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El Domund invita a retomar la “valentía y convicción de los primeros cristianos”

Familia

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(OMP).- Mons. Joseba Segura Etxezarraga, obispo de Bilbao, ha escrito una carta con motivo del Domund de este año, en el que recuerda la importancia del mandato misionero, porque la misión es un don y participar de la misión, siendo testigos, es un regalo.

“Un año más celebramos la Jornada Mundial de las Misiones en toda la Iglesia. El lema elegido para este año, ‘Seréis mis testigos’, nos invita a vivir una fe abierta, con espíritu misionero, la fe de una comunidad que desea ardientemente que más personas puedan llegar a conocer las riquezas del Evangelio. ‘Cada cristiano está llamado a ser misionero y testigo de Cristo. Y la Iglesia, comunidad de los discípulos de Cristo, no tiene otra misión sino la de evangelizar el mundo dando testimonio de Cristo. La identidad de la Iglesia es evangelizar’ (Papa Francisco).

Como Iglesia de Jesús, nos sentimos llamados a participar de esa tarea misionera en comunión con la comunidad eclesial. La misión es un don y participar de la misión, siendo testigos, es un regalo. Esta tarea la realizamos en comunidad. El Papa en esta jornada del Domund nos invita a retomar con aquella valentía y convicción de los primeros cristianos, la tarea de dar testimonio de Cristo, unidos en un solo Espíritu, con palabras y obras significativas en cada ámbito de la vida.

El mandato de ir ‘hasta los confines de la tierra’ nos interpela hoy como siempre, abriendo nuestra mente y corazón al mundo entero. Nos ayuda a salir de la auto-referencialidad, a valorar la universalidad de la fraternidad. El Papa nos habla de horizontes geográficos, sociales y existenciales nuevos, mayores que los nuestros, lugares en los que la gente vive situaciones humanas límite. Esa preocupación global es característica de las Obras Misionales Pontificias y no lo podemos perder. Contamos con más de 1.100 territorios de Misión. El campo de acción sigue siendo inmenso.

El carisma misionero hace presentes en nuestras parroquias las periferias del mundo, enriqueciéndonos y haciéndonos más universales, más católicos. Así nuestra mirada se hace más honesta, más inclusiva, más justa porque incluye muchas vidas y muchos rostros diferentes. Es una mirada desde abajo, desde los más pequeños, una mirada compasiva en la que el Espíritu de Dios, y no nosotros, es nuestra inspiración y el verdadero protagonista. Como decía la Madre Margarita M. Lopez de Maturana: ‘la vida misionera nace de una profunda vida interior’. Por eso, la confianza misionera solo se construye y se sostiene sobre una sólida oración.

El 2022 es un año de aniversarios importantes dentro de las Obras Misionales Pontificias. Estos eventos confirman que el mismo Espíritu que guía la Iglesia universal, inspira también a hombres y mujeres sencillos para misiones extraordinarias. Entre ellos el obispo Charles de Forbin-Janson, que comenzó la obra de la ‘Santa Infancia–Infancia Misionera’; Jeanne Bigard, que dio vida a la Obra de ‘San Pedro Apóstol-Vocaciones Nativas’; y Paolo Manna, que fundó la actual ‘Pontificia Unión Misional’ para animar a los sacerdotes a asumir un compromiso misionero.

Quiero destacar entre estos creyentes la figura de Paulina Jaricot, joven laica que con tan solo 21 años marcó la historia de la misión al invitar a los católicos franceses a implicarse en la vida misionera, con su oración (que se hacía por grupos) y con apoyo económico (concretado en humildes compromisos semanales). Así la misión dejaba de ser solo tarea de los misioneros y misioneras, para convertirse en preocupación de todos los bautizados. Esta iniciativa de Pauline, que está en el origen de lo que hoy es el Domund, sigue viva 200 años después gracias a esta campaña. Su reciente beatificación es una ocasión para dar a conocer su figura y su valor como mujer creyente.

El Domund de este año es una clara invitación a reavivar la llamada del Señor para ser sus testigos. La misión no es un apartado de la vida de la Iglesia, sino la vida misma de la iglesia. En ella participan nuestros misioneros y misioneras, pero también cada bautizada y bautizado. Vivamos con agradecimiento y profundidad este Domingo Mundial de las Misiones y pidamos a santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las Misiones, que nos alcance la gracia de desear con mucha fuerza poder colaborar en la tarea de que el amor de Dios llegue a más y más personas en los 5 continentes”.

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