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Aún recuerdo cuando, en mi época de estudiante universitario, no hace tantos años, allá por finales del Siglo Pasado (1998 para ser exactos), en la asignatura de Derecho Civil, muchos artículos hacían referencia al comportamiento de un «buen padre de familia» como regla moral ejemplar para medir el comportamiento de los ciudadanos a la hora de establecer e impartir justicia.

Lamentablemente, con la llegada de la democracia y el falso progresismo, está figura del «buen padre de familia» fue considerada como algo «de otros tiempos» y, por tanto, debía desaparecer, no solo del ordenamiento jurídico, sino de la sociedad, pues había que dar paso a los nuevos modelos de familia y, sobre todo, eliminar la figura del padre como base de la familia.

Pero, ¿Qué es un buen padre de familia? Es significativo que la figura no sea solo «un padre de familia» sino un buen padre de familia. Para saber que es un buen padre de familia no tenemos más que recordar la figura de San José, a través de la cual la Iglesia conmemora el día del Padre, y su historia:

En primer lugar, aceptó a Maria, pese a su supuesta infidelidad. Hay que recordar que en esos tiempos, una mujer repudiada por adulterio,  era directamente lapidada y José no solo no la repudió, sino que no hizo el más mínimo escarnio público de su supuesto comportamiento inaceptable.

En segundo lugar, aceptó a un hijo que, biológicamente, sabía a ciencia cierta que no era suyo. No solo eso, sino que tuvo que dejarlo todo, huir a otro país y comenzar de nuevo por proteger su vida.

Y por último, dedicó toda su vida al cuidado de su familia, trabajando denostadamente cada día por mantenerla y sacarla adelante de manera humilde y esforzada.

Sin duda, hoy mas que nunca, nuestra sociedad necesita buenos padres de familia. En un tiempo donde nos imponen el imperio de la ley del deseo, el egoísmo y el hedonismo mas exacerbado, San José es toda una luz y un ejemplo a seguir para aquellos que hemos apostado por la vida y la familia.

Nuestra sociedad necesita buenos padres de familia. Necesitamos personas dispuestas a entregar y sacrificar, si fuera necesario, sus anhelos personales y sus proyectos vitales en pro del bien más importante que tiene nuestra sociedad: La Familia.

Necesitamos personas dispuestas a entregar y sacrificar, si fuera necesario, sus anhelos personales y sus proyectos vitales en pro del bien más importante que tiene nuestra sociedad: La Familia Clic para tuitear

 

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4 Comentarios. Dejar nuevo

  • José Manuel Vidal
    18 marzo, 2022 10:03

    Igual que se distingue en el artículo «un buen padre» de un padre, con algunas cualidades carácterísticas de S. José, muy acertado. Igual que se distingue un progresismo de un «falso progresismo», al menos enunciándolo. Se podría distinguir también una Democracia (con separación de poderes y representación política) como sistema de gobierno, de una falsa democracia en la que ninguna de esas características están presentes.

    Responder
  • Daniel Fernandez
    18 marzo, 2022 18:05

    Totalmente de acuerdo Jose Manuel. Es más, también podríamos haber puesto en el artículo «con la llegada de la partitocracia a España» en lugar de la Democracia.

    Responder
  • ¿Es decir, María ocultó a José el anuncio del ángel hasta que se le notó el vientre protuberante? ¡Vaya esposa!
    ¿O María contó a José el anuncio del ángel y José no le creyó? ¡Vaya esposo!
    ¿José, calificado por Mateo de hombre justo (es decir, cumplidor, íntegro, recto, ecuánime), debiendo denunciar a María públicamente, no cumplió la ley? ¡Vaya hombre justo!
    ¿Aceptó a un hijo que sabía que biológicamente no era suyo? Suena a que no quería… pero tocó aceptarlo.
    ¡No y no! María no se demoró en contarle a José sobre el anuncio. No era mujer de ocultar verdades a su esposo. Y José, cumplidor, supo que su esposa era esa virgen madre de Dios anunciada desde Isaías (7,14 y 9,6). José sintió miedo de ser un estorbo en esta misión mesiánica dispuesta por Dios desde la eternidad. Y su plan de retirarse sigiloso tenía como fin dejar libre de ataduras (griego: apolusai) matrimoniales a María. No podía abandonarla púbicamente porque la gente iba a pensar que era adúltera. Tenía que hacerlo furtivamente, y que la gente pensara lo que quisiera.
    Pero aparece el ángel y le explica que, como él sabe (griego: gar) del origen del embarazo, su misión era la de ser padre del Niño (por eso le dice que él ponga el nombre al Niño, que era atribución del padre) y protector de la familia (pues el ángel le dice a él —no a la Virgen— que tome a la Madre y al Niño, y huya a Egipto para escapar de Herodes) .
    Para José, no quepa duda, fue un privilegio hacer las veces de padre del Mesías.
    [Invito leer el texto de Mateo con el significado griego: google – Mateo 1 – strong concordance – picar en los números de la palabra que interesa: «dejarla» (versículo 19) y «porque» (versículo 20) ]

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