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12 tipos de madre cuando decides vivir solo y te vas de casa

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(GEC de la Familia) Te vas de casa. Lo pasas bien. Lo pasas mal. Te pasa de todo. Lo llevas como puedes. En cambio, si hay alguien que sufre de verdad todo lo que hagas… es tu madre.

Es comprensible. Te ha llevado nueve meses dentro, te ha criado y convertido en uno de los más grandes proyectos de su vida. Ha puesto mil ilusiones en ti para que ahora vayas tú y la abandones con esa despreciable cara de rencor que sólo un hijo desagradecido sabe poner. Quizás no la pones, pero ella la ve. Ella no entiende tus ansias de libertad. Tú no entiendes que ella no te entienda. El nido se deshace, el drama se desata. O no.

No todas son iguales… He aquí la lista de los 12 tipos de madres según como se comportan cuando te vas de casa:

  1. La oportunista: Su vida ha cambiado hace tiempo, divorciada de tu padre y con un novio nuevo, parece que le sobre un poco cualquier cosa que forme parte de su pasado (incluido tú). Un día te suelta “Ay cariño, nos vamos a vivir con Luis a Ibiza dentro de un mes, te puedes venir con nosotros o buscarte algo por tu cuenta” sabiendo que no irás a Ibiza. No es que ella no te quiera, es que la vida le ha dado otra oportunidad y la quiere disfrutar, pero fastidia la frescura con lo que lo hacen algunas… A mí me lo hacen y me pongo a llorar.
  2. La que lo hace “por ti”: “Hijo… ya tienes 20 años y deberías espabilar un poquito, ¿eh? No te iría nada mal independizarte, de hecho he visto un pisito a 15 minutitos de aquí…”. Es definitivo, en tu casa no te quieren (como mínimo no de cuerpo presente). Esta será la primera de muchas directas que oirás, así que ve recogiendo tus trastos o pon un cerrojo ya en tu habitación. Si cedes y te vas, tienes muchos puntos de que ésta se convierta en un salita-gimnasio, así que búscate algo un poco estable o dormirás en una bici estática.
  3. La que no se lo esperaba: ¡¿Cómo?! ¿Que te vas de casa? ¡¡¡Si solo tienes 35 años!!! Lágrimas en los ojos y 15.000 reproches sobre lo mucho que te quiere y que te cuida. Sabías que te montaría el número, pero nadie está preparado para sobrellevarlo en directo. Tiene razón, nadie lo hará igual, pero es que tampoco buscas una sustituta. Es de las que después le va a caer mal tu pareja “por haber robado a su niño de sus brazos” o de las que ninguna pareja le parecerá suficiente para ti.
  4. La persuasiva: Es tu madre, te conoce, te fastidiará hasta el momento en que salgas por la puerta con frases como “¿Y qué vas a comer? Si no sabes cocinar…”, “Con tanto gasto no podrás comprarte la ropa que te gusta, ¿Estás dispuesto a ello?”, “Luego no vengas pidiendo que no vendré”. Con cada frase un puñal que te hace replantear hasta el por qué naciste. En el fondo es que no quiere que te vayas y sabe que llorando no lo conseguirá. A veces, la que no se lo esperaba evoluciona a una de estas en un intento más para evitar la catástrofe.
  5. La adorable: Tu madre, tu amiga, tu todo. Acepta tanto como puede la situación y te demuestra tanto apoyo y cariño que uno se siente como una auténtica mierda por irse. ¡Así no se puede, macho! La echarás mucho de menos, volverás cada domingo a comer y escucharás sus cosas con devoción. ¡Tu madre es la mejor! Y no, ya ves que no todas son así. ¡Valórala!
  6. La preocupada: Es parecida a la adorable pero con un plus enternecedor de sufrimiento que puede acabar con tus nervios. Te ve capacitado para vivir solo, sin embargo no está convencida y te preguntará mil veces si lo tienes todo, si estás seguro, si necesitas algo, si te puedes ayudar, si lo tienes todo, si estás seguro, si necesitas algo, si te puedes ayudar…
  7. La despechada: No te lo esperabas… ¡Parece tu ex! Tu querida madre que empieza en un plan similar al de la que no se lo esperaba o la adorable, de pronto acaba convirtiéndose en el muñeco diabólico persiguiéndote por casa tirándote tus cosas. “¡Veteeee! Con todo lo que hecho por ti y ¿me lo pagas así?”, “¡Desagradecido!” Corre antes no te meta la guitarra por donde no te cabe, algunos trastornos mentales surgen con el estrés.
  8. La conspirante: ¿Que te vas de casa? ¿Y por qué? ¿No te habrás echado novio y no quieres que le conozcamos, no? ¿Te drogas? ¿Eres lesbiana? Es que quieres montar fiestas y tu padre y yo siempre estamos aquí, ¿no?, ¿Estás embarazada? Nunca en la vida se le pasará por la cabeza la hipótesis de que te has hecho mayor, eso no puede ser. Tiene muy claro que le falta un capítulo de la historia y cuerda para rato.
  9. La conservadora: Aunque parezca mentira este género sigue existiendo. ¿Que te vas de casa? ¡¿Sin casarte?! ¡Oh dios mío! Y si no tienes novio ¡Pero si no tienes novio! ¡¿Eres lesbiana?! Y daaaale!
  10. La prima de Hitler: ¡Tú! Estudiarás tal carrera, saldrás con tal chico, te pondrás esto para salir y por lo tanto te irás de casa cuando yo lo diga! ¡Yo te he parido y voy a gobernar tu vida, hasta que me muera! ¡¿Te enteras?! No es por nada, tu madre esta como una regadera, vete ya.
  11. ¿Y cuando dices que nos vamos?: En esta variante, no están dispuestas a pasar por esto y te lo están diciendo en serio. Es ese tipo de madre que una vez tú en tu piso la mujer se presenta a limpiar, cocinar, cotillear, etc. ¡Lo que sea! Algunas incluso se mudan dos o tres meses más tarde (así por casualidad) terriblemente cerca de tu nueva morada. O le dejas claro el tema la primera semana, o acabaras viviendo con tu pareja y tu madre! y no, no es agradable.
  12. Mala madre: Especial mención para un género que no lo merece. Véase la que ha sido mala madre toda su vida (es decir le importa la vida de su hijo un pepino) y evidentemente esto no cambia la semana que éste se va de casa. La verdad no sé qué piensan, es difícil de imaginar pero no se imaginan lo tirado que se siente su prójimo cuando los demás cuentan que tienen madres mejores. No lo llama, no lo ayuda, no nada. Esto sí que es un drama.

Ya veis, yo solía pensar que todo el mundo tenía una madre similar a la mía y si de algo me he dado cuenta durante este proceso es que las madres del personal son muy distintas. Eso sí, aunque todas diferentes, y la verdad, pocas idílicas, no hay ni una que no consiga marcar la huida de sus hijos de una manera u otra. La mayoría realmente pasan por un mal trago cuando los niños se le van y también se las tiene que entender un poquito, básicamente han hecho lo que han podido (y supuestamente con mucho amor).

En mi caso y supongo que como en muchos otros, mi madre pasó por varias etapas en el intento de aceptar que me fuera. No voy a describir su caso en concreto porque una cosa es escribir un blog y la otra es que te deshereden. Agradecerle, eso sí, que no le diera ningún brote psicótico y las comidas de los domingos.

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