El catolicismo social, en el sentido de la práctica colectiva para trasladar la doctrina social de la Iglesia a la vida pública en su dimensión práctica, sufre de dificultades causadas por los propios católicos que, de esta manera, por mundanidad, por seguimiento del mundo en alguno de sus aspectos, impiden propiciar las condiciones que permiten avanzar en el horizonte de sentido que es el reino de Dios, que no deja de ser el propósito de orientar esta vida de acuerdo con su mirada; la que se manifiesta en Jesucristo.
Una de ellas es la justificación del apoliticismo católico. Se concibe la política como una cosa sucia de la que hay que permanecer apartados, sin importar que el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia afirme que es una manifestación de la caridad cristiana, y si algunos la ensucian más motivo para ir a ella, porque el mensaje cristiano está especialmente dirigido a lo que está enfermo. Todo eso lo sabemos, a pesar de ello se incurre en una actitud que queda fuera de la misión evangélica que grita ir a redimir el pecado.
Otra, extendida en ciertos sectores, es el Individualismo católico , que ya muestra el antagonismo entre ambos conceptos. Sí, hay que hacer política proclama esta posición, pero individualmente, cada cual por su cuenta. En un entorno político hostil al cristianismo, como se da en España y en muchos otros países, esta actitud conduce a la esterilidad o acaba sirviendo al señor mundano. La mejor verificación es su resultado. Nada. ¿No es un escándalo que lleve más de ocho años en el Tribunal Constitucional el recurso sobre la ley del aborto? Pues de este periodo, la mayor parte corresponde al gobierno del PP que fue el autor del recurso cuando estaba en la oposición, y que después se desinteresó de una práctica judicial que roza la prevaricación, como recientemente ha subrayado monseñor Munilla. Y es que en la práctica, en el individualismo católico se acaba estando marginado u ocultando su concepción. En definitiva, ¿cómo afrontar las estructuras de pecado a las que se refiere la doctrina pontificia sin una acción común?
La sujeción, y la instrumentalización de la fe a las directrices del partido. Más o menos en todos los partidos hay católicos que quieren vivir como tales, a pesar de ello y de su buen propósito terminan construyendo un argumentario para justificar porqué la Iglesia, su Magisterio de 2000 años, los propios textos inspirados se equivocan, y quien acierta es el aparato del partido. Si se mira el hecho desde una cierta distancia, no hace falta militar en el catolicismo para repara que hay una desproporción enorme de razones en un caso, lo que dice la Iglesia, y el otro, lo que sostiene el partido, que deberían incitar a la prudencia en la desafección y la voluntad de enmendarle la plana, pero no es así. En lugar de ser cristianos fieles en el partido son fieles militantes del partido en la Iglesia.
Los del todo o nada. Aquellos que, a pesar de las advertencias en contra de la propia Iglesia, siguen postulando el partido católico (que no se debe confundir con el partido de inspiración o fundamento cristiano), y como eso no es posible, nada vale la pena.
Los que entienden que la construcción del reino de Dios es una realidad que se materializa ahora mediante el poder político, y que este objetivo justifica todos los procedimientos, incluidos el engaño y la manipulación.
Los autodestructivos, una actitud paralizante y peligrosa. En lugar de partir del amor al hermano y el otorgamiento de la confianza, parten de todo lo contrario, intentan destruir toda iniciativa, atacan a las personas, hacen juicios temerarios. Sin aportar nada que dé respuestas, sin soluciones.
Y finalmente, una actitud que no es tanto de personas como institucional. La falta de acompañamiento de la fe de los católicos comprometidos políticamente. Sin una vida intensa de la fe, formación adecuada y exigencia y práctica de las virtudes cristianas, la fuerza de la secularidad política lo devora todo.
La cuestión es cómo. Asamblea abierta 1 de Junio, ningún partido tiene en cuenta a los católicos
5 Comentarios. Dejar nuevo
¿quién firma el artículo anónimo?
Es una editorial…
una actitud que daña el catolicismo en general es el hecho de que muchos católicos (especialmente el clero) prefieren el independentismo a la defensa de la vida (no digamos ya la postura de romper la unidad entre españoles)
Yo creo que falta una formación de calidad para futuros políticos que tengan un fundamento católico. Tampoco hay buena formación artística con esa base.
Tenemos grandes escuelas de negocios pero ninguna que se preocupe de una formación de calidad a futuros políticos y artistas católicos. Sería una buena forma de estar presentes en la sociedad.
Cita : «Sin una vida intensa de la fe, formación adecuada y exigencia y práctica de las virtudes cristianas, la fuerza de la secularidad política lo devora todo.». ————Pues respondo yo que esta párrafo nos viene a dar a entender que en las misas donde asisten los católicos no se les forma como católicos a lo grande, mejor dicho como a cristianos a lo grande y solo se les anuncia el Evangelio y punto.