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Oración para ser un buen padre

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La primera vez que lo sentí fue aquella mañana en la que mi mujer me dijo que estaba embarazada de nuestro primer hijo. Fue una sensación que nunca antes había experimentado con tal intensidad y que nunca desde entonces me ha abandonado ya: el abismo de ser padre.

En rigor, es más una certeza que una mera sensación, y tiene dos caras, como una moneda.

Por un lado, me sentí envuelto por un abismo de gratitud. Una gratitud inmensa, inconmensurable, maravillosa y confortable, a Dios por el don de la vida que se nos regalaba en préstamo. ¿O es que puede haber algo más precioso que el regalo de una nueva vida?

Pero, casi a renglón seguido, una punzada de temor y angustia me acongojó la boca del estómago. ¿Cómo iba yo a ser el padre que Dios deseaba para esos, sus hijos? ¡Yo, con todas mis carencias y mis pecados!

Desde entonces, como digo, esa alegría y esa congoja no han hecho más que crecer día a día, renovándose con cada nacimiento de mi prole, y alternándose gradualmente (ora más gratitud, ora más temores) según los distintos vaivenes de la vida… e incluso según las horas y las tareas de cada jornada.

Si el lector sabe también de lo que hablo, tal vez encuentre útil esta oración:

Ser un padre para encontrar al Padre

Señor, me siento abrumado por la enorme responsabilidad que supone ser el padre de mis hijos.

Cuando consigo frenar el ritmo acelerado de las rutinas diarias, los miro, y en ellos te descubro a Ti.

Descubro la grandeza de tu poder creador. Me abruma la inocencia de sus corazones, que refleja tu bondad generosa. Y la esperanza de su futuro me desvela la magnitud de tu Providencia.

Cuando contemplo la historia de amor que tejes en sus vidas y veo el papel que me has reservado, pienso: ¡Qué regalo tan inmerecido! ¡Y qué lejos estoy de ser el padre que ellos se merecen!

Me siento inmensamente agradecido y bendecido por Ti a través de sus vidas. Tú los has llamado a la existencia, cruzándola con la mía para transformarla, para mejorarla, para llenar mis días de alegría y de pasión. Qué gran aventura es esta de ser padre.

Pero a la vez, siento abrirse bajo mis pies el abismo de mi propia necedad.

Necesito, Señor, que me pulas. Necesito que me ayudes a superar mis limitaciones, mis miedos y mediocridades, para que mi propio pecado no deje en ellos una marca indeleble.

Quiero ser para mis hijos el padre que Tú deseas. ¡Lógralo Tú en mí!

Quiero ser para mis hijos un padre que viva de un modo tal, que ellos puedan descubrirte a ti. ¡Transparéntate en mí!

Quiero que, a través de su padre, mis hijos puedan descubrir el amor de un Dios que es Padre. Su Padre.

Ayúdame, Señor, a ser para mis hijos un padre que les permita encontrar al Padre.

Amén.

Si te has sentido identificado con estas emociones de gratitud y temor al ser padre, ¡comparte tus experiencias! Juntos, construimos una comunidad que celebra los desafíos y las alegrías de la paternidad. 🌟👨‍👩‍👧‍👦 #PadreConPropósito… Clic para tuitear

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