El pasado domingo por la tarde, la Plaza de Sant Jaume en Barcelona se convirtió en el escenario de una singular protesta ciudadana.
Cientos de personas, convocadas por la asociación Corriente Social Cristiana, llevaron más de 50 pesebres para reivindicar la tradición navideña que el Ayuntamiento había decidido suprimir este año.
En lugar del tradicional belén, el gobierno municipal liderado por el alcalde socialista Jaume Collboni instaló una estrella gigante de veinte puntas, cuyo coste ascendió a 145.000 euros, cofinanciados por la Generalitat.
Esta decisión ha generado un profundo malestar entre los ciudadanos, que ven en la medida un intento de borrar una tradición arraigada desde 1940.
Aunque en 2020 no se instaló el belén debido a las restricciones de la pandemia, nunca antes un alcalde había tomado la determinación de eliminarlo de forma deliberada.
De hecho, los predecesores socialistas de Collboni —como Narcís Serra, Pasqual Maragall, Jordi Hereu y Joan Clos— siempre respetaron la presencia del pesebre en este espacio tan emblemático durante las fiestas navideñas.
«Si nos quitan el belén, nosotros lo pondremos»
La portavoz de Corriente Social Cristiana, Alicia Berenguel, explicó a los medios que la iniciativa surgió como una respuesta ciudadana ante lo que consideran una arbitrariedad por parte del Ayuntamiento. «Decidimos que si el Ayuntamiento nos quitaba el belén, lo pondríamos nosotros, los ciudadanos. Realizamos una intensa campaña invitando a los barceloneses a llevar su propio belén, cantar villancicos y leer poemas navideños. En definitiva, a celebrar el verdadero origen de la Navidad», afirmó Alicia a los medios.
La plaza pronto se llenó de pesebres y canciones que atrajeron la atención de muchos transeúntes. Los villancicos, interpretados por coros y músicos de distintas comunidades cristianas, crearon un ambiente festivo que contrastó con la frialdad de la estrella instalada por el gobierno local. «Mucha gente se acercó aplaudiendo la iniciativa y agradeció el despliegue de belenes. Esa estrella no despierta ningún sentimiento ni emoción porque no conecta a nadie con la Navidad», subraya Alicia Berenguel.
Una tradición que no genera polémica
Uno de los argumentos del Ayuntamiento para eliminar el belén fue que se trata de un símbolo «polémico» en el espacio público.
Sin embargo, la respuesta ciudadana del domingo demuestra lo contrario. Según Berenguel, «Había gente de muchas culturas, nadie se sintió incómodo. El belén no tiene nada de polémico; la gente quiere celebrar la Navidad, revivir las tradiciones de sus mayores y disfrutar de su significado religioso y cultural».
Durante el acto, también se formaron colas en una mesa de registro donde algunos ciudadanos, confundidos, pensaban que se recogían firmas para exigir el retorno del belén. «Esto refleja el descontento de mucha gente que siente que le han arrebatado algo propio», señaló la portavoz.
El evento no solo fue una manifestación festiva, sino también una declaración política. Corriente Social Cristiana leyó un manifiesto que concluyó con una firme petición al alcalde: «Reclamamos el retorno del pesebre a la plaza Sant Jaume. El alcalde no representa a la mayoría de los ciudadanos de Barcelona y hacemos un llamado a todos los partidos y organizaciones a poner fin a arbitrariedades como esta».
El acto, que duró casi dos horas, incluyó la lectura de poesías navideñas, textos sobre el origen del belén y cánticos de villancicos en castellano y catalán.
La Navidad vuelve a Sant Jaume
Este acto no será el único que se realice en la Plaza de Sant Jaume. Alicia Berenguel anunció que otros grupos cristianos seguirán organizando encuentros similares en los próximos días. Se tiene previsto regresar los días 21, 23 y 24 de diciembre para continuar cantando villancicos y celebrando la Navidad en este simbólico espacio.
Alicia Berenguel también fue contundente al criticar la postura del Ayuntamiento: «El belén tiene un componente religioso, pero también es una tradición cultural profundamente arraigada y de gran valor artístico. La decisión de eliminarlo es un claro intento de erradicar cualquier vestigio cristiano de la celebración navideña bajo la excusa de un falso progreso e inclusión».
“Collboni, devuélvenos el belén”
En las semanas previas al evento, la asociación Corriente Social Cristiana distribuyó mil carteles con el mensaje: «Collboni, devuélvenos el belén; no es tuyo, es nuestro». Esta campaña refleja el creciente malestar ciudadano.
El acto del domingo concluyó con un mensaje de esperanza y unidad. Los asistentes abandonaron la plaza satisfechos, conscientes de haber defendido algo que consideran parte de su identidad como pueblo y como personas. La tradición del belén, lejos de desaparecer, parece haber cobrado nueva fuerza gracias a la respuesta de los barceloneses. La Plaza de Sant Jaume, durante unas horas, volvió a ser el escenario de la Navidad, con villancicos, poesías y pesebres que recordaron su verdadero significado.