fbpx

La verdad poliédrica

COMPARTIR EN REDES

El concepto de «verdad poliédrica» escandaliza a más de uno que lo ve como un caballo de Troya del relativismo. Sin embargo, bien entendido, este término ofrece importantes ventajas para el diálogo intelectual y la comprensión del mundo en que vivimos.

Una imagen muy simple que nos puede servir para concretar el concepto es la contemplación de un cilindro desde varias perspectivas. Una visión perpendicular ofrece la imagen de un rectángulo, esto es indiscutible. Sin embargo, una visión longitudinal presenta un clarísimo círculo. Si un tercer observador observa el cilindro con algo de escorzo, la figura sería una especie de rectángulo con los lados menores redondeados. Los tres observadores tendrían razón, ninguno tendría una visión completa de la verdad, porque la visión es plana, pero la realidad es poliédrica.

Aquí se abre una de las partes más interesantes del concepto, para acercarse a la verdad los tres observadores deben intercambiar sus posiciones, ponerse en el lugar del otro y contrastar sus perspectivas. Esto es el diálogo, entender al otro y sus razones. Además, resultará mucho más enriquecedor si se dialoga lentamente, recorriendo el camino que separa diferentes posiciones. La transformación de la perspectiva con el movimiento aportará mucha información y enriquecerá la veracidad de la realidad observada.

¿Es eso relativismo?

No. El relativismo niega la existencia de la verdad, aquí no se hace tal cosa. Se trata de reconocer que la verdad es algo más grande que lo que nuestra vista puede captar desde un único plano y de estimular el deseo de superar esa limitación.

Para el relativismo, el error es creer en la verdad; la única corrección es el rechazo de cualquier testimonio de la verdad.  Si se piensa que la verdad es poliédrica, pueden existir errores y deben ser corregidos. Supongamos que un cuarto observador nos informa de que él ve claramente un triángulo donde los demás ven círculos y rectángulos más o menos fusionados. Lo primero sería intentar ponerse en su lugar, acompañándole. Cuando comprobemos que no hay ningún objeto extraño y desconocido que le tape la visión, no quedará otra solución que corregir su error: o no ve bien, o está mirando a otro sitio, o no quiere reconocer lo que ve.

Esta situación de error viene causada muchas veces por la contaminación de las ideologías.

Las ideologías se basan en un juicio apriorístico de la realidad, un ver antes de mirar. Sería algo así como llevar puestas unas gafas con forma de triángulo. Con ellas, todo lo vemos enmarcado en un triángulo (todo es lucha de clases, todo es mercado, todo es racismo…). Nuestro cuarto observador estaría seguramente atrapado en esta situación y será difícil convencerle de su error, él no ve otra cosa y no la verá mientras siga con esas gafas puestas.

Vivimos en un tiempo de ideologías, y eso dificulta las cosas. Quitar las gafas de la ideología es tan milagroso como abrir los ojos de un ciego. Primero hace falta mucho amor para abrir el corazón, luego, solo luego, muchos datos y argumentos, finalmente, un toque del poder divino.

Pero esto de la realidad poliédrica no es tan novedoso. Ya Ortega y Gasset formuló lo que él llamó perspectivismo. Para explicarlo utilizó la imagen de la Sierra de Guadarrama, tan distinta en sus vertientes segoviana y madrileña. Dos observadores verían cosas muy diferentes si se acercan por el norte o por el sur. Ortega llega a afirmar que quien quiera enseñarnos una verdad que no nos la diga: que nos sitúe de tal modo que la podamos descubrir nosotros mismos. Resuenan las palabras evangélicas: «Venid y veréis».

El punto de partida es reconocer que la verdad es mucho más grande que nosotros, que supera nuestra capacidad, la amplitud de nuestra mirada, nos desborda. Es mucho más grande que un cilindro y que la Sierra de Guadarrama, y que el planeta Tierra y la Vía Láctea.

Quizá el cielo no sea más que una serie de excursiones por lo largo y ancho de la verdad, un ejercicio que da para toda una eternidad.

Quizá el cielo no sea más que una serie de excursiones por lo largo y ancho de la verdad, un ejercicio que da para toda una eternidad Clic para tuitear

 

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.