¿En qué momento y por qué hemos abandonado los cristianos el principio de votar a personas o partidos por sus valores, alineados con nuestra Fe? ¿Cuándo y por qué hemos pasado a la cultura del «voto útil», aborregados por los grandes partidos?  Existen opciones políticas verdaderamente cristianas en España que necesitan nuestro apoyo a las que urgen impulsar.

El legado de los cristianos en política: Una contribución fundamental a la Democracia y los Derechos Humanos

En los últimos 200 años, el pensamiento humanista cristiano ha desempeñado un papel crucial en la promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos en todo el mundo. A través de su compromiso con la dignidad inherente de cada individuo y el bien común (origen de los principios de la llamada “justicia social”), los cristianos han sido agentes de cambio en la lucha por la libertad y la igualdad.

El Compromiso con la Libertad: Desde su origen, el cristianismo ha abogado por la libertad de conciencia y la dignidad del ser humano como hijos de Dios. Este compromiso se ha reflejado en la defensa de la libertad religiosa y la resistencia a la opresión política en numerosos contextos históricos. En los últimos dos siglos, los cristianos han liderado movimientos por la abolición de la esclavitud, la conquista de derechos civiles y la lucha contra regímenes totalitarios que pisotean la libertad individual.

• William Wilberforce: Abolicionista británico y líder cristiano que luchó incansablemente por la abolición de la esclavitud en el Reino Unido en el siglo XIX.
• Dietrich Bonhoeffer: Teólogo luterano alemán que resistió activamente al régimen nazi y abogó por la libertad religiosa y los derechos humanos durante la Segunda Guerra Mundial.

La Promoción de la Democracia: El humanismo cristiano ha nutrido la idea de que cada individuo tiene el potencial de contribuir al bien común y participar en la toma de decisiones que afectan su vida y su comunidad. Esta visión ha sido fundamental para el desarrollo y la expansión de la democracia en todo el mundo. Los cristianos han estado en la vanguardia de movimientos democráticos, impulsando reformas políticas y sociales que amplían la participación ciudadana y fortalecen las instituciones democráticas.

• Martin Luther King Jr.: Pastor baptista y líder del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, que luchó por la igualdad racial y la justicia social a través de métodos no violentos.
• Lech Walesa: Líder sindical y activista polaco que desafió al régimen comunista en Polonia y cofundó el sindicato Solidaridad, contribuyendo a la transición hacia la democracia en Europa del Este.

La Defensa de los Derechos Humanos: La creencia en la dignidad inalienable de cada persona ha llevado a los cristianos a ser defensores incansables de los derechos humanos. Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos hasta la lucha contra la discriminación racial y la violencia de género, los principios del humanismo cristiano han inspirado acciones en favor de la justicia y la igualdad en todo el mundo.

• Oscar Romero: Arzobispo católico salvadoreño que defendió los derechos humanos y denunció la violencia política durante la guerra civil en El Salvador, siendo asesinado mientras oficiaba misa en 1980.
• Dorothy Day: Periodista y activista social estadounidense, cofundadora del movimiento Catholic Worker, que dedicó su vida a la defensa de los pobres, los marginados y los derechos humanos.

Si hablamos de nuestra historia actual, la misma no podría entenderse sin la influencia y el desarrollo de la Unión Europea. El pensamiento cristiano ha dejado una huella significativa en los impulsores, la fundación y los símbolos de la Unión Europea, influyendo en su visión de una Europa unida basada en la paz, la solidaridad y el respeto de la dignidad humana:

•  Robert Schuman: Fue un cristiano comprometido y sus creencias religiosas influyeron en su visión de una Europa unida. Inspirado por el principio de subsidiariedad, que defiende la toma de decisiones en el nivel más cercano posible a los ciudadanos, Schuman abogó por una Europa basada en la solidaridad y la paz.
• Konrad Adenauer: Primer canciller de la República Federal de Alemania y católico devoto, Adenauer fue un defensor de la reconciliación franco-alemana y un firme partidario de la integración europea como garantía de paz y estabilidad en el continente.

Influencia Cristiana en la Fundación de la Unión Europea:

• La fundación de la CECA en 1951 y los Tratados de Roma en 1957 reflejaron valores cristianos como la solidaridad, la subsidiariedad y la búsqueda de la paz. La idea subyacente era que una Europa unida contribuiría a prevenir futuros conflictos y promovería el bienestar de sus ciudadanos.
• Además, la noción de que la integración europea promovería la justicia social y el respeto de la dignidad humana también refleja principios cristianos fundamentales.

Símbolos de la UE con connotaciones Cristianas:

• La Bandera de la Unión Europea: El círculo de estrellas doradas sobre fondo azul, diseñado por Arsène Heitz, puede interpretarse como una representación simbólica de la Virgen María, quien es a menudo retratada con una corona de doce estrellas en la iconografía cristiana.
• El Himno Europeo: La «Oda a la Alegría» de Ludwig van Beethoven, utilizada como himno oficial de la Unión Europea, incluye referencias a la fraternidad universal y a la alegría de vivir juntos en armonía, temas que resuenan con los valores cristianos de solidaridad y paz.

En un mundo marcado por desafíos políticos, sociales y éticos, el legado de los cristianos y el pensamiento humanista cristiano sigue siendo relevante y poderoso. Su compromiso con la libertad, la democracia y los derechos humanos continúa inspirando a millones de personas a trabajar por un mundo más justo, pacífico y solidario. En un momento en el que la democracia y los derechos humanos enfrentan nuevas amenazas, la voz de los cristianos sigue siendo crucial en la defensa de los valores fundamentales que nos unen como seres humanos.

Desde la exclusión  de los valores cristianos de la política y su sustitución por el laicismo radical imperante en la actualidad, asistimos a una degradación continua y permanente de la política dónde, en el mejor de los casos, la corrupción económica domina los grandes partidos y, en el peor de todos, la dignidad de la persona ha pasado a ser cuestión de estadística e intención de voto.

Por ello urge la vuelta a unos principios morales sólidos, a una política entendida como el servicio a los demás, y no a uno mismo o a su partido, a poner nuevamente el bien común en el centro de la política, y no un  falso «bienestar» financiable con deuda pública que lleva a occidente a una ruina silenciosa que, más pronto que tarde, estallará de nuevo en otra gran crisis financiera mundial.