Dos meses después, las compañías siguen navegando en un mar de incertidumbres. A pesar de que desde el Gobierno se han aclarado dudas como, por ejemplo, el concepto de tiempo efectivo de trabajo, las empresas van adaptando lentamente diferentes sistemas de fichaje para evitar las sanciones. Desde los clásicos tornos hasta modernas aplicaciones para los móviles se están implementando para el registro horario diario.
Los avances son lentos porque muchas empresas son conscientes que aplicar la ley les va a suponer una inversión económica y no quiere hacerla en vano”, declara el director de relaciones laborales de Foment, Javier Ibars. Foment del Treball afirma en que la entrada en vigor del registro de jornada no ha generado grandes disrupciones en el día a día de sus afiliados. No obstante, señala que algunos de esos potenciales conflictos se están posponiendo, ya que muchas empresas no están implantando sistemas de control estables, al no disponer todavía de ese despliegue reglamentario que también echan en falta los inspectores.
El Real Decreto persigue a las empresas que no pagan las horas extra que realizan los empleados. Según la última encuesta de población activa, en España se hacen cada semana 5,7 millones de horas extraordinarias. De estas horas, 2,6 millones no se pagan y, por tanto, serían fraudulentas. En los últimos años, han bajado después de que se llegara a un máximo a finales de 2015, con 3,5 millones. “La introducción del registro de jornada debe contribuir a corregir la situación de precariedad, bajos salarios y pobreza que afecta a muchos de los trabajadores que sufren los abusos en su jornada laboral”, afirmó el Gobierno sobre la aplicación del Real Decreto.
El polémico tiempo de trabajo efectivo
La nueva normativa pide que se registre el tiempo de trabajo efectuado por el trabajador de forma diaria. La primera duda que sobrevino fue la inclusión de qué conceptos pueden entrar dentro de este tiempo, como el del descanso, la hora de comer o el desplazamiento entre centros de trabajo. Aún en fase prematura, los sindicatos declaran que, ante la ausencia de un reglamento claro sobre el tiempo de trabajo efectivo, los jueces aclararán este punto.
Antes de que se establezca este punto, muchas empresas ya han pactado con la parte social de la empresa para establecer qué entra y que no en la jornada del trabajador. Algunas empresas, centro de trabajo por centro de trabajo, ya han ido resolviendo estos temas. Un ejemplo es El Corte Inglés, que pactó con su comité que pausas como la del cigarrillo no contaban.
La plataforma jurídica Iberley especifica diferentes periodos que, según la ley actual, se pueden considerar como jornada laboral. Entre ellos se encuentra el tiempo de «toma y deje» (Tiempo de presencia necesario para empezar o terminar la jornada en que no se desarrollan servicios propiamente dichos.), el llamado tiempo de «bocadillo», pruebas de salud laboral del trabajador, tiempo dedicado a formación en prevención de riesgos laborales y el tiempo disponible del trabajador. Este último periodo es aquel en el que, mediante previo acuerdo, el trabajador fuera de su horario habitual, tiene que permanecer permanentemente localizable.
