Los datos publicados recientemente por el Ministerio de Fomento indican que el precio de la vivienda ha seguido escalando, encareciendo el coste de vida en las grandes ciudades españolas. Además, la fluctuación de los precio muestran una mayor volatilidad que en el pasado.
El precio de la vivienda, como también el del alquiler, se está convirtiendo en un mal endémico para muchos ciudadanos. El precio medio de la vivienda subió un 7,2% en el tercer trimestre en tasa interanual, cuatro décimas más que en el trimestre anterior, según el Índice de Precios de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desde el cuarto trimestre de 2017 no se registraba un incremento de tales dimensiones. El precio medio de las de segunda mano aumentó un 7,3% interanual en el tercer trimestre, tres décimas más que en el trimestre anterior, registrando así su mayor alza en once años, en concreto desde el tercer trimestre de 2007.
Este fenómeno, sin embargo, no sólo afecta a grandes urbes como Madrid o Barcelona. Todas las comunidades autónomas han sufrido una subida en el precio de la vivienda. Los casos más destacables son los de Madrid (10,9%), Melilla (9,3%) y Cataluña (9,1%). Por otro lado, donde menos se ha producido un incremento ha sido en Extremadura (2,2%), Castilla-La Mancha (3,2%), Murcia (3,9%) y Galicia (4,1%).
Hace once años, en el tercer trimestre del 2007, el precio de la vivienda de segunda mano aún crecía un 7,5%. Sin embargo, ya llegaban los primeros indicios de la pérdida de pujanza que acabaría con el estallido de la burbuja inmobiliaria. A principios del 2007, la tasa interanual recogida por el INE era un pujante 13% y pasó a terreno negativo en apenas un año –el coste de la usada cayó en el primer trimestre de 2008 y el índice conjunto apenas tres meses después–. Los precios de la vivienda usada no volvieron a ser positivos hasta el 2014.
