El capítulo 4 lleva por título La acedia y la crisis de identidad. Primero voy a definir el vocablo. El diccionario electrónico de la RAE te deja un poco a dos velas. Toma los vocablos acedía 1 (también acedia) y acedía 2. El vocablo que nos interesa es el 1, llámese acedia sin acento o acedía con acento en la i. Copio y pego la entrada acedía 1 o acedia:
acedía1
Tb. acedia.
Del lat. acidĭa, y este del gr. ἀκηδία akēdía ‘negligencia’.
- f. Pereza, flojedad.
- f. Tristeza, angustia, amargura.
A la pregunta inicial de Nicolás Diat (pág. 145) ¿Qué caracteriza a la situación espiritual de Occidente? el Cardenal Sarah responde textualmente: “Creo que Occidente está viviendo lo que los padres del desierto denominaban el demonio del mediodía: ese que se presenta en pleno día, cuando el calor es más agobiante. Su nombre es acedia, una forma de depresión, un enfriamiento, una laxitud espiritual. Consiste en una especie de atrofia de la vitalidad interior, de desaliento, de <<atonía del alma>>, como decía Evagrio Póntico en el siglo IV.”
“La acedia tiene tres consecuencias que caracterizan a la sociedad occidental contemporánea: el letargo, la acritud y el refugio en el activismo” (pág.147) De la desesperanza a la parálisis progresiva. A partir de ella el rencor, la acritud hacia el bien indeseado. Y por último el refugio en el activismo desordenado a modo de mariposeo para olvidar la situación en la que uno se ha encerrado. A continuación señala el Cardenal Sarah que las parejas sufren esto de un modo particular. Rutina, tacañería, cautela y adormecimiento en el amor.
A la pregunta de si se podría hablar de la pérdida de lo sagrado (pág.152) responde que “Para poder participar de las cosas divinas hay que estar dispuesto a reconocerse totalmente indigno de ellas. Si no hay temor ni adoración, no se alcanzan ni el amor ni la unión”. Y nos repara en el pasaje evangélico de la pesca milagrosa (Lc 5, 1-11). Hacia el final de este capítulo 4, la pregunta ¿Están, pues, en crisis la virtud de la religión, la liturgia y los sacramentos? la he remarcado en un recuadro. Y he redondeado en círculo cada una de sus páginas (final de la 167 y principio de la 175) Antes de proseguir con mi lectura, bastante adelantada, volveré a leer detenidamente estas páginas. Son páginas finales de la primera parte de este libro que lleva por titulo La quiebra espiritual y religiosa.