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Ante las elecciones europeas de junio: la necesaria critica liberal en el pensamiento de Alasdair MacIntyre

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MacIntyre, uno de los filósofos morales más importantes del siglo XX, y que sigue bien presente en el actual, es un inapelable crítico del liberalismo, y toda vez que la alianza del liberalismo cosmopolita de la globalización y la progresía de género, sitúan el debate actual entre pretendidos liberales y malvados iliberales, o sea Sánchez y Díaz, y Meloni y Orbán, que será muy importante en las próximas elecciones europeas de junio, vale la pena traer ahora a escena la crítica de MacIntyre

Alasdair MacIntyre es un gran filósofo de origen escocés, pero que ha desarrollado la mayor parte de su vida académica en Estados Unidos, ha criticado el liberalismo en buena parte de su obra y tiene en “Tras la virtud” una pieza clave.

Según MacIntyre, el liberalismo ha creado una sociedad demasiado individualista, formada por individuos atomizados, desarraigados y cada vez más exentos de vínculos comunitarios y tradiciones. En su opinión, esto conduce a la amoralidad, ya que la moral es un conjunto de criterios social-culturales, no individuales, sobre la vida buena.

Estas son seis de sus críticas principales al liberalismo:

  1. Falta de fundamentos morales coherentes: argumenta que el liberalismo carece de una base moral coherente y consistente. Sostiene que las teorías éticas liberales son a menudo pragmáticas y utilitarias, lo que lleva a una falta de fundamentos sólidos para la toma de decisiones morales. La evidencia salta a la vista, podemos añadir. Al defender la libertad individual sin límites, conduce a un conflicto entre los intereses individuales y los intereses colectivos. Este conflicto, a su vez, puede dar lugar a la violencia y la desigualdad social. MacIntyre argumenta que el liberalismo se basa en la idea de que el individuo es un ser racional y autónomo que tiene derecho a perseguir su propio bien. Esta idea, según MacIntyre, es una ficción. Los individuos no son seres racionales y autónomos en el sentido que el liberalismo afirma. Los individuos están condicionados por su historia, su cultura y su comunidad.
  2. Individualismo excesivo: Una de las críticas más destacadas es la de que el liberalismo promueve un individualismo excesivo. Argumenta que la ética liberal se centra demasiado en los derechos individuales y la autonomía personal, descuidando las conexiones comunitarias y la importancia de la tradición y la historia en la formación de la identidad moral. Se olvida de lo que ya señalaba Aristóteles y desarrolló Santo Tomás de Aquino: el hombre es un ser social por naturaleza y requiere, por tanto, de una comunidad para desarrollarse. El liberalismo tiende a confundir comunidad, a la que censura, con una multitud, un agregado, de individuos. El liberalismo es una ideología individualista que no reconoce el papel de las comunidades y las tradiciones en la formación de la identidad personal. MacIntyre sostiene que la identidad personal se forma en el contexto de las comunidades y las tradiciones, que proporcionan a las personas un conjunto de valores, normas y objetivos que les guían en su vida
  3. Relativismo moral: Critica el relativismo moral que, según él, se deriva del liberalismo. Sostiene que la falta de un marco ético sólido en el liberalismo conduce a la aceptación de diversas opiniones morales sin un criterio objetivo para evaluar su validez. A su vez, hoy y a través de su alianza con la progresía de género, el relativismo ha quedado para según qué, mientras que para lo que propugna, la ideología de género, por ejemplo, han impuesto una doctrina de estado, mientras que la doctrina woke se permite incluso reescribir la historia; como todo totalitarismo, vaya. Hoy vivimos en este aspecto en lo peor de los dos mundos. MacIntyre sostiene que la moralidad tiene su fundamento en las tradiciones, que proporcionan a las personas un conjunto de normas y valores compartidos. El liberalismo, al rechazar la idea de una moralidad objetiva, conduce al relativismo moral, que hace que la moralidad sea una cuestión de opinión personal. Conduce al nihilismo moral, una situación en la que cada individuo es libre de elegir sus propias normas morales. Esto, a su vez, conduce a una situación en la que es imposible la convivencia pacífica entre los individuos. La respuesta en la que ya vivimos es imponer, vía sanción administrativa o penal, una determinada moral autoritaria, única forma de frenar la atomización que se produce.
  4. Fracaso en abordar el bien común: El liberalismo, según MacIntyre, no proporciona una visión clara o efectiva del bien común. Argumenta que la ética liberal se centra demasiado en la maximización de la libertad individual y no aborda adecuadamente la necesidad de una ética basada en el bien común y la comunidad. Esto explica el creciente deterioro de la democracia y el hecho de que hemos empezado a vivir instalados en “modo crisis”
  5. Énfasis en los derechos en detrimento de las responsabilidades: MacIntyre critica el énfasis del liberalismo en los derechos individuales a expensas de las responsabilidades sociales y comunitarias. Sostiene que esta orientación puede socavar la cohesión social al no reconocer adecuadamente las obligaciones hacia los demás. Es una evidencia palmaria. Basta con leer las leyes de este sigo para observar la abundancia de “derechos” y la escasa referencia a los deberes. Claro que, después, en la práctica, aquellos derechos son sobre todo para los suyos porque son quienes lo merecen, claro está.
  6. Es una ideología que no puede resolver los problemas sociales. MacIntyre sostiene que el liberalismo es incapaz de proporcionar una solución a los problemas sociales, como la pobreza, la desigualdad o la injusticia. Esto se debe a que el liberalismo se basa en la idea de que el mercado es el mejor mecanismo para resolver los problemas sociales. En su lugar, propone una visión alternativa de la sociedad basada en la idea de las virtudes.

En definitiva, las críticas de MacIntyre al liberalismo se centran en su falta de una base moral sólida, su individualismo extremo, su relativismo moral y su incapacidad para abordar adecuadamente el bien común y las responsabilidades comunitarias. Es una ideología agotada que no puede proporcionar una base sólida para la vida social.

https://twitter.com/jmiroardevol

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