En este tiempo de guirigay polĆtico, con comportamientos hostiles y ofensivos, y sobre todo con esta pandemia que nos ahoga y arruina, convendrĆa urgentemente detenernos para reflexionaren los resultados que estas conductas pudieran afectar de manera considerable a nuestra juventud. Es esencial instruir a nuestros ciudadanos, ciudadanos bien formados que trabajen por el bienestar de todos, sin excepción.
Si tuviĆ©ramos una sociedad culta, implicarĆa mĆ”s libertad, justicia, respeto a ideas, creencias etc. entre los ciudadanos. La radicalización de posturas, la falta de diĆ”logo y entendimiento hacen peligrar nuestra democracia. No podemos consentir imposiciones, ni totalitarismos del signo que sea. La razón, la conversación y el respeto, al contrario, ahĆ estĆ” la clave para avanzar. Los insultos, las ofuscaciones, la carencia de conocimientos, de transmisión y diĆ”logo nos dirigen al precipicio.
ĀæEn un Estado con diecisiete comunidades autónomas y diecisiete planes de estudios diferentes, podemos creernos que nuestros ciudadanos estĆ”n a la altura cultural de otros paĆses de nuestro entorno?
Las carencias y disparates que alberga la comunidad educativa se evidencian en los resultados de los informes Pisa. Realmente es triste como nuestros niƱos y jóvenes, a nivel nacional e internacional, poseen unos niveles culturales inconcebibles, Ā los indicadores de fracaso escolar, uno de los peores de Europa, nos convertirĆ” en un paĆs de pobreza y subvenciones de seguir asĆ.
Siempre que estrenamos un gobierno nuevo, se devasta lo que hizo el anterior, en educación no puede ocurrir esto. Desde la Transición hemos tenido los siguientes planes de estudios: Loece (1980) Lode (1985) Logse (1990), LoceĀ (2002), Loe (2006) y Lomce (2013) nuestros representantes polĆticos, han sido incapaces siempre de conseguir un consenso tan ineludible, para un Pacto de Estado en Educación. El beneficio de una larga etapa de estabilidad, en un plan comĆŗn de formación de nuestra juventud, como ocurre en muchos paĆses de nuestro entorno, hubiera sido inmenso.
ĀæQuĆ© acontecerĆ” con La Lomloe, mĆ”s conocida como ley CelaĆ”? ĀæOcurrirĆ” lo de siempre?Ā
Perplejidad, intemperancia, sin unidad de razones y cada comunidad autónoma aplicarÔ la ley como le convenga.
ĀæQuiĆ©nes son los afectados? Ā
Nuestros jóvenes, futuro cercano. Todos tienen el derecho, sin distingos sociales o económicos, de poseer una educación de calidad y en libertad. Una nación culta es una nación libre y esa cultura, esa libertad nos darÔ trabajo y bienestar.
Una instrucción que sitĆŗa a los educandos en competencia de sus atracciones, voluntad y rendimiento acadĆ©mico, y no con el regalo de la superación de las asignaturas, proporcionarĆ” a nuestra sociedad buenos profesionales que competirĆ”n de forma briosa con el resto de los paĆses europeos. De lo contrario si nuestros jóvenes son educados en la excesiva comodidad, apatĆa y falta de estĆmulo por el conocimiento y el estudio vamos derechos al abismo.
SeƱores representantes de pueblo, hagan de la educación un pacto de Estado, ya estĆ” bien de milongas y cantos de sirena que asolan a nuestro paĆs.Ā
Desde la Transición hemos tenido los siguientes planes de estudios: Loece (1980) Lode (1985) Logse (1990), Loce (2002), Loe (2006) y Lomce (2013) Clic para tuitearĀ
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