“¿Estás pensando en ir a una clínica de fecundación in vitro? En estas páginas encontrarás la información necesaria para que tomes las mejores decisiones para afrontar tu búsqueda. Se trata de información importante que no te contarán en las clínicas, y que has de conocer.”
Así inicia el libro que ha inspirado las reflexiones de este artículo, El último in vitro. Un libro escrito por el doctor Francisco Güell, investigador y conocedor de los entresijos de este mundo, poco conocido y lleno de pequeñas o grandes oscuridades y contrariedades. Se habla muy poco de infertilidad, y es uno de los problemas de salud que más existencialmente nos toca. Pero a la vez que está presente en muchas parejas, está ausente como un nuevo tabú de muchos ambientes.
La “solución técnica” más difundida ante este problema es dar hijos a estos matrimonios, o mujeres solteras o parejas estériles, a través de la fecundación in vitro. El doctor Francisco Güell, con la publicación de su libro, se ha mojado en este tema. Ha estado años investigando en un proyecto europeo que evaluaba este tema en varios países de Europa y Norteamérica. Y las preguntas e inquietudes han llenado su cabeza y su corazón. Y ha querido plasmarlo en un libro divulgativo, más allá de los artículos científicos, que solo llegan a los científicos e investigadores.
Dos son los problemas principales que suscita este tema, amén de su discernimiento moral, en el cual no ha querido profundizar el autor. El aumento de riesgos para los embriones y nacidos por esta técnica y la baja tasa de éxito, aunque muchas clínicas pretendan vender lo contrario.
En España la prematuridad es casi tres veces más en fecundación in vitro que en partos naturales.
Los riesgos para los embriones concebidos en laboratorio se ponen cada vez más en evidencia. En su etapa intrauterina destacan la prematuridad, el bajo peso al nacer y la mayor prevalencia en partos múltiples, o sea, en nacimiento de mellizos. En España la prematuridad es casi tres veces más en fecundación in vitro que en partos naturales. Y esta prematuridad, en muchos casos, influye en el desarrollo del resto de la vida. Sabemos que el ambiente influye en la salud, y cuando ese ambiente ha sido artificial en momentos tan decisivos, como son los días posteriores a la concepción, la influencia es mucho mayor. Cuanto más invasiva es la técnica, o la terapia, mayor es la posibilidad de patologías genéticas.
Junto a la prematuridad nos encontramos con el bajo peso al nacer y la mayor prevalencia de partos gemelares, con el aumento de riesgo tanto para el embrión como para la madre. Los datos están ahí, pero parece que no queremos verlos. O tal vez sea que no nos interesa verlos, porque estamos demasiado preocupados en otros temas, más inmediatos y aparentemente urgentes.
En 2022 se iniciaron casi 170.000 tratamientos, y casi en un 80% el tratamiento no obtuve un recién nacido vivo.
El segundo gran problema, según este investigador, es la baja tasa de éxito. Mucho más baja de lo que las clínicas nos pretenden vender. Gran parte de los pacientes que acuden a clínicas de reproducción asistida terminarán su paso por estas clínicas sin conseguir un hijo vivo, después de varios ciclos e incluso de varios embarazos. ¿Por qué hay tanto interés, publicitario, por vender una tasa de éxito cercana al 100%? En 2022 se iniciaron casi 170.000 tratamientos, y casi en un 80% el tratamiento no obtuve un recién nacido vivo. Si a ese dato le añadimos el factor de la edad, apenas un 12% de las mujeres de más de 35 años conseguirán tener a un niño en sus brazos.
¿Por qué nadie, o casi nadie, dice nada? El análisis es complejo, y se mezclan muchos factores y muchos intereses. En asociaciones internacionales que hablan de estos temas se trata de quitar hierro a los riesgos y a la baja tasa de éxito. Se intentan maquillar los datos. Y la realidad llega fragmentada, distorsionada, a los que trabajan al pie del cañón, o mejor dicho, del laboratorio.
El Dr. Güell, y otros expertos en el tema, afirman que hay mucha fragmentación en este campo: cada trabajador ve su partecita del problema, la punción de la mujer y maduración de ovocitos, la capacitación espermática, el seguimiento visual de la morfología de los embriones durante los primeros días, la transferencia de embriones al útero de la mujer… Incluso, hablando del campo psicológico, el ánimo a los pacientes para que no abandonen ante el primer fracaso, ni ante el segundo…. Ni ante el sexto o séptimo intento.
En nuestra sociedad actual cada vez somos más expertos de cosas más pequeñas. Sabemos casi todo de casi nada, y esa nada termina invadiendo nuestra alma. Hemos perdido la riqueza de la sabiduría integral, humana. Y miramos tanto a esta hoja del abeto, más aún, a esta pequeña parte de la hoja, que perdemos de vista la belleza del bosque completo, del vale, de la montaña.
La presentación de este libro estuvo jalonada de algunos pensamientos, que recojo a modo de conclusión. El tema es amplio, y no puede tratarse en pocas líneas, pero no está de más plantearse algunas preguntas.
En primer lugar, ¿Qué sienten los pacientes, y sobre todo las pacientes? La infertilidad es un tema existencial que toca muy en directo a cualquier pareja. La presión interna y externa es mucha, y va en aumento a medida que se va realizando un intento, y otro, y otro. Todo aborto, espontáneo o no, supone un duelo. Y muchas mujeres, sin recuperarse de uno, entran en la rueda del siguiente tratamiento, de la siguiente transferencia de un embrión. No pretendo justificar ningún acto, pero sí comprenderlo mejor. Muchos usuarios han oído palabras muy duras: “No sois compatibles”, “Tu mujer rechaza tu esperma” “Ya eres vieja para…”
Y en segundo lugar, afrontemos el problema en positivo. Ante una situación de infertilidad la solución no está en darte un hijo, a cualquier precio, sino en estudiar esa infertilidad, diagnosticar las posibles enfermedades que la están provocando, y solucionar el problema de raíz. Si vamos a urgencias con un brazo roto y sangrando no queremos 4 tiritas que corten la hemorragia, sino la curación de la rotura.
Se habla muy poco de infertilidad, y es uno de los problemas de salud que más existencialmente nos toca. Pero a la vez que está presente en muchas parejas, está ausente como un nuevo tabú de muchos ambientes Compartir en X









