El consejo de administración de Telefónica ha tomado la decisión de eliminar 2.800 puestos de trabajo. Este plan,que tendrá lugar a partir del año 2021, está destinado a trabajadores mayores de 53 años y con más de 15 años de actividad en la compañía. Este plan, llamado plan de suspensión individual (PSI) supondrá un ahorro anual de 220 millones de euros hasta 2021, según los cálculos de la teleco.
Esta reducción de plantilla viene precedida de otra aún mayor: el último plan tuvo un coste aproximado de 3.750 millones de euros y provocó la salida de unos 5.300 empleados de la empresa. Según los datos públicos de la compañía, el Grupo Telefónica ya registró 21 millones de provisiones por gastos de reestructuración en el segundo trimestre del año (17 millones de ellos en Telefónica Deutschland), que afectan a las partidas de gastos de personal. Durante 2018, los gastos de ajustes laborales se cifraron en 363 millones de euros, frente a los 219 millones de 2017 y los 1.290 millones de 2016. De todo lo anterior se desprende que dichas partidas rozaron los 1.893 millones desde principio de 2016.
«En cualquier caso, el impacto en generación de caja sería positivo desde el primer año si bien dependerá de las condiciones finales negociadas y el grado de adhesión del plan», apunta, puntualizó la multinacional en un comunicado remitido a la CNMV en el que también explicó que el programa permitirá «evolucionar» la plantilla y adaptarla «a los desafíos de los próximos años». El PSI tendrá en principio las mismas condiciones que el desarrollado entre 2016 y 2018, que incluía el pago del 68% de la retribución bruta hasta la jubilación.
El consejo de administración de Telefónica también ha aprobado un plan de formación para mejorar las capacidades de más de 6.000 empleados en España e incidir en las nuevas necesidades del negocio, como es la digitalización, robotización y automatización de procesos. De esta forma, la multinacional propone simplificar el marco laboral y reforzar las habilidades digitales de su plantilla
Esta búsqueda de la productividad, cada vez más común entre las grandes compañías en España, viene traducida en grandes recortes del personal. A tenor de un posible estallido de otra crisis económica, Telefónica también está buscando por otras vías la reducción de costes. Ayer mismo se tomó la decisión de vender 50.000 torres de telecomunicación para mejorar su situación financiera. La medida, que tendrá un recorrido de doce meses, forma parte de una estrategia «enfocada en la creación de valor para el accionista, mejorando el retorno sobre el capital empleado y realizando un uso más eficiente de sus excelentes infraestructuras de telecomunicaciones», tal y como informó la multinacional a la CNMV.
Actualmente la teleco opera a través de unas 130.000 torres en todo el mundo y es propietaria de 68.000, de las que 18.000 pertenecen a Telxius, su filial de infraestructuras de telecomunicaciones, y 50.000 a otras filiales del grupo. Más del 60% de estas torres de Telefónica están ubicadas en los cuatro principales mercados donde opera la compañía (España, Reino Unido, Alemania y Brasil).