El Partido demócrata de los Estados Unidos ha celebrado recientemente sus primarias para designar al candidato que participará en las elecciones a la alcaldía de Nueva York el próximo mes de noviembre.
El ganador ha resultado ser el moderado Eric Adams, un ex-policía de origen afroamericano nacido y educado en el popular distrito de Brooklyn.
Adams ha derrotado por escaso margen a Kathryn García, perteneciente al ala dura de los progresistas y que contaba con el apoyo del New York Times, periódico convertido en la referencia de la ideología woke.
Un candidato centrado en resolver problemas prácticos
Nueva York se enfrenta actualmente a problemas particularmente graves: el retorno del crimen organizado, una economía local muy maltrecha por la pandemia de Covid y una desigualdad socio-económica creciente.
Adams ha centrado su campaña en aportar respuestas ante estos desafíos. Su pasado como oficial de policía reformador le ha otorgado credibilidad, y sus propuestas orientadas a obtener resultados prácticos han constituido una baza crucial contra una rival con una ideología más marcada.
Es revelador que García, la candidata más de izquierdas, haya obtenido su mejor resultado en el distrito super-rico de Manhattan
En este sentido, es revelador que García, siendo la candidata más de izquierdas, haya obtenido su mejor resultado en el distrito super-rico de Manhattan, que concentra a los votantes más adinerados de la ciudad y cuya presencia es crucial para la estabilidad fiscal de la villa. Esto apunta a una mayor ideologización de las élites culturales y económicas.
En cambio, Adams ha ganado en todos los otros distritos de la ciudad, ocupados principalmente por las clases medias y trabajadoras. Se trata con toda probabilidad de votantes más interesados en resolver problemas prácticos que no en la feroz guerra cultural entre progresistas y conservadores que sufre Estados Unidos desde hace años.
En el campo económico, Adams se define como abiertamente liberal. Una posición arriesgada en Nueva York, la ciudad más a la izquierda del país a pesar de ser el primer centro bursátil del mundo. Adams afirmó sin tapujos que no quería que los neoyorquinos ricos se marcharan de la Gran Manzana para refugiarse en estados con menores impuestos, como Florida.
Adams se enfrentará en los comicios de este otoño al republicano Curtis Sliwa, aunque la suerte parece estar echada: según el Wall Street Journal, por cada neoyorquino republicano se cuentan seis demócratas.
Lecciones para la política nacional
El hecho de que Adams haya sabido concentrar los votos de las clases medias y trabajadoras moderadas deja entrever también una posible estrategia electoral ganadora a nivel nacional.
Concentrar el voto “práctico” de todos los ciudadanos cansados de la guerra cultural alimentada por la extrema izquierda demócrata
Ésta debe consistir en concentrar el voto “práctico” de todos los ciudadanos cansados de la guerra cultural alimentada por la extrema izquierda demócrata, independientemente de su clase social y origen racial.
En efecto, Adams ha resultado ganador entre los votantes de todos los colores de piel, algo que demuestra que se pueden superar las barreras raciales que los progresistas tratan de manipular a su favor.
Tanto demócratas como republicanos deberían estar sacando conclusiones de las primaras para la alcaldía de Nueva York.
En el campo económico, Adams se define como abiertamente liberal. Una posición arriesgada en Nueva York, la ciudad más a la izquierda del país a pesar de ser el primer centro bursátil del mundo Clic para tuitear
