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La asamblea anual de e-Cristians propone una mayor participación católica en la vida política

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Más de 100 personas se inscribieron para acudir a la asamblea anual de e-Cristians, que se realizó el sábado 1 de junio en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Barcelona. La asamblea tenía como tema central los cristianos en la política.

Para analizar ese tema, se debatió sobre cómo deben de estar los cristianos en política, un debate que moderó y presentó el presidente de e-Cristians, Josep Miró i Ardèvol. Tuvo lugar un intenso diálogo que duró 2 horas y media en un primer panel en el que intervinieron Manuel Silva, Josep Manel Silva y Jordi Soley. Posteriormente se sumaron los asistentes con sus comentarios y preguntas.

Las intervenciones examinaron la situación de los católicos en la política y más en general en la vida pública. También se trató el peso de la opinión pública en la formación de los valores de la sociedad y marginalidad que en la misma tiene la concepción cristiana.

e-Cristians
El presidente de e-Cristians y miembro del Pontificio Consejo para los Laicos, Josep Miró i Ardèvol

Bajo diversas perspectivas el criterio de hacerse presente era prácticamente unánime y la conclusión conducía a desarrollar la intervención a través de los canales y formas de participación en la vida política. Además, se concluyó la necesidad del agrupamiento de los cristianos en una plataforma que lo hiciera posible en la mayor medida.

Las cinco ideas imprescindibles de la asamblea de e-Cristians

Las cinco principales conclusiones de la Asamblea anual de e-Cristians fueron:

1. La concepción cristiana es marginal en nuestra vida política: presencia, políticas, leyes, criterios. Está ausente, en un grado inédito incluso, en Europa. Hay un gran desequilibrio entre realidad social y presencia política.

2. La democracia representativa, la que canalizan los partidos en las instituciones políticas sufre una fuerte crisis de credibilidad y una notoria incapacidad para abordar los problemas grandes. La democracia ha degenerado en partitocracia: los partidos como fin en sí mismos y no como instrumentos para articular el pluralismo de manera que facilite realizar el bien común.

La Asamblea contó con la participación activa de los asistentes

3. Es un error pensar que la acción política se agota en la democracia representativa, la de los partidos. Hay otra gran vía que otros han ensayado con éxito: la democracia de participación que establece la propia Constitución (art. 23.1).

4. Los cristianos podemos aportar una buena respuesta a los dos retos: necesidad de hacernos presentes y regeneración de la democracia. Simplemente cumplimos dos condiciones:

a) Reunir en una plataforma de trabajo en común con un programa concreto.
b) Actuar en el ámbito de la democracia participativa en las instituciones locales, autonómicas y del estado por los canales reglados, los informales y por nuevas vías.

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