“No desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitaban saber”. Así respondía el elfo Celeborn de Lorien al arrogante Boromir en El Señor de los Anillos, para alertarle de no penetrar en el bosque de Fangorn.
Y como en la inmortal obra de J.R.R. Tolkien, también para la vida en familia tienen un impacto que no debemos desdeñar aquellas tradiciones y legados que nos llegan de las generaciones que nos han precedido.
De hecho, según un estudio de la Universidad de Harvard, perpetuar o crear las tradiciones familiares no solo crean recuerdos duraderos, especialmente en los niños, sino que fortalece los lazos familiares e influye positivamente en la salud mental de pequeños y mayores. Con el añadido de que esas tradiciones pueden ser tan simples o elaboradas como desee cada familia: desde celebraciones de cumpleaños hasta rituales específicos durante las vacaciones, bailes en días señalados o comidas para ciertas fechas específicas.
Impacto positivo en los niños
Cultivar las tradiciones familiares es especialmente importante para los niños. Tal y como señala un estudio realizado por la Universidad metodista de Emory, en Atlanta, los niños que crecen en hogares con tradiciones familiares muestran una mayor autoestima y una mejor salud mental gracias a un mayor sentimiento de pertenencia e identidad. De este modo, las tradiciones familiares ayudan a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales, e incluso a mejorar la adquisición de virtudes como la empatía y la compasión.
Incluso en contra de lo que pudiera parecer, mantener las tradiciones familiares que provienen de nuestros mayores no incrementa la pena cuando esos familiares fallecen, sino todo lo contrario. Una investigación de la Universidad de California demostró que las tradiciones familiares ayudan a aliviar los procesos de duelo y permiten mantener de modo tangible la conexión emocional con los seres queridos difuntos.
En conclusión, así como Boromir aprendió a no menospreciar lo que él llamaba “cuentos de viejas” por el gran valor que encerraban, crear y continuar las tradiciones típicas de nuestra familia puede ser una de las formas más eficaces, sencillas y entrañables de generar una corriente de virtud y salud emocional que se transmita de generación en generación.
Los niños que crecen en hogares con tradiciones familiares muestran una mayor autoestima y una mejor salud mental gracias a un mayor sentimiento de pertenencia e identidad Clic para tuitear
