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La radicalidad del aborto en España se extiende por Europa: el caso de Bélgica

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El aborto sigue en el centro del debate político en Europa. Después del despliegue de la radicalidad del aborto en España, que ha protagonizado una demoledora reforma de la Ley del aborto y la desestimación por parte del Tribunal Constitucional del recurso de inconstitucionalidad que presentó el PP doce años atrás. Ahora Bélgica ha propuesto una revisión de su ley del aborto, ya que sostiene que el límite actual de 12 semanas ya no corresponde «al estado de ánimo de la sociedad ni al progreso de la ciencia».

Para entender su significado y el impacto que podría tener en la población, vale la pena repasar su itinerario histórico y cultural. El aborto en Bélgica se legalizó por completo el 4 de abril de 1990 y es legal hasta 12 semanas después de la concepción; sin embargo, las mujeres deben recibir apoyo de consejería adecuado al menos seis días antes del aborto y el médico debe monitorear su salud general en las semanas inmediatamente posteriores a la eliminación del hijo. Los abortos posteriores sólo están permitidos si existe un riesgo grave para la vida de la mujer o el feto muestra signos patológicos graves. La ley fue aprobada a pesar de la oposición de la Democracia Cristiana, entonces en el gobierno, en coalición con el Partido Socialista y los liberales.

Un nuevo proyecto de ley radical

Según el dictamen del Comité Técnico-Científico designado por el Gobierno belga para evaluar una propuesta de reforma de la ley sobre el aborto, el límite actual de 12 semanas ya no corresponde «al estado de ánimo de la sociedad ni al progreso de la ciencia». Por ello, el Comité ha propuesto al Parlamento la ampliación del plazo legal para el aborto a 18 semanas, con la reducción de 6 días a 48 horas del periodo de reflexión obligatorio entre la solicitud del aborto y la entrega del certificado.

Pero si parece difícil conocer y evaluar el «estado de ánimo» de una población, no parece que la reforma propuesta a la ley tenga en cuenta los avances de la ciencia y la tecnología. A los cuatro meses el feto generalmente se mueve, comienza a sentir sus patadas en el útero materno, reacciona a los estímulos externos (luz y ruido), reconoce la voz de la madre y percibe sabores. Toda la información se puede encontrar en los folletos de información común distribuidos a las futuras madres. El Comité también recomienda ampliar el reembolso de los anticonceptivos más allá de los 25 años. Aunque estas propuestas resulten sorprendentes, aún no se acercan a la radicalidad del aborto en España.

radicalidad del aborto en España
La maternidad está en riesgo severo gracias a la cultura de la muerte

Ahora la palabra le corresponde al Parlamento, aunque la mayoría gubernamental está dividida internamente y al menos en parte impugna el proyecto de ley elaborado por el Partido Socialista con el apoyo de algunos exponentes liberales y ecologistas. Hay 20 de 35 mujeres en el Comité y son ellas las que reclaman que se deje más espacio a la supuesta autonomía de las madres. Para ello, se apoyan en el tradicional argumento que suele ser resultado de una falacia que se demuestra posteriormente: aducen que cada año una media de 500 mujeres viajan de Bélgica a Holanda para abortar, saltándose el límite legal.

Una ley anticientífica

Cada vez emerge con más claridad el enfoque ideológico de la revisión de la ley, que nada tiene que ver con el desarrollo técnico-científico, claramente ignorado y contradicho.

La izquierda identifica el corazón de su batalla política en la defensa de los presuntos derechos civiles, reduciéndola a la reafirmación del principio de la autodeterminación, que se convierte en absoluto sólo si se alinea con el pensamiento dominante. Cualquiera que no esté de acuerdo con esta perspectiva se convierte automáticamente en objeto de discriminación y de esta manera también se apuntala una campaña de deslegitimación que incluso puede tomar el tono de una campaña de odio.

Está en juego el llamado pensamiento “progresista” de la izquierda, que, sin embargo, quiere ignorar la complejidad que la realidad nos presenta cada día y se aleja de postulados científicos, algo alejado de cualquier concepto progresista real.

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • “Según el dictamen del Comité Técnico-Científico designado por el Gobierno belga para evaluar una propuesta de reforma de la ley sobre el aborto, el límite actual de 12 semanas ya no corresponde «al estado de ánimo de la sociedad ni al progreso de la ciencia».

    Excelente refutación de este “axioma”, la que figura en el artículo.
    A estos abortistas les da igual mentir con descaro, y además de forma estúpida, porque resulta que “el progreso de la ciencia” va justamente en sentido contrario al que pretenden, es decir, en el de reducir el límite de semanas para abortar de 12 a 0. Estos criminales, sin embargo ni empacho, quieren aumentarlo a 18, invocando hipócritamente a la ciencia cuando en realidad lo les mueve es su deseo de que se elimine a otros seres humanos al amparo de una ley que lo bendice. Si a los miembros de este “Comité” de falsarios los hubiesen abortado a las 17 semanas no estrían aquí para decidir con tamaña prepotencia sobre la vida y la muerte de los demás, a quienes niegan un derecho, el derecho a la vida, del que ellos disfrutaron.
    Respecto al “estado de ánimo de la sociedad”, a buen seguro que el “Comité” lleva razón. Y que se felicita por ello., porque después de tantos años de aborto libre hasta las doce semanas, se ha logrado convertir este crimen legalizado en un procedimiento médico que resulta normal para cierta mentalidad mayoritaria que se traga sin reflexionar cualquier barbaridad siempre que sea legal, se la traga, la asimila y la incorpora a sus “valores”.
    Lo de las 18 semanas es solo una etapa más en un proceso de ampliación continua de los plazos para abortar, que acabaran llegando hasta un minuto antes de nacer, ampliación que y que a su vez no es más que un paso previo para traspasar el umbral que legalice el infanticidio de los bebés no deseados por cualquier razón, porque en esta sociedad el Deseo individual es el dios que dicta las normas, cuanto más en una cultura que en realidad odia a los seres humanos con cualquier discapacidad que genere cuidados y gastos suplementarios e inútiles, por más que lo intente disimular con fantochadas inclusivas para personas discapacitadas, ya adultas, a las que no se atreve a eliminar porque eso es lo que hacían los nazis y ahora atenta de forma demasiado descarada contra unos Derechos Humanos que estos demócratas les niegan a las personas que viven en el seno de su madre.
    El colmo de los colmos y que debería desbordar la paciencia y la tolerancia de cualquier persona decente es que los individuos de este Comité tengan la desfachatez de invocar a la ciencia para justificar una mentalidad éticamente putrefacta.

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  • Asesino desde el principio. Odia siempre la verdad, porque en él no hay verdad. Miente porque actúa de acuerdo con su naturaleza.
    Sí. Es la semblanza de un abortista. Pero no son palabras mías, sino de Jesús (Juan 8,44) describiendo al diablo. ¡Qué coincidencia tan exacta!
    Porque, al igual que el diablo, padre de los abortistas, a éstos no les interesa la ciencia, ni la ley, ni los razonamientos. Sólo les interesa mentir y matar.

    Responder

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