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Francisco, Bergoglio y Dilexit nos

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Me resulta curioso comenzar la redacción definitiva de este artículo. Su origen está en una reunión acerca de Dilexit nos, la última encíclica del papa Francisco, y las notas que tomé tras su lectura. Pero desde entonces todo se ha acelerado: Francisco ha fallecido y tenemos nuevo papa, León XIV. De algún modo, el proceso me ha hecho repensar el papado de Francisco, pues Dilexit nos me llevó a releer varios de los textos de Francisco, como Lumen Fidei, Laudato si´, Evangelii Gaudium y Fratelli tutti.

Lo primero que en su momento me planteé al leer Dilexit nos fue su finalidad, la intención que latía tras la misma. Y les reconozco que lo primero que pensé es que su objetivo me resultaba confuso, pues se trata de una encíclica diferente a las anteriores y, tal vez por eso, su lectura resulta más compleja.

Sin duda, es claramente una tercera parte de una trilogía – tras Fratelli tutti y Laudato si– escrita en una misma línea, pero con un sentido religioso y devoto cuya ausencia resultaba llamativa en las anteriores encíclicas. No en vano, se dice en la Conclusión: “Lo expresado en este documento nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo”.

Por eso, me he preguntado: ¿estamos ante un texto que busca evitar que el legado teológico de Francisco sea recordado como limitado al plano social y político? ¿Un documento que enlaza con Lumen Fidei tras el paréntesis sociopolítico y económico? Tras dos encíclicas más políticas que religiosas, ¿necesitaba Francisco una encíclica religiosa y no política, con la que finalizar su pontificado?

Quizá necesitaba Francisco de un documento cercano a la religiosidad popular, con evidente falta de referencia a la teología dominante desde el Concilio que ha caracterizado su pontificado. Podemos pensar que esto responde a una necesidad de aclarar cosas a muchos fieles católicos, que no han entendido muchas de las posturas y posiciones defendidas por Francisco, con una cierta vuelta a lo tradicional

Por eso, puede que todo eso sea excesivo para una encíclica que no justificaría su necesidad doctrinal o su urgencia, sino la necesidad de aportar alguna forma de espiritualidad al propio pontificado de Francisco.

Pero la necesidad de un documento netamente religioso y espiritual, ¿no ha llevado a  acudir a una manifestación de devoción importante en otros tiempos y con unas formas de devoción hoy minoritarias en la realidad católica? ¿Y eso mismo no mostraría con claridad que esa falta de espiritualidad de la actualidad se presenta como una carencia del propio pontificado de Francisco? Por eso, puede que todo eso sea excesivo para una encíclica que no justificaría su necesidad doctrinal o su urgencia, sino la necesidad de aportar alguna forma de espiritualidad al propio pontificado de Francisco. De hecho, se explica este documento papal en base a “la revelación del amor de Dios en el Corazón de Cristo”. Aunque, en mi opinión, no con suficiente claridad. Y por eso, llama la atención el uso de símbolos y referencias en relación con el Sagrado Corazón de Jesús no ajustadas a los tiempos presentes, pareciendo responder a una devoción de los siglos XVIII,  XIX y principios del XX, hoy quizá olvidada por muchos, y que se pretende recuperar dando un salto de un siglo. Ese vacío resulta llamativo. Por otro lado, faltarían referentes universales, dado que en cierto modo responden a ámbitos demasiado locales.

Tampoco podemos evitar pensar que estamos ante un documento que necesitaba volver a las raíces ignacianas de Jorge Mario Bergoglio más que ante un documento de Francisco.

De lo que no hay duda es de que esta ha sido la encíclica más personal del papa Francisco. En la misma, hay una visión pesimista del presente, que comparto, muy en la línea de otros pronunciamientos papales. Por eso, se insiste, como en Evangelii Gaudium, en criticar la realidad socioeconómica dominante en el modelo occidental, el malestar social que genera y las consecuencias del alejamiento de Dios.

Otro aspecto destacado es que realiza una crítica profunda contra la modernidad, cuyo éxito está siendo sin duda su fracaso. Pero no se insiste en que esa modernidad se ha llevado por delante mucho de la Tradición católica que a veces ha parecido llegar a un camino sin salida.

detecto una advertencia de Francisco a los excesos de la deriva eclesial hacia el intelectualismo

Se aporta en el documento papal una crítica muy acertada al racionalismo dominante y al peor materialismo. Pero, a la vez, no se insiste en la necesidad de que toda devoción haya de partir del Logos. Y en ese dilema entre ambas posiciones ha de mantenerse el catolicismo, pues es donde florece su pensamiento. A veces pareciera que se rechaza todo el pensamiento racional al ser todo considerado racionalismo. De hecho, detecto una advertencia de Francisco a los excesos de la deriva eclesial hacia el intelectualismo, lo que no veo claro si es un modo de establecer distancia con Benedicto XVI o parte de un empeño en hacer del cristianismo una religión sentimental, social, sin aplicación práctica para el mundo y más adecuada a la ideología dominante en el pensamiento político occidental de las últimas décadas.

Afortunadamente se produce un acertado alejamiento de un documento de autoayuda

Hay que destacar en el texto un intento de acercamiento a referentes del pensamiento filosófico: Delfos y pensamiento griego, Descartes, Bauman, Byung-Chul Han, etc., lo que parece una necesidad de justificar el pensamiento católico en base a referencias actuales de las que carece hoy el catolicismo. Afortunadamente se produce un acertado alejamiento de un documento de autoayuda, pero en ciertos momentos ha estado cerca de tomar ese camino que luego, afortunadamente, se evita.

La idea de sanación y reparación se afronta decididamente, pero resultando muy acertado el enfoque, no creo que resulte accesible a un mundo católico que ya no entiende muchas de las referencias del mismo y menos fuera de él. Pero ese es un camino que abre Francisco para que otros puedan desarrollarlo en un mundo herido y dolorido por la falta de referencias a Cristo.

En conjunto, y a pesar de las dudas expuestas, me parece que el documento nos explica la devoción al Sagrado Corazón de Jesús para quienes no la conozcan en profundidad y que con esta encíclica encontrarán un modo muy adecuado de conocerla y practicarla, al entender las raíces de lo que supone. Estamos ante un texto importante, que conviene leer y analizar detenidamente por la ruptura que supone con las anteriores encíclicas de Francisco.

Blog del autor: Almáciga de olvidos: Cuaderno de literatura y pensamiento

Es claramente una tercera parte de una trilogía – tras Fratelli tutti y Laudato si- escrita en una misma línea, pero con un sentido religioso y devoto cuya ausencia resultaba llamativa en las anteriores encíclicas Compartir en X

 

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