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Por qué he escrito cuestiones en torno a Fiducia Supplicans

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He puesto negro sobre blanco mis dudas en torno a Fiducia Supplicans, por unas razones vitales. El punto de partida es que el Documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe me pareció en una primera lectura confuso, muy confuso, y en apariencia contradictorio. Esto, para mí, que soy un retornado a la Iglesia, de la que me cautivó la fuerza de su razonabilidad desde la fe y desde la filosofía natural, me inquietaba en grado sumo.

Por eso decidí hacer una lectura calmada y anotada, de la que salieron del orden de 20 páginas de mi texto. (Puede leerse aquí)

Y es que como dice San Pablo en Corintios 14:33″Dios no es autor de confusión, sino de paz», y eso no sé verlo reflejado en el texto, y también porque creo en lo que bien sintetizo Juan Pablo IILa fe no es una enseñanza que alguien puede adaptar a sus necesidades y según el momento presente. No es invención o creación nuestra. La fe es el gran don divino que Jesucristo ha hecho la iglesia”.  (…) La fe vive en la tradición de la Iglesia. Solo en ella podemos encontrar con seguridad la verdad de Jesucristo. (…) os exhorto hoy a mantener firme la fe de la Iglesia (…) no os dejéis engañar. (Juan Pablo II Catedral Münster, 1 mayo 1987).

Mis dudas son eso, dudas sistemáticas razonadas y no pretenden ser una crítica. En todo caso, la crítica surgiría por sí sola si al final la mayoría de ellas no son despejadas por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.

Un resumen incompleto de las mismas puede ser este:

  • ¿Por qué ahora esta cuestión? ¿No era a caso el reciente Sínodo el lugar donde plantearlo y escuchar? Pero esto no se hizo. Entonces, ¿cuál es la razón de oportunidad?
  • De buen principio la Declaración omite una cuestión central: la relación sexual que constituye la base de lo que se pretende bendecir es considerada por el Magisterio de la Iglesia como intrínsecamente desordenada, porque no se bendice a personas, cosa que ya se puede hacer individualmente, sino a la relación específica de naturaleza homosexual,
  • Se mantiene intacta la Responsum ad dubium de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 22 de febrero de 2021, que señala lo contrario. La confusión es magna.
  • Además de las graves consecuencias internas para la Iglesia. Resulta inasumible para las Iglesias católicas de rito Oriental, pero también, para el ecumenismo, sobre todo, con la Iglesia Ortodoxa y las Iglesias reformadas, que mantiene su oposición a tales cuestiones, las más próximas al catolicismo.
  • Todo se fundamenta en un punto donde Fiducia Suplicans sitúa el foco: la bendición no equivale al matrimonio. Pero esta no es la cuestión. Esto ya lo sabemos. La cuestión, y donde debe situarse el foco, es si es posible bendecir una relación sexual sistemática intrínsecamente desordenada, prohibida por la Iglesia y condenada como tal de manera ininterrumpida desde el momento inicial del cristianismo.
  • Late en algunas expresiones de la Declaración, una forma de entender la doctrina católica, que implica un trasfondo descalificador que necesita ser corregido para recuperar su sentido evangélico
  • Es confuso como mínimo afirmar que lo que se bendice es conforme a la voluntad de Dios y corresponde a sus designios, referido a una relación «lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor”.
  • Es confuso lo que refiere los puntos 12 y 13, de los que puede deducirse que no puede existir un juicio cristiano sobre la realidad, sobre los hechos.
  • Entraña un notable peligro por venir de quien viene, reiterar una crítica a la doctrina siempre formulada en términos negativos, elitismo narcisista y autoritario, control y clasificación de las gentes que, al expresarse sin aplicación concreta, se entiende en términos generales.
  • Es confusa la dialéctica inherente en el texto entre doctrina (negativa) y pastoral actual (positiva). También la idea de que la pastoral ha de adecuar la doctrina, cuando en realidad aquella está para servir a esta. Parece como si de un atajo se tratara: modificar la doctrina alegando que no se toca por la vía de un planteamiento pastoral que la cambia. Y digo parece, y para que no sea así, debe precisarse.
  • No ayuda a la claridad el dar a entender dos puntos que parecen justificarlo todo: No se confunde con el matrimonio, cuestión que no está en debate, aunque sí lo está la instrumentalización que se haga, las consecuencias, que serán responsabilidad de sus autores, pero también de quienes la abran facilitado. Y dar a entender que se bendice a personas, cuando no es así, porque se bendice una relación, porque para aquel fin no resultaría necesaria la Declaración
  • Se da por descontado que quienes se acercan a recibir tal bendición lo hacen con corazón humilde (32). ¿Es esto una condición explícita? ¿Qué sucede si lo hacen considerando el gesto como una reparación, acto de justicia, o reivindicación de reconocimiento de su relación homosexual por parte de la Iglesia? Porque a raíz de lo publicado en los medios, resulta evidente que este es el consenso entre los implicados y grupos LGBTQ.
  • El punto 41 es un cierre magistral en orden a la confusión: además de las indicaciones anteriores, no cabe esperar otras respuestas sobre cómo regular los detalles o los aspectos prácticos relativos a este tipo de bendiciones” Espectacular la orientación.
  • Reclamo humildemente una revisión de la Declaración a la luz de la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II.
  • Una de las consecuencias más graves de todo esta confusión la expresa con claridad la carta  firmada por el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, como presidente del Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), en la que deja sentado que los obispos africanos no practicarán las bendiciones a parejas homosexuales. Ambongo comenta las razones bíblicas que condenan la homosexualidad. El Papa ha autorizado la negativa de los obispos africanos. Este hecho contiene dos graves precedentes que causan un gran desorden. Primero nunca los obispos de todo un continente, precisamente aquel donde la Iglesia crece de una forma más importante, se habían pronunciado rechazando una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Es un hecho de rango histórico de una inusitada gravedad. Nunca el Papa había aceptado una tal discrepancia. Es necesario que se nos explique cómo esto es posible y, si cabe, relativizar la doctrina única católica de determinadas especificidades culturales.
  • Estamos ante dos mundos católicos. Por una parte, la vibrante y en expansión Iglesia africana, por otra la parte la Iglesia alemana que ya practicaba la bendición de las parejas homosexuales contra la norma de la Santa Sede. Una Iglesia en absoluta decadencia de fieles y vocaciones, con contadas excepciones. ¿Dónde está la unidad católica en todo esto?

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3 Comentarios. Dejar nuevo

  • Salvador Abascal Carranza
    26 enero, 2024 19:55

    No podría estar más de acuerdo con lo escrito por Josep Miró. De todos los análisis que he leído, éste me parece uno de los más contundentes. Las 20 páginas del texto largo las voy a leer con más calma y disposición, porque todo este tema, y otros anteriores, me hacen sufrir, si bien refuerzan mi fe en que el Espíritu Santo disipará esta magna confusión.

    Responder
  • Sin duda, análisis muy completo y claro.
    Una de las pruebas inapelables de que el documento sobra es la cantidad de obispos que se oponen a él, como la mayoría de los africanos o en España Gil Tamayo, Sanz Montes o Munilla. No puede ni debe ser que algo serio y e importante se permita en un lugar pero no sea posible en otro, porque catolicidad significa universalidad.
    Además, a mí el hecho de haber sacado el documento a la luz en los días previos a la Navidad me produce una especial aversión.
    La misma que me causa la fotografía de un abad junto a políticos que exprimen la cabeza para seguir con más envenenamiento de la sociedad, esta semana con la novedad de un anteproyecto de ampliación de la ley trans catalana; y los obispos, en silencio.

    Responder
  • Ascensión Zaldívar Puig
    29 enero, 2024 19:37

    Malo cuando un documento de este calibre necesita aclaración. Ruego a Dios que su ambigüedad no sea premeditada!

    Responder

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