Guía rápida del confinamiento

Me parece oportuno referir un listado de situaciones comunes de carácter ciudadano. No es broma. No es un relato de cómic. Es mi percepción, a unos cuantos días vista de un mes y medio aproximado de duración, de la situación de confinamiento generalizada en todos los países civilizados del mundo. Es el confinamiento en mi población de residencia empadronada. ¡Y en el de las suyas!

Empiezo por la primera de carácter leve. El primer día de confinamiento con cierre de comercios me quedé sin pila en mi reloj de pulsera. Me la cambian siempre al momento en comercio especializado al lado de mi casa. ¡Sin demoras me la sustituyen por otra nueva pero está cerrado por confinamiento! El gesto de mirar la muñeca no me cuesta hacerlo y lo hago por inercia. El gesto de pagar 3 euros tampoco me cuesta hacerlo. ¿Qué facturará este comercio durante el cierre por confinamiento? ¿Abrirá de nuevo?

Sigo por la segunda de carácter serio. Puede llegar a grave. Desde hace unos días me coloco laca después del peinado posterior a la ducha matutina. Estoy tentado de auto cortarme un poco mi pelo. Pero con tijeras de cocina como que no. Y con tijeras de manualidades para niños como que menos. Cuando finalice el cierre de peluquerías por pandemia habrá colas. No será rápida e inmediata la atención profesional. ¿Abrirá mi peluquería habitual? ¿O padecerá cierre empresarial inevitable? ¿Para cuántos días hay de cierre en estos establecimientos? ¿De qué vive el personal peluquero durante el confinamiento? ¿Y el personal de la ferretería en la que podría comprar unas tijeras peluqueras?

Continúo por la tercera de carácter grave. Cuando la pandemia confinada permita la apertura de bares y restaurantes, ¿cuáles de los existentes podrán reabrir sus puertas? No estoy pensando en mí. Pienso en aquellas personas trabajadoras, dueños, jefes y empleados, que ofrecían sus servicios de restauración. ¿A quién? Al trabajador que acudía a estos establecimientos a desayunar y a comer en el transcurso de su jornada laboral. ¿De qué vive el personal restaurador durante el confinamiento?

Empalmo con la cuarta de carácter muy grave. ¿Cuándo abrirán sus puertas sin restricciones los restaurantes con salas amplias y cabida notoria? Este año 2020 tienen programadas sus respectivas bodas en fechas concretas una sobrina y una hija. La sobrina ya hizo un traslado de fecha. ¿Podrán casarse las dos? Yo recomiendo que si es preciso contraigan Matrimonio (con M) ante el sacerdote, dos testigos y nadie más. La celebración familiar en misa abierta y restaurante abierto ya tendrá lugar cuando sea factible. Primero el Matrimonio canónico con efectos civiles y subsiguiente vida matrimonial de pareja. Si se celebran misas confinadas sin fieles, por la misma razón canónica hay luz verde confinada para celebrar sacramentos de Matrimonio. ¿Y de bautismo?

Prosigo con la quinta de carácter crucial. En la actualidad el vehículo propio es una herramienta necesaria de desplazamiento personal y familiar. Personal para acudir al propio centro de trabajo o para trabajar con él (era mi caso como inspector comercial de seguros). Familiar para el asueto conveniente y más si el verano casi ya está aquí. ¿Talleres mecánicos cerrados hasta cuándo? ¿Y servicios oficiales de las distintas marcas grúas incluidas? ¿Qué pasa si padeces una avería en vía interurbana o autopista por desplazamiento justificado ineludible?

Puedo añadir más situaciones. Me preocupa la más importante de todas. Agradezco y mucho el ofrecimiento televisivo y televisado de misa diaria al pueblo de Dios confinado en su hogar. ¡Hay más de una opción de misa! Pero el culto es divino y tiene lugar en el templo y no en la tele. En todos los templos. En horario de templo. No detecto que se abran las puertas de las catedrales para el Santo Sacrificio de la Misa. Por lo menos en domingo día del Señor. Si todas las catedrales abren sus puertas abrirán todos los templos diocesanos. Aunque haya numerus clausus de fieles asistentes bajo vigilancia de seguratas. Turistas no creo que vengan por ahora. No hay aviones en vuelos comerciales y los aeropuertos están confinados. Los seguratas tendrán un trabajo agradable.

Se me pasa por la cabeza hacer una cosa. Si debidamente equipado con bozal farmacéutico y un palo de escoba (de estos de plástico) me presento en la explanada peatonal enfrente de mi templo habitual, ¿estaré solo o con otros fieles? El palo de escoba es para marcar la distancia de seguridad de contagio (agentes de la autoridad incluidos). ¡A cualquier hora no! A la hora establecida en estos templos para celebrar misa a puerta cerrada yo me lo guiso yo me lo como vía YouTube. Las celebran en todas partes así. Incrementar el número de misas con presencia de Pueblo de Dios, ahora, debiera ser prioritario para repartir bien el número de fieles asistentes. ¡Dos fieles en cada banco solo bancos impares! ¡Gesto de darse la paz con las manos totalmente suprimido!

Si todo esto último que digo empieza a contagiarse (en el buen sentido) los templos abrirán y no solo para la misa dominical. Para combatir la pandemia ¡ya está bien de tanto confinamiento! Lo que yo necesito (y mi prójimo también) son liturgias en vivo y en directo. Los informativos televisivos monotemáticos coronados provocan náuseas y sueño. ¡Todos! Apagar la tele es un placer que no tiene parangón con el de poder acceder al templo para rezar. Las misas por la tele son para las personas enfermas o imposibilitadas. ¿Vd. está enfermo? ¡Yo no!

Ilustro con una estampa real televisiva y televisada del Vía Crucis el Viernes Santo 2020 ante San Pedro del Vaticano. Agradecí mucho asistir a él no solo como fiel televidente confinado, sino como recién ex portante confinado pre pandemia del Santo Cristo en los Vía Crucis cuaresmales. Podría ilustrar con una fotografía de Nuestra Señora de Montserrat. Mañana lunes es su día. En misa televisada TV2 en desconexión regional de las 10:30 de hoy domingo canto del Regina Caeli y canto del Virolai a la Moreneta. ¡Por fin hoy se ven niños por la calle desde la ventana!¡El santuario mariano de mi tierra también está confinado y no solo para unos turistas actualmente inexistentes!

Los discípulos de Emaús tenían prisa para volver una vez anochecido el día. ¡Yo para publicar!