Según los datos publicados en el Monitor Desigualdad de CaixaBank Research, los jóvenes son los que han visto su economía más afectada por la pandemia. El covid-19 ha debilitado la capacidad de ahorro y la oportunidad de acceder a una vivienda o independizarse de la generación millennial y Z. La media de ingresos de la población joven es hasta un 45% inferior a la de antes de la pandemia, y lo más trágico es que muchos de ellos no han ingresado nada en absoluto entre marzo y agosto.
Según el estudio, el 20% de los jóvenes de esta franja de edad que menos cobran han desplomado sus ingresos un 45,5% entre marzo y agosto de este año, sin contar ayudas públicas. El 42% de los jóvenes que tenían ingresos medios antes de la pandemia pasaron a tener un nivel de ingresos bajo o a quedarse sin ellos; entre los que tenían ingresos bajos, el 44% no ingresó nada. “Los jóvenes de entre 16 y 29 años tenían, de partida, un nivel de ingresos claramente inferior al de las personas de mayor edad y son los que están experimentando un mayor deterioro”, señala el Monitor de la Desigualdad de CaixaBank Research.
Entre febrero y abril, y antes de tener en cuenta las transferencias del sector público, el peso del grupo de jóvenes sin ingresos aumentó en 24%, frente al incremento de 15% que observamos en el conjunto de la población. Además, los jóvenes que antes de la pandemia tenían unos ingresos más bajos son uno de los colectivos que más está sufriendo la crisis.
Entre las personas de mayor edad, entre 50 y 64 años, el impacto fue menor aunque no despreciable. Así, el aumento del número de personas mayores sin ingresos fue de 9%, y el porcentaje de mayores que antes de la pandemia tenían unos ingresos bajos y que en abril se encontraban sin ingresos (antes de tener en cuenta las transferencias públicas) fue del 23%, 10%. inferior al conjunto de la población y 22% inferior al de los jóvenes. En cambio, en el otro extremo de la distribución de ingresos, las personas con ingresos altos se mantuvieron más estables a lo largo del tiempo, tanto entre las personas mayores como entre los jóvenes.
La evolución del índice de Gini por edades también refleja que el impacto de la crisis es distinto entre diferentes grupos. Para los jóvenes, el índice de Gini antes de las transferencias del sector público aumentó en 19 puntos entre febrero y abril, y en agosto todavía se mantenía 8 puntos por encima del nivel previo a la crisis. En cambio, entre las personas de mayor edad, el aumento fue claramente inferior, y en agosto «solo» se encontraba 3 puntos por encima del nivel de febrero. Aunque en menor medida, estas diferencias entre jóvenes y mayores persisten cuando nos fijamos en el índice de Gini después de las transferencias del sector público: entre los jóvenes se mantenía 6 puntos por encima del nivel previo a la crisis en agosto, mientras que para las personas de mayor edad aumentaba 1 punto.
La media de ingresos de la población joven es hasta un 45% inferior a la de antes de la pandemia, y lo más trágico es que muchos de ellos no han ingresado nada en absoluto entre marzo y agosto Share on X