Por desgracia el reciente incendio que ha destruido la iglesia de la Inmaculada Concepción en Saint-Omer, en el norte de Francia, no es un hecho aislado, sino parte de una preocupante tendencia de ataques contra lugares de culto en el país.
Pronta actuación de los bomberos
En la madrugada del lunes 2 de septiembre, un incendio arrasó con el campanario, el techo y la estructura de esta iglesia neogótica del siglo XIX, dejando daños devastadores en un edificio que había sido restaurado y reabierto hace escasos años.
Aunque los bomberos lograron salvar parte del mobiliario interior, el órgano no pudo ser rescatado, y la estructura principal sufrió pérdidas irreparables.
La rápida intervención de los bomberos permitió contener el fuego en tiempo récord, pero la magnitud de los daños ya era muy grande.
El padre Sébastien Roussel, sacerdote de la parroquia, expresó su alivio a os medios locales por haber podido salvar lo más importante, el tabernáculo y las sagradas formas. Además, logró rescatar algunas estatuas y el busto relicario de San Cornelio, aunque el Vía Crucis, recientemente restaurado, sufrió daños menores.
Fuego provocado
El incendio no fue un accidente, esto es lo preocupante. Pronto se descubrieron señales de que el fuego había sido provocado intencionadamente, con rastros de una entrada forzada probablemente a través de una vidriera rota.
La investigación reveló que el incendio comenzó en la nave y en una de las alas de la iglesia, lo que ha llevado a las autoridades a clasificarlo como un caso de «destrucción de propiedad por medios peligrosos» con posibles motivaciones antirreligiosas.
Una persona arrestada
El sospechoso principal, Joël Vigoureux, de casi 40 años, fue arrestado a las pocas horas de suceso.
Vigoureux no es desconocido para las autoridades; tiene un historial extenso de ataques similares. En 2019, fue condenado a tres años de prisión por incendiar la iglesia de Equihen-Plage, cerca de Boulogne-sur-Mer.
Tras su liberación en 2021, volvió a incendiar ocho iglesias en la región, lo que resultó en una nueva condena de tres años y medio por robo y destrucción.
Un fenómeno en aumento
Este incidente es solo el último de una serie de ataques contra iglesias en Francia, un fenómeno que ha ido en aumento en la última década.
En julio de 2024, la aguja de la catedral de Rouen también fue afectada por un incendio, aunque en ese caso el daño fue menor.
Francia, un país con una creciente secularización, ha visto un aumento preocupante de incidentes con posibles motivaciones antirreligiosas.
Ejemplos recientes incluyen el incendio de la iglesia de San Pedro de Matroi en Orléans, donde además del fuego, se encontraron grafitis con inscripciones antirreligiosas en árabe. También en 2021, la catedral de Nantes fue incendiada por un inmigrante ilegal que más tarde asesinó a un sacerdote.
El incendio de la iglesia de la Inmaculada Concepción en Saint-Omer resalta la vulnerabilidad de los lugares de culto en Francia y plantea serias preguntas sobre el secularismo y el odio anticristiano que se está viviendo en Francia.