaces de prolongar la vida humana con avances médicos sin precedentes, al mismo tiempo, muchos ancianos experimentan una profunda sensación de soledad y abandono. Esta dualidad se ha hecho más evidente que nunca durante la pandemia del COVID-19, donde centenares de miles de ancianos han perdido la vida, revelando así una dolorosa realidad que ha sido ignorada por mucho tiempo: la exclusión y la marginalización de nuestros mayores.

Vicenzo Paglia llama a un cambio profundo y radical respecto a los ancianos

El arzobispo italiano, Vincenzo Paglia, ha sido uno de los muchos líderes que han alzado su voz para señalar esta crisis silenciosa. En medio del caos y la desesperación provocados por la pandemia, mons. Paglia nos recuerda que el verdadero problema no es solo el virus en sí, sino el hecho de que «los ancianos ya habían sido descartados y olvidados mucho antes de que llegara la crisis». Esta reflexión nos obliga a enfrentar una pregunta incómoda pero urgente: ¿cómo hemos permitido que nuestros ancianos sean relegados al margen de la sociedad, ignorando su invaluable contribución y su derecho a una vida digna?

La respuesta a esta pregunta reside en la necesidad de un cambio profundo y radical en nuestra forma de pensar y actuar en relación con los ancianos. Es aquí donde la Carta de Derechos de las Personas Mayores y Deberes de la Comunidad, presentada por mons. Paglia en colaboración con diversas instituciones italianas, emerge como un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Este documento no solo busca reivindicar los derechos fundamentales de los ancianos, sino también recalcar la responsabilidad de toda la sociedad en su protección y cuidado.

Uno de los aspectos clave que destaca Paglia es la necesidad de reconocer la dignidad intrínseca de los ancianos y garantizar que sean tratados con el respeto y la consideración que merecen. Esto implica no solo proporcionarles cuidados adecuados y atención médica, sino también crear un entorno en el que puedan participar activamente en la vida social y comunitaria. Después de todo, los ancianos no son simplemente receptores de cuidados, sino miembros valiosos de la sociedad que tienen mucho que ofrecer y compartir con las generaciones más jóvenes. «Hemos descartado la vejez con la convicción de que la verdadera humanidad es ser joven» manifestó Paglia.

Sin embargo, para lograr esto, es necesario ir más allá de las buenas intenciones y tomar medidas concretas para abordar las barreras culturales y sociales que perpetúan la exclusión de los ancianos. Esto significa implementar políticas públicas que promuevan el bienestar y la integración de los ancianos en todos los aspectos de la vida social, económica y cultural. Desde la atención domiciliaria hasta la creación de espacios comunitarios para personas mayores, es fundamental invertir en recursos que permitan a los ancianos vivir con dignidad y autonomía.

La Carta de Derechos de las Personas Mayores y Deberes de la Comunidad  pone de manifiesto la contradicción de una sociedad que, «por un lado, sabe prolongar la vida de las personas, pero, por otro, la llena de soledad y abandono”.

María Luisa Carcedo, hay que repensar la convivencia

María Luisa Carcedo subrayó la relevancia de las políticas públicas en el abordaje de las cuestiones relacionadas con los mayores, destacando la necesidad de perseverar en este ámbito. Resaltó el mandato de la Constitución española que obliga a los poderes públicos a atender a este grupo demográfico, reconociéndolos como mencionados en la norma fundamental.

En el contexto constitucional, Carcedo mencionó que se está avanzando en la elaboración de una convención para las personas mayores. Asimismo, enfatizó que es responsabilidad de la sociedad en su conjunto garantizar el bienestar de los mayores, subrayando la importancia del sistema público de pensiones en este sentido.

En cuanto a la situación de los mayores en España, la exministra socialista señaló que «este colectivo presenta el menor riesgo de pobreza y cuenta con prestaciones que aseguran su dignidad». Destacó este logro como un resultado del esfuerzo colectivo de la sociedad española, instando a creer en él y a perseverar en su mantenimiento.

Finalmente, Carcedo enfatizó la necesidad de reconsiderar la convivencia con un enfoque en los derechos individuales, concluyendo así su intervención inicial.

Morir en casa entre los suyos. Reflexionar sobre el sentido del hombre.

En el coloquio conducido por Avezuela, mons. Paglia rechazó enérgicamente el modelo predominante de residencias para ancianos, argumentando que estas representan una pérdida significativa de libertad.

«Dios creó la familia, el hombre las residencias de ancianos» sentenció.

Carcedo respaldó esta postura, destacando la importancia de vivir en compañía de quienes siempre hemos estado.

¿Es sostenible un sistema ante el creciente número de personas mayores? Carcedo enfatizó la obligación social de implementar medidas correctivas para garantizar la justicia social.

Paglia agregó que la soledad es el principal problema en las naciones desarrolladas en todas las etapas de la vida, subrayando la necesidad de redefinir la responsabilidad en todas las edades. «Millones de ancianos pueden enseñar o ayudar a otras personas» Y añadió «todos tenemos que ayudar a los ancianos a descubrir una nueva vocación».

«La Iglesia tiene una pastoral para los jóvenes, pero para los ancianos, nada, nada», dijo mons. Paglia.

«Los ancianos han normalizado ser descartados en todo y hay que cambiar esa cultura, hay que redescubrir la responsabilidad que los ancianos tienen para transformar la sociedad de hoy», remarcó.

Para cerrar el coloquió se planteó la cuestión de la eutanasia o los cuidados paliativos, mons. Paglia señalo respecto a la eutanasia que  «la gente no quiere morir, quiere no sufrir», por eso es necesario desarrollar maximamente los cuidados paliativos como acompañamiento a las personas, «rechazando el sufrimiento y evitando el encarnizamiento terapéutico».

Por su parte Carcedo dijo «Todos queremos vivir, pero la condición humana es la que es»  pero en casos extremos con situaciones de sufrimientos es donde interviene la ley de la eutanasia. «Es un ejercicio de libertad individual» sentenció.

La tarde del 20 de febrero fue una llamada a la transformación social a través de la carta Carta de derechos de las Personas Mayores y los Deberes de la Comunidad que quiso atender a la realidad de todos los ancianos de Italia y ahora también en España y resto de Europa.

 

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.