Parece que fue Emmanuel Macron quien propuso a Angela Merkel la nominación de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea. Esta veterana política alemana de la CDU ha resultado ser la solución a una tensa situación entre los principales países europeos, incapaces de ponerse de acuerdo para nombrar la nueva cúpula de las instituciones de la Unión Europea.
Fin del Spitzenkandidat
Von der Leyen no es un nombre que sonaba entre los comentaristas de las negociaciones. Aunque ser miembro del partido cristiano-demócrata de Merkel, y formar por tanto parte del Partido Popular Europeo que fue la fuerza más votada en las elecciones al Parlamento Europeo, su nominación ha despertado cierto malestar por no formar parte de los cabezas de lista de las formaciones políticas europeas.
El proceso del Spitzenkandidat, ideado por el Parlamento Europeo para democratizar las instituciones, quedaría pues virtualmente destruido después de haberse empleado sólo una vez al 2014, si la cámara parlamentaria confirma a Von der Leyen.
Los 28 han salvado la crisis que les enfrentaba para escoger la plana mayor de la UE, pero ni Merkel ni la mayor parte de formaciones políticas parecen demasiado satisfechos. La canciller alemana ni siquiera había puesto el nombre de Von der Leyen sobre la mesa, y sus aliados bávaros, que habían conseguido posicionarse como Spitzenkandidat del PPE Manfred Weber, están furiosos. El ministro-presidente de Baviera habla incluso de una «derrota de la democracia».
También están indignados muchos eurodiputados liberales y socialistas, que esperaban hacer un frente común para proponer el Spitzenkandidat socialdemócrata, el holandés Franz Timmermans. El SPD alemán acusa Merkel de haber preparado una «trampa política».
Por qué Merkel no había pensado antes en Von der Leyen?
Parece ser que la canciller alemana no confía demasiado en la capacidad de Ursula von der Leyen en dirigir la Comisión Europea, y ha dudado hasta el último momento. Sin embargo, la veterana política ha sido la sola colaboradora de Merkel que ha ocupado consecutivamente tres carteras ministeriales: familia, trabajo y defensa. De hecho, Von der Leyen ha sido ministro de Merkel desde que esta última se convirtió canciller en 2005.
Von der Leyen, médico de profesión, madre de siete hijos e hija de un alto cargo de la CDU, tiene una fuerte personalidad y tiende a imponer su liderazgo. Según un político que la conoce bien citado por El País, «no es una jugadora de equipo» y «en las negociaciones tiende a pensar demasiado en sí misma». Sin embargo, se la reconoce como una trabajadora infatigable que por otro lado pasaba los fines de semana invariablemente en familia cuando sus niños eran pequeños.
Von der Leyen impulsó reformas enérgicas durante su tiempo como ministro de familia. Como ministro de defensa, sin embargo, se le ha acusado de efectuar una gestión mediocre y de no conseguir modernizar las fuerzas armadas alemanas, que sufren desde hace tiempo un alarmante abandono.
Von der Leyen es cercana a los Estados Unidos, a pesar de que como ministro de defensa ha reivindicado la necesidad de organizar mejor la defensa europea y de aumentar los presupuestos de defensa de los Estados Miembros.
