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¿Por qué los vikingos son los “buenos” y lo cruzados los “malos”?: mucho más que películas y series de televisión

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No sé si ha reparado en ello, pero hace décadas, que bien como tema central, bien como escenario accesorio, los cruzados, no importa de cual Cruzada, tienen en el tratamiento cinematográfico y televisivo, el papel de “malos”. Incluso ahora, y a pesar de la Yihad, eso va así. En contrapartida, también hace décadas que los vikingos aparecen como “buenos” o, al menos, la obra es narrada desde su perspectiva. Es una extraña paradoja que no tiene nada de inocua. La forma como nos son presentados ellos y los cristianos en la película de finales de los años cincuenta Los Vikingos  y la actual serie televisiva marca la diferencia.

Es una paradoja, porque las cruzadas, aunque en ocasiones derivaron en actos espurios como la conquista de Constantinopla, o resultó de una violencia extrema para los no combatientes, respondían a dos impulsos positivos. El primero, el de la autodefensa: fue el Islam árabe que, en su oleada de conquista, invadió los territorios cristianos de Oriente, precisamente los originarios del cristianismo. Los coptos en Egipto, restos de los originarios habitantes, y hoy una minoría maltratada, son un ejemplo de esa cambio de civilización por la vía de la conquista militar. Los cruzados se opusieron a esa guerra de conquista e intentaron durante muchos años revertir o, al menos, congelar la expansión, que por el sur, a través de la Península Ibérica, ya había amenazado directamente a Europa.  El segundo impulso, imperfecto como en todo lo humano, era el de un ideal: recuperar Jerusalén, la ciudad donde fue crucificado el Señor para la fe cristiana. Que del hecho de que bajo la perspectiva actual, esto resultara inaceptable, no debe llevar al error clásico de juzgar a nuestros antepasados bajo las referencias actuales, porque esto sería todo lo contrario al análisis histórico.

Estos cruzados en su respuesta y coligación contribuyeron a formar la conciencia de la unidad europea, un proceso sustitutivo de la unidad del Imperio romano, que mucho después, destruirían para ir a peor, los estados nacionales. Formaban parte de una cultura que nos ha forjado. Presentarlos como una banda de conquistadores, sedientos de sangre y oro, es una burda caricatura de la realidad.

Desde el siglo XI Europa afirmó su identidad, pasando de ser agredidos a agresores, con las cruzadas, y los procesos de reconquista en el suelo europeo después. A ello se unió la fortaleza del feudalismo, el crecimiento de la población, el desarrollo agrícola, el aumento del comercio, y con él, la formación de una clase comerciante. Así forjada, la primera y fundamental identidad europea fue el cristianismo, que las guerras de religión del siglo XVI, con la aparición de las iglesias protestantes, rompieron, dando pie a la fragmentación de los estados nacionales.

En contrapartida, los vikingos, oriundos de Escandinavia, tenían la habilidad de construir naves de una gran capacidad marinera e invertían buena parte de su tiempo en las incursiones depredadoras y salvajes de las costas de Inglaterra y Francia, primero, hasta alcanzar la Península Ibérica y el Mediterráneo. Su forma de vida era el pillaje, y sus prácticas con sus adversarios muy crueles: el temor era una de sus armas. Mataban por una sola razón: la económica. Es una versión primitiva y sangrienta de las multinacionales depredadoras, que no intercambiaban conquista por civilización, como Roma, sino que simplemente esquilmaban como las plagas de langostas.

¿Cómo han podido convertirse en “los buenos” de nuestra cultura popular?

Pero, es que la paradoja es todavía superior. Unos grupos de estos pueblos se asentaron en la costa francesa, la actual Normandía, se cristianizaron y aceptaron, en un marco feudal como el de la época, la soberanía del rey francés. Desde esta base, se expandieron a Inglaterra y Sicilia, conquistándola a musulmanes y bizantinos, para terminar siendo un componente importante de Europa. Hace ya unos años la ciudad de Roma ofreció una exposición magnífica de aquella realidad con un título bien expresivo, “Los Normandos, Pueblo de Europa

Y ellos, precisamente ellos, vikingos cristianizados fueron una de las principales puntas de lanza de las Cruzadas, con lo cual son “buenos” en su periodo pagano, y “malvados” cuando se cristianizan.

Este planteamiento, en su reiteración, véase el tratamiento de las Cruzadas en el Reino de los Cielos de Ridley Scott, o la actual serie de televisión por cable, no es gratuito. Tiende a presentar la inferioridad moral de los cristianos, y la altura en los vikingos, dentro de una violencia compartida y cinematográfica. También la mezquindad de los primeros y el sentido heroico de la vida, su invencibilidad y ausencia de miedo a la muerte.

Esta evolución en el tratamiento de la historia se inscribe en una corriente surgida de la Ilustración francesa, que enlaza con el jacobinismo de estado y seguida con notable entusiasmo por la cultura anglosajona y sus antiguos perjuicios anticatólicos, que tenía- tiene- como objeto, deformar los hechos históricos, presentando la edad media como un tiempo oscuro, salvaje y bárbaro; y, más allá, a los primeros cristianos como un tropel de supersticiosos, fanáticos que destruyeron la cultivada civilización pagana. El mito de Hipatia, construido por los “ilustrados” tiene en Alejandro Amenábar y el filme Ágora un demagógico exponente de este sistemático e histórico trabajo de demolición, que destruyendo al cristianismo, acaba por hacer imposible los fundamentos de la unidad europea. Ahora volvemos a pagarlo.

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5 Comentarios. Dejar nuevo

  • Buen artículo, sr. Miró. Gracias.

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  • Parece interesante la nota, pero no llega a tener profundidad la justificación. Es más un artículo de opinión personal. Los cruzados fueron igual de sanguinarios que los vikingos y persiguieron el mismo objetivo pero con una fachada distinta. No se llevó la religión y los ideales de manera pacífica, sino de manera agresiva y sanguinaria a regiones paganas. No se puede esperar que la cultura vikinga, a la vista de la concepción histórica occidental, sea vista como evolucionada cuando los canones de evolución son marcados por un imperio intolerante e impositivo. Considero que la nota tiene poco de Historia y es más una opinión personal que poco aporta a un diario digital al servicio de la libertad y la dignidad de las personas

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    • Totalmente de acuerdo. Desde mi punto de viste ambos «grupos» cometieron actos en contra de la paz y tenían sus propios conflictos y divisiones. Y así lo veo hasta en las peliculas y series de televisión. Lo que a mi me transmiten es que hay similitudes en los actos cometidos por grupos humanos de distinta religión y cultura

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  • A la gente como usted se le puede explicar que sera en vano siempre ustedes seguiran blasfemando contra la verdad y contra el bien,para su informacion señorita los vikingos fueron los invasores,al entrar a templos cristianos asesinando a sus monjes,las replesalias usadas posteriomente contra los malignos fueron poco para lo que verdaderamente se merecian y como les pagan?haciendolos ver como los malos,apuesto a que si te sucediera no te gustaria,pero a pesar que seguiras hundida en tu ingnorancia me parece irresponsable e infanil llamar a este post una opinon personal,la tuya si lo fue

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  • Totalmente de acuerdo con el autor del artículo. El cristianismo hizo lo que hace Dios, convertir la maldad en bondad. Los mismos que antes quemaban iglesias después fueron sus mayores defensores, por la gracia de Dios.

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