El pasado 18 de marzo, España se convertía en el sexto país del mundo en legalizar la eutanasia y el suicidio asistido después de que el Congreso de los Diputados la aprobara como consecuencia del partido de gobierno PSOE.
Tras el anuncio, los obispos españoles se han destacado en contra de esta norma peligrosa que no ofrece garantías, ya que España es también el único país del mundo con la eutanasia legalizada y que, paralelamente, no tiene una ley de cuidados paliativos consistente y fuerte. Eso significa que propone una pendiente resbaladiza en la que la única solución que propone el estado ante momentos de máxima vulnerabilidad es el suicidio.
Los obispos españoles, a través de su secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Luis Argüello, han calificado de «una mala noticia» la Ley de eutanasia y ha recordado que ahora es momento para promover el testamento vital o declaración de voluntades anticipada y la objeción de conciencia.
«Este es un momento en favor de promover una cultura de la vida y de dar pasos concretos promoviendo un testamento vital o de declaraciones anticipadas que haga posible que los ciudadanos españoles manifiesten de una manera clara y determinada su deseo de recibir cuidados paliativos. Su deseo de no ser objeto de la aplicación de esta ley de eutanasia», ha explicado monseñor Argüello.
En una declaración, el secretario de la CEE ha defendido la necesidad de trabajar en favor de la objeción de conciencia y de «todo aquello que tenga que ver con esta cultura de la vida que quiere tener una línea roja diciendo con fuerza «no matarás»».
En opinión del portavoz episcopal, el legislador «ha buscado la solución de evitar el sufrimiento provocando la muerte de quien sufre», una circunstancia que ha estimado «dramática», cuando en nuestro país «hay 60.000 personas que mueren con sufrimiento cada año, pudiéndose remediar con una política adecuada de cuidados paliativos».
«No provocarás de manera decidida la muerte para aliviar el sufrimiento -prosigue-, sino al contrario, cuidarás, practicarás la ternura, la cercanía, la misericordia, el ánimo, la esperanza para aquellas personas que se encuentran en el tramo final de su existencia, quizás en momentos de sufrimiento que necesitan consuelo, cuidado y esperanza».
Por otro lado, el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, monseñor Juan José Omella, se ha preguntado en Twitter: «¿Nos podemos considerar una sociedad avanzada aprobando una ley que empuja a los enfermos a tirar la toalla y a terminar su existencia?».
¿Nos podemos considerar una sociedad avanzada aprobando una ley que empuja a los enfermos a tirar la toalla y a terminar su existencia?#EnFavorDeLaVida
— Card. Juan José Omella (@OmellaCardenal) March 18, 2021
Al mismo tiempo, el cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la CEE, Carlos Osoro, ha manifestado también en Twitter que es «dramático que hoy se apueste por la eutanasia». «La pandemia debe provocar un cambio de paradigma: pasemos de la búsqueda egoísta del propio bienestar al cuidado. Somos cuidadores del prójimo», ha concluido.