El Gobierno de Portugal, ante la crisis demográfica, ha decidido premiar con 6.500 euros a los emigrantes que decidan volver al país luso. Esta ayuda, junto con una serie de beneficios fiscales, se encuentran dentro del intento desesperado del Gobierno Portugués para poder frenar la despoblación del país. En sólo 40 años Portugal ha pasado de registrar la mejor tasa de natalidad a encontrarse al final de la cola. Desde 2009, Portugal ha perdido 150.000 nacionales (más del 10% de su población actual). El Instituto Nacional de Estadística ya calcula que en 2030 se bajará de la barrera psicológica de los 10 millones. Según sus mismas cuentas, allá por el año 2080 apenas existirán en el mundo 7,5 millones de portugueses, cuando hoy son 10,3 millones.
Este paquete de medidas entró en vigor en el mes de julio con el nombre de Programa de retorno. Los requisitos para beneficiarse de esta ayuda son regresar con un contrato de trabajo y tener la nacionalidad portuguesa o ser descendiente de portugueses. «Esta es una política activa de empleo y está destinada a respaldar los contratos de empleo, no es un apoyo para las personas que vienen a Portugal a buscar trabajo», argumentó Miguel Cabrita, secretario de Estado de Empleo.
Sin embargo, el gobierno ha querido limitar las fechas, en las cuales sólo entran en el programa aquellos emigrantes que se fueron antes del 31 de diciembre de 2015, que vivieron en el extranjero durante al menos doce meses y que comiencen a trabajar en Portugal entre el 1 de enero de este año y el 31 de diciembre de 2020. Además de estas medidas, el Ejecutivo contempla cubrir los costes de transporte de los viajes de retorno y habilitar líneas de crédito especiales para emigrados que quieran realizar inversiones en Portugal.
A finales del año 2018 António da Costa anunció medidas para poder facilitar la entrada de inmigrantes para mejorar las cuentas. “Necesitamos inmigración, necesitamos atraer talento para vivir en Portugal. Estamos quedándonos no solo con una población más envejecida, sino que tenemos cada vez menos jóvenes. Esto no solo implica que podamos imaginar que en 2060, en lugar de los diez millones que hoy somos, seremos solo siete millones, significa enormes desafíos para la propia sostenibilidad de la sociedad” afirmó da Costa antes de enumerar las nuevas medidas. Las medidas que se pusieron en marcha fueron la flexibilización de la ley y facilitar que los inmigrantes obtengan la residencia. Al igual que ahora con la ley de retorno, el gobierno luso especificó que los destinatarios serían los trabajadores cualificados y emprendedores.