Las religiosas de la Madre Teresa llevaban desde 1988 presentes en Nicaragua. Ahora se han visto obligadas a abandonar el paĆs despuĆ©s de que su organización fuera despojada de su estatus legal en un giro totalitarista del Gobierno.
Las religiosas fueron escoltados por la policĆa hasta la frontera y cruzaron a pie a la vecina Costa Rica.
Su organización es una de las últimas en ser clausurada como parte de una ofensiva contra cualquiera que se considere que se opone al presidente Daniel Ortega. La Iglesia Católica ha hablado abiertamente sobre los abusos a los derechos humanos en Nicaragua.
Las religiosas de la Madre Teresa, en el objetivo de Ortega
Los medios locales dijeron que 18 religiosas de la Madre Teresa de las Misioneras de la Caridad fueron conducidas a la frontera en un autobĆŗs escoltadas por funcionarios de migración y policĆas.
El grupo habĆa sido despojado de su estatus legal el 28 de junio por el parlamento nicaragüense, donde los miembros del partido sandinista del presidente Ortega son mayorĆa.
Las monjas habĆan estado trabajando con los pobres en Nicaragua desde 1988 y dirigĆan una guarderĆa infantil, un hogar para niƱas abusadas y abandonadas y un asilo de ancianos.
Un departamento gubernamental que supervisa a las organizaciones no gubernamentales acusó a las religiosas de la Madre Teresa de «no cumplir con sus obligaciones» de declarar la procedencia de sus fondos.
MĆ”s de 200 organizaciones han sido clausuradas en Nicaragua desde 2018 por presuntamente violar nuevas y estrictas leyes sobre financiamiento. Entre los cerrados se encuentra la renombrada Academia Nicaragüense de la Lengua, asĆ como una organización benĆ©fica mĆ©dica que brinda cirugĆas a niƱos con paladar hendido.
La tensión entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia Católica ha sido elevada desde que el clero protegió a los estudiantes que protestaban contra el presidente Ortega durante una ola de protestas contra el gobierno en 2018.
En 2019, el obispo auxiliar de Managua, Silvio BĆ”ez, salió del paĆs luego de recibir varias amenazas de muerte. Y mĆ”s recientemente, en marzo, el gobierno expulsó al Nuncio Apostólico -el equivalente de la Iglesia Católica a un embajador- en una medida que el Vaticano calificó de Ā«medida unilateral injustificadaĀ».
El propio presidente Ortega ha acusado al clero católico de ser Ā«golpistasĀ» y los ha llamado Ā«diablos con sotanaĀ». El polĆtico, de 76 aƱos, estĆ” en su cuarto mandato consecutivo en el cargo despuĆ©s de ganar las elecciones presidenciales de 2021 ampliamente denunciadas como una farsa.