Al igual que en las elecciones pasadas, la religión jugó un papel importante en la contienda presidencial estadounidense de 2020: el candidato republicano Donald Trump continuó obteniendo un fuerte apoyo de los protestantes evangélicos blancos, mientras que los protestantes negros y los no afiliados a la religión respaldaron al candidato demócrata y eventual ganador, el presidente Joe Biden.
Un gráfico de barras que muestra que los votantes negros apoyaron abrumadoramente a Biden en 2020, independientemente de la frecuencia con la que asistan a los servicios religiosos, según un estudio del think tank de pensamiento y análisis Pew Research Center.
Pero la identidad religiosa por sí sola no cuenta toda la situación. Entre los estadounidenses blancos, la asistencia al servicio de adoración sigue estando altamente correlacionada con la elección del voto presidencial, según un nuevo análisis del Pew Research de los votantes validados de 2020.
Al igual que en años anteriores, los votantes que asisten con frecuencia a los servicios religiosos, definidos como aquellos que asisten al menos una vez al mes, tenían más probabilidades de votar por el candidato republicano en las elecciones presidenciales más recientes, mientras que los que asistían con menos frecuencia tenían más probabilidades de respaldar al demócrata.
En general, el 59% de los votantes que asisten con frecuencia a los servicios religiosos votaron por Trump, mientras que el 40% eligió a Biden. Entre los que asisten a los servicios varias veces al año o menos, el patrón se invirtió casi exactamente: el 58% eligió a Biden, mientras que el 40% votó por Trump.
Sin embargo, estos patrones varían según la raza. La preferencia de los asistentes frecuentes a los servicios religiosos por Trump fue evidente entre los votantes blancos, pero en gran medida ausente entre los votantes negros (debido a las limitaciones en el tamaño de la muestra, los resultados entre los hispanos y los asiático-americanos no se pudieron analizar por separado).
Aproximadamente siete de cada diez estadounidenses blancos no hispanos que asisten a servicios religiosos al menos una vez al mes (71%) votaron por Trump, mientras que aproximadamente una cuarta parte (27%) votó por Biden. Entre los estadounidenses blancos que asisten a servicios religiosos algunas veces al año o menos, muchos menos votaron por Trump (46%), mientras que alrededor de la mitad (52%) votó por Biden.
Un gráfico de barras que muestra que entre los protestantes blancos no evangélicos, los asistentes poco frecuentes a la iglesia tenían más probabilidades de votar por Trump.
Entre los adultos negros no hispanos en los Estados Unidos, en comparación, no existe tal vínculo entre la asistencia y la elección de voto. Nueve de cada diez afroamericanos que asisten a servicios religiosos mensualmente o más votaron por Biden en 2020, al igual que una proporción similar de votantes negros que asisten a los servicios con menos frecuencia (94%). Solo el 10% de los asistentes negros frecuentes y el 5% de los asistentes negros poco frecuentes votaron por Trump.
Entre los estadounidenses blancos, la medida en que la elección de voto está ligada a la frecuencia de asistencia a los servicios religiosos difiere según la afiliación.
Los protestantes evangélicos blancos han estado entre los distritos electorales más leales del Partido Republicano, y esto siguió siendo así en 2020. Más de ocho de cada diez votantes protestantes evangélicos blancos que asisten a servicios religiosos con frecuencia (85%) votaron por Trump en las elecciones más recientes, como hizo el 81% de los que asisten con menos frecuencia. Los protestantes evangélicos blancos tienden a ser más religiosos que otros cristianos según una serie de medidas, incluso en sus hábitos de adoración: dos tercios de los votantes evangélicos blancos asisten mensualmente o con más frecuencia, mientras que un tercio asiste con menos frecuencia.
Un gráfico de barras que muestra que dos tercios de los evangélicos blancos que votaron en 2020 asisten a los servicios religiosos con frecuencia.
Los protestantes blancos que no son evangélicos, sin embargo, varían en términos de la conexión entre la asistencia a los servicios religiosos y la votación por Trump. En 2020, los protestantes blancos no evangélicos que asisten a los servicios menos de una vez al mes favorecieron a Trump sobre Biden, del 59% al 40%. Pero entre los blancos no evangélicos que asisten a los servicios con más frecuencia, el voto se dividió casi por igual, con un 51% a favor de Trump y un 48% a favor de Biden.
Los protestantes blancos que no son evangélicos tienden a asistir a la iglesia con menos frecuencia que sus homólogos evangélicos: tres de cada diez votantes validados protestantes blancos no evangélicos dicen que van a la iglesia mensualmente o más, mientras que casi siete de cada diez van unas cuantas veces al día. año o menos.
Mientras tanto, los católicos blancos siguen otro patrón. Aproximadamente seis de cada diez católicos blancos que asisten a misa mensualmente o con más frecuencia (63%) apoyaron a Trump en las elecciones de 2020, mientras que el 36% apoyó a Biden. Los asistentes a misas menos frecuentes expresaron menos apoyo a Trump (53%) y más apoyo a Biden (47%).
Finalmente, hay adultos blancos que no están afiliados a ninguna religión, un grupo que representa el 26% de los votantes blancos en general. Históricamente, los «no religiosos» blancos, que tienden a asistir raramente a servicios religiosos, han tenido una tendencia hacia el Partido Demócrata, un patrón que persistió en 2020. Dos tercios de los no blancos (68%) votaron por Biden, mientras que el 28% votó por Triunfo. Casi todos los miembros encuestados de este grupo (98%) pertenecen a la categoría de asistentes poco frecuentes.
