Cataluña es la primera comunidad autĂłnoma que ya ha regulado con una legislaciĂłn propia la aplicaciĂłn de la ley de la eutanasia. Y lo ha hecho por la vĂa del decreto ley. Este fue revalidado por una amplia mayorĂa, porque todos los partidos votaron a favor excepto PP y Vox. El diputado de Units per Avançar, Ramon Espadaler, se ausentĂł de la sesiĂłn y por tanto no votĂł.
En plena quinta ola de la Covid-19 y ante el fracaso rotundo del consejero de Sanidad, reconocido por Ă©l mismo, pero que no lo ha llevado al gesto de dimitir, tiene tiempo y ocasiĂłn para llevar al Parlamento de manera urgente la aprobaciĂłn de este decreto ley del gobierno. Junto con la inusitada diligencia para llevar adelante la eutanasia en Cataluña, hay que criticar la vĂa utilizada: igual que hace Sánchez, el presidente de la Generalitat abusa del decreto ley, que es una fĂłrmula válida si se utiliza correctamente, pero si se abusa degrada la democracia y el Parlamento.
Esta figura jurĂdica está pensada para ser utilizada en situaciones excepcionales que requieran una gran urgencia en la respuesta, porque prácticamente liquida toda la tramitaciĂłn parlamentaria y las garantĂas que Ă©sta conlleva para un debate reflexivo de las leyes, y se convierte en un «visto y no visto «. No parece lĂłgico que un tema de esta envergadura, el gobierno catalán lo coloque por la puerta trasera y lo liquide en unas horas, como ha hecho.
Hay que decir que una vez más y desgraciadamente, la consideraciĂłn en el Parlamento de Cataluña y las prácticas democráticas por parte del gobierno de ERC y JxCat, es perfectamente descriptible. Ya lo fue en su origen cuando aprobĂł por mayorĂas no cualificadas las leyes de desconexiĂłn y la liquidaciĂłn del Estatuto, y lo ha seguido repitiendo cuando le ha interesado, como este Ăşltimo caso, sobre la eutanasia.
Al mismo tiempo que se dan tanta prisa en sacar adelante esta disposiciĂłn, se produce el increĂble retraso en resolver el escándalo de la renta garantizada de ciudadanĂa a la que, a pesar del tiempo que hace que fue aprobada, sigue sin poderse acceder por la mayorĂa de la poblaciĂłn que la necesita. Revisar la legislaciĂłn sobre este ámbito sĂ es una urgencia vital que no está en la agenda del gobierno. Como tampoco está otra cuestiĂłn de extremada necesidad y urgencia como es la legislaciĂłn que permita afrontar con mayor eficacia la actual pandemia y establecer un marco para lo que pueda venir.
Una vez más se constata que el gobierno de Cataluña, más que por intereses de la mayorĂa de la poblaciĂłn, se mueve por criterios ideolĂłgicos. No es aceptable que con la pobreza de ayudas sociales que existe, las largas listas de dependencia y la escasez de recursos para los cuidados paliativos, se otorgue prioridad a un decreto ley sobre la eutanasia.
¿Qué ejercicio de libertad nos ofrece el gobierno de Aragonès cuando la opción que nos da es sufrir o acabar con el sufrimiento a fuerza que el médico te mate, y deje sin aplicar los recursos sociales, económicos y sanitarios que permiten aliviar o suprimir totalmente el sufrimiento de las personas?
Igual que hace Sánchez, el presidente de la Generalitat abusa del decreto ley, que es una fórmula válida si se utiliza correctamente, pero si se abusa degrada la democracia y el Parlamento Clic para tuitear