Un grupo de diputados italianos de La Liga han introducido una propuesta de Ley que propone dar hasta 20 mil euros a las parejas de menores de 35 años que se casen por la Iglesia para promover los casamientos católicos. El Vaticano se ha opuesto.
La Liga es uno de los actuales partidos que integran el actual Gobierno de coalición de la nueva presidenta Giorgia Meloni.
Con la controvertida medida pretenden impulsar esta práctica ante el crecimiento de los matrimonios unidos civilmente. Sin embargo, se han encontrado con un detractor inesperado: la propia Iglesia católica, que cree que esta medida solo serviría para «mercantilizar» un sacramento.
El proyecto de ley fue depositado al inicio de la legislatura el pasado 13 de octubre, pero su contenido ha salido a la luz este pasado domingo, 20 de noviembre. En concreto, la norma prevé una reducción de impuestos de hasta 20.000 euros «para gastos documentados relacionados con la celebración de una boda religiosa como invitaciones, decoración floral, ropa de los novios, servicio de catering, de peluquería y de fotografía».
Según informa The Objective, la ayuda prevista en el proyecto de ley, que para entrar en vigor deberá ser aprobado en el Parlamento, consiste en «una deducción del impuesto bruto por importe del 20% de los gastos, hasta un total de 20.000 euros»; según el texto de la norma, que calcula que «el gasto para el Estado sería de 120 millones para 2023, 90 millones para 2024 y 85 millones para 2025».
Sim embargo, el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, al arzobispo Vincenzo Paglia, se ha mostrado contrario a la propuesta del Gobierno de Italia, ya que ha asegurado que los casamientos católicos para la Iglesia «es un sacramento» y que, por lo tanto, «no se puede comprar».
«El matrimonio cristiano es una elección de amor para formar una familia, una elección de fe, libre. El matrimonio para la Iglesia es un sacramento y un sacramento no se puede comprar», ha recordado monseñor Paglia.
El prelado afirma que el Gobierno debe estar «comprometido con el apoyo a las familias» sobre todo, en los momentos «más difíciles» como la actual crisis energética actual, derivada de una escasez global de combustibles por la guerra en Ucrania. Sin embargo, el responsable del organismo del Vaticano que se ocupa de analizar los principales problemas de bioética y derecho, relativos a la promoción y a la defensa de la vida, ha asegurado que esa ayuda «debería concernir a todos los ciudadanos».
Según monseñor Paglia, es cierto que «ante la crisis de los matrimonios, ya sean religiosos o civiles, es oportuno pensar en un sistema de apoyo a las uniones estables». «Si el Estado quiere ayudar a las familias, que lo haga, pero a todas las familias», ha manifestado.
4 Comentarios. Dejar nuevo
El gobierno ayuda con el 20% de los gastos si hay matrimonio católico.
La Iglesia desaprueba.
Si el gobierno hace caso a la Iglesia, desaparece la ayuda del 20%
Si no hay ayuda, quien se iba a casar por lo civil se casará por lo civil.
Si hay ayuda, algunos que se iban a casar por lo civil se casarán por lo católico.
Habrá menos matrimonios civiles y más matrimonios católicos.
Para que haya matrimonio católico se requiere curso prematrimonial.
Curso que servirá a algunos que se casan por interés económico, a ver otras ventajas del matrimonio católico, aparte de la ventaja de la ayuda económica.
La ley de ayuda —como mínimo— no empeora la práctica matrimonial actual, y hay una apreciable probabilidad matemática de que mejore la práctica matrimonial actual.
Puestos a escoger, es mejor que se aplique esta ley de ayuda.
La posición de la Iglesia es totalmente acertada. El matrimonio eclesiástico es expresión de una convicción íntima, es consecuencia de un modo de entender la vida y la fe, es un acto ligado a la consciencia. El matrimonio es un SACRAMENTO. Pagar a alguien para que reciba un sacramento o cobrar por recibirlo sería simplemente un SACRILEGIO. Es espeluznante ver hasta qué punto la perversión materialista lo ha invadido todo. ¿Es de verdad «católica» una persona que no ve en esa transacción un acto sacrílego?
Por otra parte, ¿qué tienen que ver los gastos de peluquería, fiesta, etc. con el sacramento del matrimonio? Para casarse no hace falta nada de eso. Quien quiera festejar de ese modo y pueda permitírselo, que lo haga si quiere. Pero desgravar tales gastos (superfluos, en el fondo un lujo) tanto si el matrimonio es civil como religioso, resulta absurdo.
Es una propuesta peligrosa, ya que muchos irían a casarse por la Iglesia solo para cobrar el dinero. Sería mucho mejor hacer una ley del divorcio muy restrictiva, porque actualmente mucha gente se divorcia por cualquier tontería. O por ejemplo dar un premio o desgravación fiscal, a los matrimonios cuando cumplan 25 o más años de casados.