En campus universitarios en todo el mundo, desde Australia hasta Estados Unidos, aumenta la preocupación por las contraprotestas, a veces violentas, de estudiantes chinos en contra del movimiento pro democrático de Hong Kong.
Como todo lo que viene de China, es difícil distinguir los posicionamientos sinceros de los estudiantes chinos con maniobras políticas orquestadas por profesionales. Pero lo que parece claro es que el gobierno chino está llevando a un nivel inaudito el adoctrinamiento educativo, que afecta particularmente a las universidades.
De hecho, todos los estudiantes chinos están obligados a completar un programa de entrenamiento militar que dura entre dos semanas y un mes, conocido como junxun.
La medida existe de hecho desde los años 80 del siglo pasado y fue concebida como una respuesta a la aparición de movimientos estudiantiles peligrosamente liberales. Hasta hace poco el público la ha considerado un programa de educación física más que otra cosa, relata Celine Sui.
No obstante, en los últimos años la carga ideológica del junxun ha estado más y más presente y el programa se ha centrado cada vez más en fomentar la pasión nacionalista y el poder militar chino.
Si bien hay muchos países en que existe un servicio militar obligatorio para los hombres (y en seis casos, también para las mujeres), la distinción china es que el junxun forma parte íntegra de la enseñanza universitaria y no es pues un elemento totalmente separado, restringido a una esfera castrense que los jóvenes no conocerán nunca más.
En China, la componienda militar es parte esencial del sistema educativo nacional y ocupa una plaza cada vez más central en las ambiciones ideológicas, cada vez mayores, del gobierno. En la universidad, el entrenamiento militar es la primera materia que puntúa.
El junxun universitario incluye horarios estrictos, un estilo de vida austero, lecciones de doctrina militar china, entrenamiento físico incluyendo técnicas básicas de combate, canto patriótico y tiro con armas de imitación.
Entre los objetivos pedagógicos se encuentra el valor de la colectividad por encima del individuo. Desde el 2015, otro de los objetivos del entrenamiento es proporcionar una base en materia de seguridad y defensa nacionales a los jóvenes estudiantes para hacerles conscientes de los retos a los que China debe enfrentarse en el siglo XXI.
El liderazgo de Xi Jinping del partido comunista chino ha marcado una nueva etapa en la profundización ideológico en las universidades. El 2016, el máximo dirigente del país proclamó su objetivo de «transformar las universidades en fortalezas del liderazgo del partido».
No parece pues estrafalario pensar que los incidentes registrados en campus extranjeros sean en cierta medida el fruto del nuevo junxun universitario chino.
