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Alemania: su papel en la próxima presidencia de la UE

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La presidencia de la UE es rotatoriaUn estado miembro la ejerce cada seis meses. La actual presidencia corresponde a Croacia (enero-junio 2020) y la próxima en Alemania (julio-diciembre 2020).

La última presidencia alemana fue el primer semestre de 2007, hace trece años. Los Estados miembros que ejercen la presidencia colaboran estrechamente en grupos de tres, que constituyen los denominados «tríos». El «trío» actual lo forman Rumanía, Finlandia y Croacia. El próximo estará formado por Alemania (presidencia de julio a diciembre 2020), Portugal (enero-junio 2021) y Eslovenia (julio-diciembre 2021). La próxima presidencia española será el segundo semestre de 2023 y formará «trío» con Bélgica y Hungría.

Croacia es el país más joven de la UE. Ha sido el último país que se ha incorporado (2013). Es la primera vez que preside la UE. Las prioridades iniciales de su presidencia se regían por un lema más bien retórico y propio de un país novel: «Una Europa fuerte en un mundo de retos: una Europa que prospera, una Europa que conecta, una Europa que protege y una Europa influyente «. Al principio de su presidencia, el coronavirus aún no había entrado con fuerza en escena. Los temas importantes entonces eran dos: las negociaciones de salida del Reino Unido de la UE (Brexit) que deberían terminar antes de finales de año y el marco financiero plurianual de la UE (2021 a 2027) que todavía sigue sin aprobarse. El coronavirus no afectó demasiado a la presidencia croata al principio, pero sí poco después y mucho a partir de marzo. Lo que ya es seguro es que la pandemia será la gran protagonista de la presidencia alemana y de la actividad del nuevo «trío» presidencial de la UE a partir de julio de este año.

Un legado importante de la presidencia croata es haber dejado encaminado el proceso de adhesión a la UE de los países balcánicos del oeste: Albania, Macedonia del Norte, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Kosovo y Montenegro. Albania y Macedonia del Norte ya han recibido el visto bueno oficial de la UE sobre su proceso de adhesión (marzo). Con este paso la UE no sólo ha dado una buena noticia a albaneses y macedonios sino que ha querido demostrar que la crisis del coronavirus no ha trastornado las prioridades europeas a medio y largo plazo. Como territorio de la antigua Yugoslavia -lo son también todos los países citados menos Albania- Croacia tiene un especial interés por la cuestión. Este interés croata es compartido por el conjunto de la UE, que aspira a frenar las ambiciones de Rusia y China en esta región del sureste de Europa. Las ambiciones de Rusia responden a su paneslavismo tradicional. China busca una penetración económica creciente, que cultiva de manera especial a través del grupo conocido como «16 + 1», formado por dieciséis países del sudeste de Europa más China. Aquí juegan las oportunidades ofrecidas por las «nuevas rutas de la seda» que promociona Pekín. Bruselas observa con preocupación el control chino del puerto del Pireo (Atenas) o los flirteos recientes de Italia y de otros países europeos con las importaciones de equipamiento y ayudas diversas recibidas de China relacionadas con la pandemia, así como con las oportunidades ofrecidas por las «nuevas rutas de la seda» que prometen fuertes inversiones en infraestructuras. La apuesta decidida de los países balcánicos del oeste por la UE, impulsada por Croacia, en detrimento de Rusia y China, es considerada en Bruselas una buena noticia geopolítica.

Antes de la llegada del coronavirus, Alemania había preparado un borrador de programa para su presidencia basado en la transición hacia una economía verde, la digitalización, la reforma de la política migratoria, la redefinición de las relaciones con el Reino Unido post Brexit y el planteamiento de unas nuevas relaciones con China. Pero la pandemia ha obligado Alemania a revisar sus prioridades.

El Embajador alemán ante la UE, Michael Claus, avisó por carta a Berlín a primeros de abril en relación con «el impacto masivo» del coronavirus sobre la presidencia alemana, y aconsejó «que el énfasis de la presidencia se pusiera en los programas de salida de la crisis y posiblemente incluso en la necesidad de garantizar la continuidad de la integración europea en los momentos actuales de gran dificultad».

Angela Merkel ha recogido el guante declarando que «la presidencia alemana del Consejo tendrá un carácter distinto del que habíamos planeado en un principioestará claramente dominada por la cuestión de cómo combatir la pandemia y sus consecuencias; esta pandemia es el desafío más grave de la historia de la UE «. El ministro de salud alemán, Jens Spahn ha añadido a continuación, remachando el clavo, que la presidencia alemana podrá ser bautizada como la presidencia de la corona (corona Presidency )». El programa oficial no saldrá antes de junio, pero ya es conocido que Berlín lo ha modificado según las líneas anteriores.

Un primer fruto del giro de Merkel es la presentación conjunta francoalemana, el 18 de mayo, de una propuesta sobre el fondo de recuperación económica que está preparando la Comisión Europea y que debería hacerse público a finales de mayo. Se trata de que la Comisión Europea se endeude en los mercados por un valor de 500.000 millones de euros y que ese dinero extra en el presupuesto comunitario se reparta entre los sectores y las regiones más afectadas por la crisis derivada de la pandemia. La gran novedad es que se trataría de transferencias y no de créditos. Efectivamente, los receptores no deberían devolver esas cantidades, sino que la UE en su conjunto asumiría esta carga en el periodo 2021-2027 y la repartiría en virtud de la contribución de cada país al presupuesto común. También se deja margen a que los recursos puedan salir, en parte, de nuevas fuentes de ingresos comunes, como por ejemplo impuestos. Se está hablando de dinero de verdad y no de «movilizar» recursos. Macron ha declarado «que se trata de una iniciativa fruto de un intenso trabajo bilateral entre Francia y Alemania, pero con muchas consultas en Italia, España, Portugal, Países Bajos, el Presidente del Consejo Europeo Louis Michel y la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen «.

Con esta propuesta, Angela Merkel rompe un tabú, pues significa un cambio de filosofía relevante por parte de Alemaniapermite la deuda común para pagar la recuperación. Merkel ha acabado aceptando una solución que se acerca bastante a la mutualización de la deuda preconizado por Francia, España e Italia. Alemania acepta que la UE emita deuda y por una suma importante. Acepta facilitar transferencias y no sólo créditos a las regiones más afectadas por la pandemia y que sean financiadas por deuda emitida por la Comisión Europea. Merkel ha reconocido, una vez más, que «en Alemania sólo le irá bien si a Europa le va bien». Es perfectamente consciente de que se trata de una propuesta que hay que defender, aunque pueda ser contestada en la misma Alemania y, por supuesto, en los países más duros del norte.

La reacción por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, no se ha hecho esperar: «me congratulo de la propuesta constructiva de Francia y Alemania». Lo cierto es que esta iniciativa ha venido a salvar a la presidenta de la Comisión, perdida en la preparación del plan de recuperación, al tiempo que le marca la línea a seguir. «Es exactamente lo que España estaba buscando», también se ha apresurado a declarar la vicepresidenta española de asuntos económicos, Nadia Calviño.

A la vista de estos acontecimientos, los analistas pro europeos más entusiastas están lanzando las campanas federalistas al vuelo y dicen que la UE ha llegado a su «momento hamiltoniano«. «Lo que importa es que Francia y Alemania han acordado que, en una crisis, la UE puede emitir su propia deuda a gran escala. La señal política es que la UE es más que un grupo de estados naciones y que tiene su propia identidad federal «, acaba de escribir Henrik Enderlein, director del Centro Jacques Delors de Berlín. Alexander Hamilton sería el modelo a seguir. Él fue el secretario del Tesoro estadounidense que en 1790 logró que el gobierno federal asumiera la deuda en que los estados habían incurrido durante la guerra de la independencia, lo que puso las bases para la creación de un gobierno federal fuerte. Hamilton vuelve a ponerse de moda en Bruselas, pero hay que ser prudente por dos motivos: falta ver qué recorrido tiene el nuevo plan y hay que tener en cuenta la condición que ha impuesto Alemania de que el nuevo plan de recuperación sean un caso único y limitado en el tiempo.

En la reunión de los ministros de Economía de la UE del 19 de mayo se han reflejado las posiciones previsibles: operación de venta del producto por parte de los ministros alemán y francés y oposición de los países frugales (Austria, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Finlandia). El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ha declarado: «Es un paso histórico para toda la UE porque es la primera vez que Francia y Alemania llegan a un acuerdo para financiar gasto presupuestario en los estados miembros de la UE con deuda común «. El ministro alemán de Economía, Olaf Scholz remachó por su parte: «Estos nuevos 500.000 millones permitirán que salgamos de la crisis juntos y más fuertes».

Pero aún no está todo ganado. Los países frugales tienen líderes muy fuertes como el austriaco Sebastian Kurtz, que acaba de declarar: «Nuestra posición no ha cambiado». Esto significa sencillamente: no a las transferencias y no a aumentar el techo de gasto. Por su parte, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha anunciado que los países frugales están preparando una respuesta común sobre el fondo de recuperación económica.«La posición holandesa ha sido siempre la de avalar a los demás a través de créditos», dijo Rutte. Reconoce que el sur está más afectado por la crisis y que tiene menos margen de maniobra que ellos, pero a partir de ahí se pregunta por las razones de esta situación. ¿Por qué que los países del sur no son capaces de invertir en su economía como nosotros? declaró Rutte cuestionando si las economías de los países meridionales han desaprovechado los años de crecimiento para mejorar su estabilidad presupuestaria, como ha sido claramente el caso de España. Además, para los holandeses es esencial que las ayudas vayan acompañadas de reformas importantes. «Nuestra propuesta indicará muy claramente que si formulas una petición de ayuda, tienes que llevar a cabo reformas de gran envergadura a fin de poder asegurar tu autonomía en la próxima ocasión».

El principio de condicionalidad de las ayudas no se cuestiona, lo que puede provocar debate es el grado y la manera en que se aplica. La propuesta francoalemana habla de «aplicar políticas económicas sanas y un programa de reformas ambiciosas». La Comisión Europea también ha indicado que incluirá una relación entre las ayudas y el Semestre Europeo, que es el mecanismo de supervisión con que la UE evalúa el avance de los países en los objetivos marcados. España debe tomar buena nota de esta realidadComo también del informe de la Comisión Europea sobre la economía española del 20 de mayo. Bruselas pide a España más inversión en sanidad y empleo, y afirma que la pandemia ha revelado «problemas estructurales» en el sistema de salud español por falta de gasto, así como «males crónicos» que la economía española arrastra desde hace tiempo. El pacto del PSOE, Podemos y Bildu del 20 de mayo para anular la reforma laboral vigente no ayuda en estos momentos. La vicepresidenta Nadia Calviño se ha opuesto frontalmente: «Sería absurdo y contraproducente abrir un debate de esta naturaleza y generar la más mínima inseguridad jurídica en este momento».

Los procedimientos en la UE son lentos . El próximo paso importante es la propuesta de la Comisión Europea sobre el fondo de recuperación económica que, después de aplazar en varias ocasiones, será presentada el 27 de mayo. La decisión sobre el fondo deberá ser tomada por unanimidad y posteriormente ratificada por los parlamentos nacionales. 

Todo apunta a que el nuevo fondo llegará efectivamente a finales de mayo y que será la herramienta fundamental de la lucha europea contra la crisis socioeconómica provocada por la pandemia. La presidencia alemana de la UE lo comenzará a gestionar a partir de primeros de julio. Con palabras de Merkel: «el objetivo de todo ello es que Europa salga de esta crisis fortalecida, cohesionada y solidaria».

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