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El BCE cambia de cara ante la desaceleración de Europa

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Con la toma de posesión de la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde ha intentado mostrar una imagen del Banco diferente a la de su predecesor Mario Draghi. El escenario al cual se enfrenta es de extrema complejidad: el crecimiento económico en Europa sigue desacelerando, con una economía que no reacciona ante los estímulos inflacionistas del BCE. Los tipos de interés al mínimo tampoco ofrece margen de maniobra para dinamizar a la economía.

Cada vez son menos los que creen en la capacidad del banco central. Los propios expertos del BCE han rebajado sus perspectivas de inflación al 1,2% a corto plazo y al 1,5% en los dos próximos años. Por otro lado, las expectativas de inflación a cinco años dentro de cinco años a través de swaps (la inflación que se espera dentro de 10 años) son del 1,2%, muy lejos del objetivo del 2%. Nick Kounis y Bill Diviney, economistas de ABN Amro, señalan en una nota que «los resultados son particularmente llamativos, dado que el BCE anunció un nuevo paquete de estímulos en septiembre… se está perdiendo la fe en el BCE». Las tendencias estructurales de la economía (demografía, menor crecimiento global, mayor propensión al ahorro, etc.) son difíciles de revertir incluso aunque la política fiscal y monetaria actuasen de forma coordinada.

Lagarde llega a un BCE donde el precio del dinero está en el 0% desde hace tres años y medio y los tipos de depósitos para la banca han caído ya al -0,5% sin que lo anterior se haya traducido en un crecimiento vigoroso. Al contrario. Alemania habrá entrado, previsiblemente, en recesión en el tercer trimestre de este año y las turbulencias derivadas del Brexit –se produzca o no– y la guerra comercial entre Estados Unidos y China continúan restando confianza para el consumo de las familias y la inversión de las empresas.

Una de las primeras medidas de Lagarde ha sido la compra mensual de 20.000 millones de euros sin fecha de finalización determinada. Según Bloomberg el BCE tiene margen de 14 meses para comprar deuda alemana, antes de tener que cambiar el límite del 33% de deuda que puede comprar de cada emisor.

 

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