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Riders, o como esconder la precariedad laboral

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La muerte de Pujan Koirala, un rider de origen nepalí, ha vuelto a poner en evidencia la precaria situación de la llamada economía colaborativa. Con más de 10 horas diarias de trabajo, los rider de empresas como Glovo, Deliveroo, Stuart o Uber Eats trabajan como autónomos. Sin embargo la justicia empieza a discrepar sobre ello. Ya existe una sentencia en la que se afirma que se afirma que se encuentran en la categoría llamada «falsos autónomos«.

Glovo defiende su modelo y asegura que con el régimen de autónomos puede dar “flexibilidad” a estudiantes que combinan trabajos. La edad media de los rider de Glovo —1.500 en Barcelona, 7.000 en España— es de 32 años. La compañía considera que los repartidores son socios y les hace pagar por el uso de la aplicación dos euros cada 15 días. Glovo, valorada en 300 millones, ha conseguido 285 millones de euros en rondas de financiación.

Glovo defiende que con el actual modelo de autónomos los rider ganan más dinero que si fueran asalariados. Según datos facilitados por la empresa, un repartidor que dedica al día de media 5 horas y 28 minutos ingresa 1.274,64 euros al mes, computando como trabajado desde que se acepta el encargo hasta que se hace la entrega. Una estimación de los ingresos que no incorpora mantenimiento del vehículo, móvil o cuotas a la Seguridad Social. «De aplicarse el convenio colectivo, la media que recibiría sería de 892,15 euros«, argumentan desde la empresa.

Al ser trabajadores por cuenta propia, tampoco tienen la obligación de pedalear para la misma empresa, aunque en la gran mayoría de estas el repartidor firma unas condiciones que lo acreditan como Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente (TRADE), es decir, que pese a ser autónomo reconoce que el 75% de sus ingresos provienen del mismo pagador. En este sentido, los repartidores de, por ejemplo, Glovo no tienen la obligación de repartir con las mochilas distintivas de la marca y podrían hacerlo con cualquier recipiente que les permitiera repartir el paquete en condiciones óptimas. También podrían repartir un pedido de, por ejemplo, Deliveroo, con la mochila de una de la competencia.

¿Realmente son falsos autónomos?

Es en esa flexibilidad de horarios y métodos de trabajo en la que se apoyan las diferentes compañías –de las grandes, únicamente JustEat opera con rider asalariados- para considerar autónomos a sus colaboradores. Glovo, la más grande en España, afirma trabajar con alrededor de 5.000 en todo el país y Deliveroo, la segunda, con unos 1.000. No obstante, existe actualmente una batalla legal entorno al modelo empresarial en el que se sustentan estas empresas, ya que Inspección de Trabajo ha fallado, hasta ahora, de manera unánime contra Glovo y Deliveroo. El organismo ha considerado que en Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza su relación es más propia de un asalariado.

Todo ello no es baladí para las arcas de la Seguridad Social, puesto que las cotizaciones que paga un repartidor siendo autónomo son sensiblemente inferiores a las que pagaría un trabajador bajo el convenio colectivo de hostelería. La UGT realizó recientemente un cálculo según el que cifró que Hacienda deja de ingresar anualmente 93 millones de euros con estas empresas operando bajo este modelo.

 

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1 Comentario. Dejar nuevo

  • Felicito mucho que retomen temas de justicia social económica en su canal informativo. Es muy valiosa la denuncia sobre aborto, eutanasia, adoctrinamiento de género, fecundación in vitro, etc., pero ESTOS temas siguen siendo muy actuales, tienen que ver con la calidad de vida y el “socialismo” los dejó hace mucho tiempo abandonados. ¡Adelante! Tengo mucho material investigado sobre temas de este corte que convendría difundir, en caso de que quisieran recibirlo.

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