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¿Libertad de expresión o agresión gratuita?

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Como cada año, la exhibición del lobby gay en México ha vuelto a consistir en una explosión de vulgaridad y agresión contra la fe católica que abochorna a muchos, incluidos algunos miembros de la comunidad homosexual que se sienten ajenos a tales manifestaciones. ¿Es necesario hacer una reivindicación ideológica interminable, agresiva y sectaria?

Ofensa contra la Iglesia católica

En la reciente marcha del «Orgullo en la Ciudad de México», se ha llevado a cabo una ofensiva manifestación, que involucró a una persona caracterizada como Jesucristo sobre una cruz en poses sugestivas. 

Mientras algunos defienden esta representación como una crítica simbólica a una institución, como es la Iglesia, que según ellos históricamente ha perseguido a las minorías sexuales. En realidad se trata de una burla descarada y ofensiva hacia una figura sagrada como es Jesucristo para millones de creyentes.

Esto nos lleva a cuestionar: primero ¿cómo justifican esa supuesta opresión y ofensa hacia el lobby gay por parte de la iglesia? Segundo ¿era necesario hacer burla de la crucifixión y muerte de Jesús para expresar una crítica a la Iglesia? ¿Qué hubiera sucedido si esta misma representación se hubiera hecho con símbolos musulmanes, por ejemplo?

Intolerancia hacia la fe católica

Este acto es una muestra alarmante de la falta de respeto y la intolerancia hacia la fe católica. La burla hacia Jesucristo no solo ofende a los católicos, sino que también subraya una creciente tendencia a atacar creencias religiosas en nombre de una malinterpretada libertad de expresión. 

Mientras tanto, algunos defensores del lobby gay argumentan que si alguien se siente ofendido por el «Cristo Gay», es porque también es parte del problema.

Este debate nos obliga a reflexionar: ¿Dónde está el límite entre la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas? ¿Es aceptable utilizar símbolos sagrados de una religión para criticar sus doctrinas, cuando esto hiere a millones de creyentes? ¿Estamos, en nombre de la inclusión y la diversidad, fomentando nuevas formas de intolerancia y discriminación?

La representación artística de un Cristo afeminado bailando sobre una cruz es de forma clara una ofensa gratuita y sacrílega. Independientemente de la interpretación que quiera darle el lobby gay, es esencial recordar que la convivencia en una sociedad diversa requiere un equilibrio delicado entre la libertad de expresión y el respeto mutuo.

Este grotesco disparate y falta de respeto no es fruto de la casualidad. Ya que no es otra cosa que el resultado de la adoctrinada siembra de unas bases ideológicas desde la más tierna infancia.

Para exigir respeto están muy buenos; para faltar también.

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5 Comentarios. Dejar nuevo

  • María del Pilar
    5 julio, 2024 14:37

    ¡Señor, perdónalos, porqué en realidad, no saben lo que hacen…!!

    Responder
    • María del Pilar, permítame hacer esta observación:
      A los que no saben lo que hacen, que Dios los perdone.
      Pero a los que sí saben lo que hacen, como en este caso de este espectáculo blasfemo, Señor, no los perdones. (Lc 12,47)

      Responder
  • Sepan o no sepan lo que hacen, hay algo que no saben, y es que con este tipo de exhibiciones lo único que muestran es la genealogía psicopática de su militancia LGBTI. Basta con que lo sepamos los ofendidos para que perdonemos sus ofensas.

    Otra cosa son los grupos de presión que se sirven de estos pobres trastornados como carne de cañón sociopolítica. Contra estos hay que luchar como enseñó Jesús: “astutos como las serpientes, pero sencillos como las palomas.” Aunque la verdad es que cuesta mucho no emprenderla a cornadas como los rinocerontes y zarpazos como las leonas.

    Responder
  • Fernando Ugalde Abaroa
    12 julio, 2024 02:00

    Siempre me ha sorprendido el encono que tiene este colectivo contra la Iglesia Católica.

    Para mi gusto, esta es una señal inequívoca de que es Satán el que está detrás de ellos.

    La apología de la homosexualidad es apología del mal y, por tanto, diabólica.

    Responder
  • En México, determinados grupos fomentan un sentimiento antiespañol y anticatólico, mezclado con cierto indigenismo político. Y el lobby LGTB, repartiendo doctrina basura, además de fomentar la prostitución, negocio en el que subsisten y que en España, la izquierda que les promociona, de manera contradictoria, pretende prohibir…

    Responder

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