Ante la posible llegada de una tormenta en forma de una nueva recesión económica, distintos organismos siguen manteniendo la esperanza de un mayor crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para los próximos años. El Banco de España (BdE), por ejemplo, ha elevado una décima su previsión de déficit para este año, hasta el 2,5%, lo que supone casi duplicar el objetivo del 1,3% pactado por el anterior Gobierno con Bruselas. Respecto al paro, el regulador prevé que alcance el 12% en 2021, a pesar de que constata una desaceleración de la creación de empleo en los 3 primeros meses de 2019.
El Banco de España argumenta la ausencia de revisiones sobre la evolución del PIB por la “compensación” entre una reciente mejora en el comportamiento de la actividad y un “cierto empeoramiento” en el deterioro del contexto exterior, con una revisión a la baja de seis décimas de los principales mercados de exportación. La incertidumbre sobre el Brexit, la evolución de la eurozona y las políticas proteccionistas también pesan negativamente a medio plazo, aunque el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos cree que se verán en parte mitigados por la revisión a la baja de los precios del petróleo y el previsible mantenimiento de los tipos de interés a tipo muy bajos “durante un plazo de tiempo más largo”.
Además, las previsiones sobre la creación de empleo continúan apuntando a una pérdida de ritmo en los próximos años. En todo caso, señalan que la tasa de paro bajará hasta el 12% a finales del 2021. El Banco de España aprovecha además para lanzar un mensaje de advertencia sobre los salarios. Ahora que los sueldos de los trabajadores están creciendo por encima del 2%, tal y como establecía el último acuerdo estatal entre la patronal y los sindicatos, el supervisor insiste en su mensaje de adecuar las alzas salariales a las “circunstancias concretas de cada sector o empresa”.
También mantienen sus críticas por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros. Arce ha asegurado que, aunque es prematuro hacer una balance del impacto del SMI, los datos de afiliación de enero y febrero están en línea con sus estimaciones de destrucción de hasta 125.000 puestos de trabajo.
En todo caso, precisa la institución, el PIB se irá desacelerando a lo largo del periodo 2019-2021 por la progresiva atenuación de los efectos positivos de la política monetaria sobre las condiciones de financiación de la economía, la moderación en el ritmo de avance del consumo de las familias, lo que les llevará a aumentar su tasa de ahorro y, a medio plazo, por el tono neutral de la política fiscal.
Según la autoridad monetaria, los ingresos públicos crecerán en línea con las bases impositivas, que dependen principalmente del contexto macroeconómico, mientras asume que el gasto en pensiones evolucionará de forma acorde con los incrementos aprobados para 2019 y, posteriormente, en función de la fórmula de revalorización establecida en la legislación y del envejecimiento de la población. Por otro lado, vincula las prestaciones por desempleo a la evolución del paro, y los pagos por intereses de la deuda, a la evolución del endeudamiento público y de los costes de financiación.
El Banco de España afirma que los riesgos a este escenario central de crecimiento del PIB se orientan a la baja. Entre los de naturaleza externa, destaca la «mayor debilidad» del contexto exterior y, en particular del área del euro; la «indefinición» de los detalles de la salida del Reino Unido de la UE y la incertidumbre sobre la posible adopción de nuevas medidas proteccionistas a nivel global.
En el ámbito interno, el organismo sigue insistiendo en que persiste un «elevado grado de incertidumbre» acerca de la orientación futura de las políticas económicas y, en concreto, de la reanudación del proceso de consolidación fiscal, que es necesario, añade, para reducir la vulnerabilidad de la economía.
En el ámbito de los precios, estima que el IPC general situará su variación media anual en el 1,2% este año, cuatro décimas menos que lo estimado con anterioridad; en el 1,5% en 2020 y en el 1,6% en 2021, en un contexto de cierta estabilidad de los precios energéticos. El Banco de España explica que la revisión a la baja de la inflación es reflejo de que la evolución reciente de los precios ha sido menos dinámica de lo anticipado en diciembre, lo que sugiere, en su opinión, que la traslación a precios de los aumentos salariales recientes está teniendo lugar «de forma más contenida» que en el pasado.