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Mònica Terribas, su “minuto heroico” y el Opus Dei

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El año pasado, el periodista financiero Gareth Gore publicó su libro Opus. En España, gozó de una amplia promoción a cargo de La Sexta, la cadena de televisión gubernamental privada. La portada del libro busca, sin complejos, la venta a través del escándalo: Ingeniería financiera, manipulación de personas y auge de la extrema derecha en el seno de la Iglesia católica”. Más morbo de entrada, imposible. Como en el porno, su portada no deja nada a la imaginación. No es, ni mucho menos, el único libro con una orientación crítica hacia el Opus Dei, pero sí posee unas características específicas.

Una ya ha sido apuntada: busca descaradamente el escándalo. No presenta ninguna cuestión doctrinal o teológica; simplemente es un promotor de maledicencias. La segunda característica es que se trata de un trabajo periodístico realizado con malas artes, ya que gran parte del material y las entrevistas que utiliza fueron aportadas por el propio Opus Dei, después de que el autor presentara su proyecto con una finalidad bien distinta a la que realmente perseguía. Practicó el engaño.

Ambas cuestiones definen la calidad ética del autor, que ha pasado de ser comentarista financiero a martillo de católicos.

En esta ocasión, tuvo una cumplida respuesta por parte de la propia Obra: Datos y aclaraciones sobre el libro Opus de Gareth Gore, un documento de nada menos que 101 páginas que desmenuza los errores, falsedades y tergiversaciones del libro. Seguramente, es una de las refutaciones más detalladas y concretas que se han hecho en las últimas décadas sobre una obra que no ha sido replicada por el autor.

El contenido del texto de Gore me produjo dos impresiones, que no van más allá de meras sensaciones. La primera, que se trataba de una obra por encargo, aprovechando el interés del autor por un personaje financiero y un banco. La otra, que intenta estimular lo que algunos consideran una actitud poco propicia para el Opus Dei por parte del actual Papa, buscando algo próximo a su neutralización.

Pero, repito, se trata de meras hipótesis, que para nada sirven para el juicio del texto de Gore, cuya evaluación debe buscarse en las más de 100 páginas de respuesta que ha generado el Opus Dei y a las que ya me he referido.

Ahora, pocos meses después, se produce en un medio diferente un intento de descrédito semejante. Tiene la ventaja del poder de la televisión, aunque sea en un canal de pago, y la desventaja de que el material que maneja es mucho menor; más bien anecdótico en el sentido literal del término. Es decir, se refiere a información, evidencia o relatos basados en anécdotas (historias breves y personales) en lugar de métodos sistemáticos, científicos o verificables.

Lo anecdótico suele caracterizarse por surgir de experiencias individuales, observaciones casuales o casos específicos, no de datos estadísticos o estudios rigurosos. Se emplea para ilustrar una idea, apoyar una opinión o generar hipótesis, pero no como prueba concluyente.

Tiene unas limitaciones claras: puede ser subjetivo, sesgado o no representativo de patrones generales, ya que no se somete a validación empírica. En ámbitos científicos o académicos, lo anecdótico se considera de baja fiabilidad para establecer verdades generales, aunque puede complementar investigaciones más sólidas.

Obviamente, en este caso no existen tales investigaciones, pero, a pesar de ello, la directora Mònica Terribas, que ha emprendido una verdadera “cruzada” en los medios, presenta su trabajo como una demostración general de la forma de proceder del Opus Dei y, transformándose de periodista a juez, exige cambios.

El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei

Así se llama la serie documental dirigida por la periodista Mònica Terribas y producida por The Mediapro Studio para la plataforma Max. Se estrenó el 7 de febrero de 2025 y consta de cuatro episodios de aproximadamente 50 minutos. Presenta los testimonios de 13 mujeres de diferentes países y generaciones que formaron parte del Opus Dei en diversas capacidades, como numerarias, numerarias auxiliares o agregadas. A través de sus relatos, denuncian abusos psicológicos, religiosos y económicos sufridos dentro de la organización.

Trece mujeres de todo el mundo, buscadas —doce de ellas con candil por la propia promotora Mediapro y la propia Terribas recorriendo el mundo entero—, y con esta frágil composición se levanta la tesis con tres agravantes:

1. Falta de pluralidad de voces

La propia Mònica Terribas ha afirmado en declaraciones a los medios que ha requerido, sin éxito, que la Prelatura del Opus Dei participase, al mismo tiempo que les negaba el derecho a que aparecieran otras experiencias de personas numerarias o con otra vinculación con el Opus Dei, que manifestaran “que son felices trabajando para la Obra”, como declaraba Terribas a La Vanguardia el 7 de febrero.

Si son felices, si están contentas con la Obra, ya no le sirven. En otros términos: o salían personajes críticos o nada, lo que no deja de ser una curiosa forma de hacer periodismo, o, mejor dicho, de no hacerlo.

2. El periodista no puede ser juez

La periodista, en este caso, no solo tiene la pretensión de transformar la anécdota en categoría, sino que además asume una posición impropia del género. “Nuestra obligación —sostiene— es pedir responsabilidades a quien tiene capacidad para cambiar las cosas, y es la Prelatura del Opus Dei”.

¿Suya y de quién más? ¿De la productora? El periodista no puede ser juez de lo que escribe porque, entonces, deja de ser tal cosa y se transforma en otra muy distinta. Por eso, los buenos profesionales nunca lo hacen: saben que en el momento en que cruzan esta frontera, toda su labor queda cuestionada, porque en realidad estaba predirigida a un fin que no era exponer unos hechos, sino conseguir una acusación.

Y esta deriva sectaria de Mònica Terribas —un calificativo que, aplicado a su caso y en estas cuestiones, no es descubrir el océano— es tan evidente que la propia inteligencia artificial por su cuenta la revela.

3. Un sesgo evidente

Le pedí a ChatGPT-4.0 que me explicara la serie. Una vez hecho esto, le pregunté: ¿Puedes hacerme una valoración crítica de este programa y su contenido? Menos condicionamiento en el planteamiento de mi cuestión, imposible.

La respuesta fue la siguiente:

Contexto y enfoque

«El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei» se presenta como una docuserie que denuncia presuntos abusos dentro de la organización católica Opus Dei, basándose en testimonios de 13 mujeres que formaron parte de la institución. La dirección de Mònica Terribas y la producción de The Mediapro Studio evidencian un enfoque profesional con una narrativa bien estructurada. Sin embargo, es fundamental evaluar críticamente la imparcialidad, el rigor documental y las implicaciones del programa.

Fortalezas

a) Visibilización de testimonios

El documental ofrece un espacio a exmiembros para exponer experiencias de abuso psicológico, económico y religioso. Dado que el Opus Dei es una organización con estructuras internas cerradas, este tipo de producciones contribuyen a que exmiembros puedan compartir sus vivencias sin temor a represalias.

 b) Investigación y producción

La participación de una periodista de renombre como Mònica Terribas y el respaldo de una productora como Mediapro garantizan un alto nivel técnico y narrativo. La serie también cuenta con un esfuerzo por recopilar documentos y relatos de varias generaciones, lo que otorga una perspectiva histórica.

c) Contextualización del Opus Dei

Al presentar las costumbres y normas internas del Opus Dei (como el «minuto heroico», la estructura jerárquica y las prácticas de disciplina espiritual), la serie ofrece una ventana a una realidad poco conocida para el público general.

Debilidades y limitaciones

a) Falta de pluralidad de voces

El programa se centra exclusivamente en testimonios críticos sin ofrecer un espacio para miembros actuales o defensores del Opus Dei que puedan contrastar los relatos. Si bien el objetivo es dar voz a víctimas, una verdadera investigación documental debería incluir diferentes perspectivas para evitar sesgos.

b) Posible agenda ideológica

El enfoque de la docuserie encaja dentro de una tendencia creciente de narrativas críticas hacia instituciones religiosas, en particular la Iglesia católica. Aunque esto no invalida los testimonios, es importante considerar si el documental busca informar o si está alineado con una agenda anticlerical más amplia.

 c) Generalización del Opus Dei

Si bien se presentan casos de abuso y manipulación, la serie podría inducir al espectador a creer que tales prácticas son inherentes a toda la organización, sin matizar entre distintos niveles de pertenencia o posibles diferencias entre países y épocas. Una aproximación más rigurosa requeriría analizar si estas experiencias representan excepciones o patrones sistemáticos dentro de la institución.

Repercusiones en la percepción pública

Dado el formato televisivo y el peso emocional de los testimonios, es probable que la serie contribuya a reforzar una imagen negativa del Opus Dei entre el público general, independientemente de la complejidad del fenómeno. Esto plantea la cuestión de si el documental busca denunciar o influir en la percepción pública de manera unidireccional.

Conclusión

«El minuto heroico» es un documental bien producido y narrado, que cumple su función de dar voz a exmiembros del Opus Dei con denuncias graves. No obstante, su falta de contraste con otras perspectivas y su enfoque exclusivamente crítico lo alejan de ser una investigación objetiva. Para un análisis más completo, sería recomendable contrastar su contenido con testimonios de miembros actuales, estudios históricos y análisis independientes sobre la organización.

Literal de la IA, y no voy a añadir nada sobre el juicio que merece desde un punto de vista neutral la serie y la tarea de su directora, Mònica Terribas.

El Opus Dei cuenta con más de 93.000 miembros en todo el mundo, la mayoría laicos, incluyendo tanto hombres como mujeres, si bien aproximadamente el 57 % son mujeres. De este amplio conjunto de personas, extraer 13 que presenten quejas importantes no parece suficiente para mostrar nada más que lo que en toda comunidad, por venturosa que sea, siempre existe: posibles actos de injusticia, errores humanos o simplemente inadaptaciones.

Todo esto sin considerar las obras del Opus Dei:

  • Sus centros de formación espiritual y personal para sus miembros y colaboradores.
  • Instituciones educativas, como centros escolares de gran calidad y universidades excelentes, como la Universidad de Navarra en España o la Santa Cruz en Roma.
  • Obras sociales como Braval, en el barrio del Raval en Barcelona.
  • Su producción editorial y de publicaciones, de gran dimensión y notable entidad intelectual.

Prescindir de todo esto, es decir, de la realidad, no mostrar esta dimensión global y cualitativa tan importante, es simplemente traicionarla. Esto no es servir a la verdad de los hechos. Y esto, simplemente, no es periodismo: es, en todo caso, propaganda sectaria dirigida por Mònica Terribas.

Twitter: @jmiroardevol

Facebook: josepmiroardevol

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