fbpx

El crecimiento demográfico

COMPARTIR EN REDES

Ir a contracorriente, de siglo XX y también de siglo XXI, en temas de natalidad recompensa con el paso de los años. Con mi esposa somos padres de familia numerosa. Con mi esposa somos abuelos, por ahora, de más de una familia numerosa. Justo entrando en la franja de edad de nuestra jubilación, me complace decir que somos cuantitativamente más abuelos que padres. ¡Tenemos más nietos que hijos!

Como padres, somos adictos a la paternidad y maternidad responsables de la encíclica Humanae Vitae. Nuestras hijas casadas han seguido el mismo planteamiento. El siglo XXI tiene sus contras y sus pros distintos a los del siglo XX. Los principios morales de actuación son los mismos en ambos siglos. Doy fe ante Vds. que el planteamiento doctrinal iniciado con la encíclica Humanae Vitae de Su Santidad San Pablo VI funciona.

Mi situación actual de hace ya unos cuantos años me permite fijarme en las cosas. ¡Qué triste tantas personas mayores solas! ¡Qué triste tantas parejas de hombre y mujer jóvenes sin hijos! ¡Qué triste tanta persona suelta o en pareja pero con perro! ¡Con uno o con más de uno! ¡Qué triste tanta persona que no puede salir a la calle! ¡Menos mal del oficio o voluntariado de paseador de perros ajenos! Perros que no son hermanos. Son de razas y tamaños distintos. Son de dueños distintos que no salen de sus domicilios.

¿Me quiere decir alguno de Vds. en qué templo se sermonea el amor matrimonial cristiano? ¿En qué templo se ilustra en sermón el día festivo que corresponde a tenor de las lecturas propias del AT y del NT? Fue muy duro ser padres en el siglo XX a contracorriente pastoral en la ciudad de Barcelona. Es muy duro que el clero te ignore o subestime en la condición de padre y madre con hijos que van al templo todos.

Hoy les adjunto un solo vínculo. Es de tipo doctrinal. La transmisión de la vida. Un embarazo siempre es una cruz. Una cruz que se transforma en alegría. Alegría que se contagia a modo de mancha de aceite. Ya sabemos que al final todos presentes en el juicio divino en términos de contemplación beatífica u oscuridad diabólica. La contemplación beatífica debe merecerse en vida terrenal. El modo más generalizado es el Matrimonio. Los hijos vienen sólo si Dios quiere… ¡si hay apertura matrimonial a la concepción desde el primer momento!

Este texto papal referenciado sigue siendo la carta magna de la sexualidad. La inversión de la pirámide demográfica es un acicate a la perseverancia. En la fidelidad a la doctrina moral expresada por la Iglesia radica la victoria.

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.