El Santo Padre ha alzado muchas veces la voz contra la persecución cristiana: «Puede parecer difícil de creer -dijo en un reciente mensaje en vídeo-, pero hoy hay más mártires que en los primeros siglos». Según numerosos estudios internacionales, los cristianos son hoy en día el grupo más perseguido del mundo, con más de 200 millones de personas sometidas a discriminación, violaciones de los derechos humanos, agresiones y ataques. Muchas personas pierden la vida para permanecer fieles a Jesús.
Este miércoles 24 de abril, octava de Pascua, el Papa Francisco lanzó un nuevo tweet en su cuenta oficial de Twitter @Pontifex: «Los mártires de todos los tiempos, con su fidelidad a Cristo, nos dicen que la injusticia no tiene última palabra: en el Señor Resucitado podemos seguir esperando. #Pascua».
The martyrs of all times, with their fidelity to Christ, tell us that injustice does not have the last word: we can continue to hope in the risen Lord. #Easter
— Pope Francis (@Pontifex) 24 de abril de 2019
Al respecto, Francisco afirmó en 2015: «Pensemos en nuestros hermanos asesinados en la playa de Libia; pensemos en ese niño quemado vivo por sus compañeros porque es cristiano; pensemos en esos migrantes que son arrojados en alta mar, por ser cristianos; pensemos (…) en esos etíopes asesinados por ser cristianos…Y muchos otros que no conocemos, que sufren en las cárceles, por ser cristianos…. Hoy la Iglesia es la Iglesia de los mártires: ellos sufren, ellos dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio.
El Pontífice repitió ese mismo año que «no hay cristianismo sin persecución»; y nos invita a recordar la última de las bienaventuranzas: «Cuando os lleven a las sinagogas, os perseguirán, os insultarán: éste es el destino del cristiano». Y denuncia: «Hoy, ante este hecho que ocurre en el mundo, ante el silencio cómplice de tantos poderes que podrían detenerlo, nos encontramos ante este destino cristiano: recorrer el mismo camino que Jesús».
El Papa habla de dos tipos de persecución contra los cristianos: la persecución explícita, violenta y brutal, y la persecución «educada, disfrazada de cultura, modernidad y progreso».
«Es la persecución la que priva al hombre de la libertad, incluso de la objeción de conciencia. Dios nos ha hecho libres, pero esta persecución te quita la libertad. Y si no lo haces, serás castigado: perderás tu trabajo y muchas cosas o serás dejado de lado. Esta es la persecución del mundo -subrayó Francisco en 2016- cuando las potencias quieren imponer actitudes, leyes contra la dignidad del hijo de Dios, las persiguen y van contra Dios Creador: es la gran apostasía».