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Auge y caída de la Sociedad Desvinculada

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Cuando se publicó por primera vez La Sociedad Desvinculada en 2014, el presidente Pujol me pidió referencias de alguno de los autores que con anterioridad habían tratado el tema. Daba por hecho que era así. Le respondí que, hasta donde alcanzaba mi conocimiento, no era un concepto ampliamente reconocido en la literatura académica o en la sociología. Sin embargo, algunos autores han explorado temas relacionados, no tanto sobre el concepto de desvinculación como explicación de un estadio de la sociedad, como sobre algunas de sus manifestaciones:

Émile Durkheim exploró la noción de la anomia, que se refiere a la falta de normas sociales claras y la alienación.

Jean Baudrillard trató sobre la creciente alienación y la desconexión entre la realidad y la representación en la sociedad contemporánea.

Richard Sennett ha investigado la creciente fragmentación de la sociedad, la pérdida de habilidades sociales y la capacidad de compromiso en su libro El declive del hombre público.

Robert D. Putnam en Bowling Alone, analiza la disminución de la participación en organizaciones sociales y comunitarias en los Estados Unidos, argumentando que esto ha llevado a una sociedad menos conectada y comprometida. Es un autor básico en los estudios iniciales sobre el capital social.

Una aproximación global es la de Zygmunt Bauman y su idea de la «modernidad líquida» en la que las relaciones sociales quedan diluidas.

Pero en todo esto, y cito solo unas pocas referencias, no había un marco de diagnóstico global, una interpretación del conjunto, y no solo la identificación de determinadas consecuencias. Una concepción sobre su ontogenia, desarrollo y prospectiva.

Esta es la concepción que he intentado desarrollar en La Sociedad Desvinculada.

Surgió progresivamente de la lectura atenta de las Fuentes del yo de Charles Taylor y de un fundamento empírico ocasionado por mis estudios sobre el capital social y el capital humano en el Instituto de Estudios del Capital Social de la Universidad Abad Oliba CEU, que me llevó al “clic” que concibe el modelo explicativo.

lo planteado en 2014 tiene más fuerza demostrativa e interpretativa que entonces por la evidencia de los hechos.

Ahora, unos cuantos años después, vuelve una edición actualizada de La Sociedad desvinculada. La necesidad de un nuevo comienzo, convencido de que lo planteado en 2014 tiene más fuerza demostrativa e interpretativa que entonces por la evidencia de los hechos.

La revisión no ha afectado para nada al texto y se ha limitado a actualizar determinados datos. Y eso es lo que precisamente otorga fuerza al diagnóstico y solidez a la teoría.

Porque La Sociedad Desvinculada es:

  1. La presentación de un esbozo sobre la teoría de la vinculación como base del todo, que recorre desde el mundo inorgánico al orgánico, que alcanza al propio hombre y que tiene en la Trinidad su expresión máxima y sobrenatural. Una gradación de vínculos que se rigen por las leyes de la naturaleza en el campo de la materia, y por la ley natural en el ser humano.
  2. La relación de necesidad entre vinculación humana y existencia en su cultura de un marco de razón objetiva que haga posible el cumplimiento de la ley natural, el Tao al que se refiera C.S. Lewis en La abolición del hombre, y que es el hecho común a toda civilización.
  3. La identificación de la naturaleza de la cultura de la desvinculación, su fuerza descomunal y, a la vez, la peligrosa anomalía histórica que representa.
  4. El relato histórico sobre el origen, desarrollo y hegemonía en Occidente y sobre todo en gran parte de Europa de la cultura de la desvinculación, que tiene su génesis en la progresiva sustitución de la razón objetiva por la razón instrumental, en la Ilustración y la modernidad, fagocitada a su vez por su vástago: el imperio del subjetivismo y la eclosión del emotivismo, que es el periodo en el que nos encontramos. Ambos se caracterizan por sustituir la atención sobre el modo de producción y la forma como se participa en él, por el modo de vida basado en el “derecho” a la autorealización por encima no solo de la ley natural, sino de la propia naturaleza humana, y tiene en las teorías de género y queer sus máximas expresiones.
  5. Cómo esta dinámica es generadora de unas grandes rupturas, que el libro identifica, siete en concreto, y a partir de la matriz de todas ellas, la ruptura con Dios.
  6. Rupturas que a su vez son la causa de las crisis de nuestro tiempo; la policrisis, que se ramifican, interrelacionan como un rizoma y se acumulan, mientras que muchas de las políticas públicas que se aplican, no solo no resuelven nada, sino que exacerban sus consecuencias negativas o generan nuevas crisis. La ideología de la desvinculación, que es la ideología del establishment, impide los diagnósticos correctos. Es la hibris del poder establecido, cultural, político y económico, el responsable de esta impotencia

La sociedad desvinculada vive su fase de auge y se desarrolla muy rápidamente. Mucho de lo apuntado en 2014 alcanza niveles increíbles de ruptura, pero ya son claramente perceptibles, excepto para quienes son cegados por su hibris, las señales de su caída. La única duda es si será solo de su cultura y de quienes la acogieron, o arrastra consigo a toda la sociedad europea. Porque, y rememorando una expresión de otra época, o acabamos con la cultura de la desvinculación o ella liquidará a nuestras sociedades. De ahí que el título del libro postule La necesidad de un nuevo comienzo.

Y un apunte final:

Hispanoamérica no está a salvo de esta tragedia histórica. La cultura desvinculada está menos desarrollada, tiene menos poder que en España, donde es claramente hegemónica, pero su daño es mayor y más rápido, porque sus fundamentos, sus fuentes, su marco de razón objetiva es fuertemente cristiano y carece de intermedios ilustrados. Discurre directamente de la concepción cristiana al subjetivismo emotivista. Por otra parte, su menor productividad comporta que puede dedicar menos recursos a paliar los daños de la desvinculación y frenar sus consecuencias desastrosas, como sí han podido hacer sociedades como las nórdicas y anglosajonas. El resultado será un desplome y una destrucción social y económica más rápidos, si no se consigue detener su avance hacia la hegemonía cultural y política.

Cómo adquirir el libro La sociedad desvinculada. La necesidad de un nuevo comienzo:

Versión impresa: precio 15 euros

España

Otros países:

Versión digital: precio 5,99 euros

 

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